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Vicente Avello y Valdés

Biografía

Avello y Valdés, Vicente. Luarca (Asturias), 5.IV.1803 – 12.IV.1881. Jurista, político y bibliófilo.

Nacido en Luarca (Asturias) el 5 de abril de 1803, como Vicente José Ramón Avello [Valdés] y Pérez. En su villa natal estudió las primeras letras y latinidad, pasando en su día a la facultad de Leyes de Oviedo, donde cursó Leyes y Cánones recibiendo el grado de Bachiller el 29 de enero de 1824. El 30 de enero de 1826 se recibió como abogado en la Real Audiencia de Asturias, adscrito al Colegio de Oviedo, ejerciendo su carrera con todo crédito y reputación, gozando de justa y merecida fama “como abogado de probidad, íntegro, fiel, hábil y de especial capacidad e inteligencia. No pudiendo mejorarse su conducta así política como moral” en la cual fue persona irreprensible. Ejerció a la par como asesor de Marina del distrito de Luarca desde el 21 de junio de 1827 hasta el 15 de septiembre de 1848, en que solicitó el cese por tener proyectado trasladarse a Madrid. Durante aquel tiempo actuó también como ayudante interino de Marina, destacándose en su labor por la “mayor dedicación, celo, acierto y exactitud”, siendo “activo, laborioso, con afición a los negocios del ramo, inteligente, circunspecto y de una rígida integridad” por lo que dados tales méritos y servicios, Isabel II le confirió, el 2 de junio de 1847, los honores de auditor de Marina y como tal disfrutó de los de magistrado. Paralelamente, tuvo una alta participación en la Junta de Caridad del Partido de Luarca desde 1833, y ejerció como comisario en la de Sanidad, a partir de 1834. Cuando a consecuencia del pronunciamiento de 1840 contra María Cristina, Espartero se alzó con la Regencia, y acaecieron varios pronunciamientos de moderados y progresistas, se constituyó en Oviedo la Junta Superior provisional de Gobierno y en Luarca la Junta provisional de Gobierno del partido. Por ésta última Avello y Valdés quedó electo Delegado ante la Junta Central de Asturias, en la cual presentó —en agosto de 1843— una moción robusteciendo la acción ejecutiva, que resultó aprobada, poniendo fin en Asturias al régimen progresista y dando inicio a la década de los moderados (1843-1854), mas afín de a la ideología de Avello.

Atraído por la vida intelectual de la Corte se trasladó a Madrid donde optó a una plaza de promotor fiscal de Hacienda, y donde en 1850 fue letrado de la Dirección de lo Contencioso durante un año, así como diputado a Cortes por Luarca (1850-1851).

Continuó en la vida política como gobernador civil de Vizcaya (1856-1858), juez de Paz (1850-1860). Sin olvidar su villa natal fue, entre 1859 y 1877, un relevante benefactor de la construcción de la nueva iglesia parroquial de Luarca. Desde 1860 a 1863 desempeñó el cargo de promotor fiscal por Hacienda en el Tribunal Supremo de Justicia.

Pero por encima de todos sus empleos, cabe destacar su gran faceta de bibliófilo, formando una notabilísima biblioteca, especialmente jurídica, histórica y asturiana en la que al lado de códices, incunables y otros ejemplares raros y curiosos, confeccionó interesantes volúmenes facticios de recortes de prensa, tanto nacional como extranjera, que iba reuniendo y encuadernando temáticamente. Adquirió a la par, manuscritos de gran interés histórico; pues poseyó varias cartas de Teresita Cabarrús, algunos cuadernos del Diario de Jovellanos y otros documentos de este autor que en su día facilitó a Cándido Nocedal para su obra sobre Jovellanos en la Biblioteca de Autores Españoles. A su fallecimiento, sin descendencia, heredó esta biblioteca su sobrino Alejandrino Menéndez de Luarca quien la instaló muy decorosamente en su Palacio de Fonfría (Valdepares, Asturias), pero de donde, lamentablemente, uno de sus posteriores herederos la ha ido desmembrando y desbaratando. Aparte de los cargos mencionados y de su ejercicio profesional de la abogacía que ejerció “a la continua” en el occidente de Asturias y luego en Madrid de 1826 hacia 1870, publicó interesantes trabajos en el diario carlista madrileño La Esperanza (1844-1873) donde destacó como fogoso polemista, combativo e intransigente. En el terreno de las ideas arrimó al partido moderado si bien luego tomó parte por el carlismo y extinguido éste retornó a moderado, pero en cualquier caso fue persona de ideas conservadoras y de profunda fe. De ameno trato, sereno, bonachón y buen administrador de sus bienes. Tras treinta y ocho años en la carrera profesional, literaria, administrativa, judicial y fiscal, se jubiló en 1864 y en 1867 realizó un viaje por Europa con una doble visita al Papa. A partir de 1871, se retiró casi definitivamente a Luarca, y cuatro años más tarde comenzaron sus achaques, aunque los soportaba “revolviendo libros y cartapelones”. Y a las nueve de la noche del 12 de abril de 1881 falleció en su villa natal, donde fue enterrado y yacen sus restos.

 

Bibl.: J. L. Pérez de Castro, Don Vicente Avello y Valdés. Jurista, político y bibliófilo (1803-1881). Discurso pronunciado en el Real Instituto de Estudios Asturianos el 4 de octubre con motivo de la apertura del año académico 2006-2007, Oviedo, Real Instituto de Estudios Asturianos, 2007.

 

José Luis Pérez de Castro

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