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Miguel de Necolalde y Martínez de Barrenechea

Biografía

Necolalde y Martínez de Barrenechea, Miguel de. Villarreal de Urrechua, Urrechu u Orrechia  (Guipúzcoa), c. 1594 – ?, s. m. s. XVII. Veedor y contador de la gente de guerra, armadas y fábricas de la provincia de Guipúzcoa.

Entró al servicio de la Administración española hacia 1615 y en 1617 era veedor de las galeras de la Escuadra de Denia, hasta que ésta fue agregada a las Galeras de España. En 1620 y 1621, por nombramiento del virrey de Valencia, fue maestre de campo de las compañías de la milicia de la ciudad de Denia y marquesado.

En 1632 fue promovido a veedor y contador de la gente de guerra, armadas y fábricas de la provincia de Guipúzcoa, con el añadido de oficio de veedor de los tres partidos de Cantabria. Por orden de Felipe IV contactó con Alonso de Idiáquez para discutir las condiciones necesarias para crear la Escuadra del Norte, compuesta por embarcaciones de particulares. Posteriormente llevó las cuentas de los empréstitos hechos por la Monarquía a los armadores y la supervisión de la venta y el reparto de presas. En diversas ocasiones sustituyó a Idiáquez en la superintendencia. Fue veedor del ejército que entró en Labort o Lapurdi en 1637.

Igualmente armó barcos corsarios con Idiáquez y, al parecer, también con su hermano, el secretario Juan de Necolalde, veedor general en Flandes y agente o residente español en Londres.

En 1645, muerto Alonso de Idiáquez, pidió para su hijo mayor el cargo de superintendente de fábricas y plantíos de Guipúzcoa, supliéndolo él mismo durante la minoría de edad —lo que se le concedió—, y se abstuvo de solicitar el de superintendente de la Escuadra del Norte por no avenirse a residir en Pasajes y no desear ser juez de sus propias causas al ser, al mismo tiempo, armador de corso.

En 1655 realizó unos informes secretos, a petición de la Corona, sobre si el corso era o no medio para preservar la marinería. Frente a otros informes contrarios —como el de Antonio Ortiz de Velasco—, el de Necolalde fue favorable, recordando los daños que los barcos corsarios hicieron al comercio enemigo y el hecho de que gracias a las presas de los corsarios se reanudaron las pesquerías de Terranova (Canadá). Las pérdidas de la marinería se deberían a las continuas guerras, no al corso de forma exclusiva.

A veces aparece citado como Nicolalde, pero él mismo firma como “Miguel denecolalde”

 

Fuentes y bibl.: Archivo histórico Nacional, Órdenes Militares, Pruebas de caballeros de Santiago, 1628, exp. 5.725; Archivo General de Simancas, Guerra Antigua, leg. 3.235, s. f., 13-9-1645 (memorial de méritos), leg. 3.372, s. f., 12-9-1655 (informe sobre el corso); Archivo General de Simancas, Guerra Antigua, leg. 3.164, 25-6-1635, leg. 3.167, s. f., 9-7-1636, leg. 3.251, s. f., 23-12-1646.

A. y A. García Carraffa: Enciclopedia heráldica y genealógica hispano-americana, t. LIX, Madrid, Imprenta Antonio Marzo, 1920-1963, pág. 245 (dibujo de sus armas en lám. 7, fig. 111); E. Otero Lana: Los corsarios españoles durante la decadencia de los Austrias, Ponferrada, Instituto de Estudios Bercianos, 2014 (3ª edición), págs. 103, 106, 108, 128, 143, 178, 208, 232, 241, 279, 283, 287-288, 296, 302-303, 385, 387, 466.

 

Enrique Otero Lana

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