Aguilera y Contreras, Fernando de. Marqués de Cerralbo (XV). Madrid, 20.VIII.1784 – 2.V.1838. Prócer del Reino, consejero de Estado, miembro de la Junta de Gobierno del Banco de San Carlos, jefe político de Madrid.
Cuarto hijo de los doce que tuvieron Manuel Isidoro de Aguilera y Galarza Moctezuma, XIII marqués de Cerralbo y conde de Villalobos, y Josefa Contreras y Vargas Machuca, VII condesa de Alcudia y, como su marido, grande de España. La infancia de Fernando de Aguilera transcurrió entre Madrid, donde había nacido en el verano de 1784, y Salamanca y Ciudad Rodrigo. El 16 de abril de 1800 ingresó en la Guardia de Corps, en la que se retiró con el grado de coronel. Fallecido su padre en 1802, y tras diversos avatares, el título de marqués de Cerralbo pasó a Fernando en 1807 tras la muerte de su hermano Manuel.
Ostentaría también las dignidades de XIV marqués de Flores Dávila, X marqués de Almarza y de Campofuerte, VIII Conde de Alcudia y de Alba de Yeltes, de Casasola del Campo, y de Villalobos, V Conde de Oliva de Gaytán, de Foncalada y de Fuenrubia. Ese mismo año contrajo matrimonio, previa autorización real, con María de las Angustias Fernández de Córdoba y Pacheco, dama de la Orden de la Banda de María Luisa, hija de Manuel Antonio Fernández de Córdoba y Pimentel, VIII marqués de Malpica, y de María Teresa Pacheco, V duquesa de Arión.
Al comenzar la Guerra de la Independencia, el joven marqués de Cerralbo fue elegido presidente de la Junta Suprema Militar de Salamanca formada en junio de 1808. De todas formas, no tardó en abandonar sus posesiones y responsabilidades para huir a Portugal.
La guerra le ocasionó graves perjuicios económicos, hasta el punto de que Fernando VII, el 15 de agosto de 1814, recién restaurado como Rey absoluto, le autorizó a vender las fincas necesarias para hacer frente a sus numerosas deudas. El propio Monarca le reconoció como una víctima distinguida de la guerra: “Apenas habrá vasallo español que pueda igualar la pérdida de sus intereses a la experimentada por vos.” En 1819 viajó por Europa con el encargo de encontrar una nueva esposa para Fernando VII. De su segundo viaje ese mismo año como embajador extraordinario regresó como caballero de la Orden de la Corona Verde de Sajonia y con la que sería tercera esposa del Rey de España: la princesa María Amalia de Sajonia. Aquellos viajes supusieron un nuevo quebranto para la maltrecha fortuna personal del marqués de Cerralbo, que se paliaría en parte con su ingreso en la Junta de Gobierno del Banco de San Carlos. Fue además nombrado caballero de la Orden de Alcántara y presidente del Consejo de Órdenes Militares, y el 8 de mayo de 1819 también sería distinguido con la Gran Cruz de Carlos III.
Fernando de Aguilera tuvo un papel político de cierta relevancia durante el Trienio Liberal, lo mismo que sus hermanos menores Gaspar y Domingo, pero mientras estos últimos alcanzaron gran notoriedad como miembros del ala radical o exaltada del liberalismo, Fernando se alineó claramente con el partido moderado. Fue socio fundador del Ateneo de Madrid en 1820 y jefe político de la capital entre 1820 y 1821. Como responsable del orden público adoptó medidas drásticas que le enfrentaron con el llamado partido exaltado, como el cierre de la Sociedad patriótica de la Cruz de Malta y el intento de amordazar a la popularísima Fontana de Oro. No obstante, Antonio Alcalá Galiano, que se enfrentó con él por este motivo, se refiere al marqués de Cerralbo en sus Memorias como “uno de los caballeros más cumplidos que he conocido”. En esos años del Trienio fue miembro de la sociedad secreta, de signo conservador, conocida como la Sociedad del Anillo y perteneció a distintas corporaciones, pues fue presidente de la Suprema Junta de Caridad, protector del Museo de Ciencias Naturales y miembro de la Junta protectora de la enseñanza mutua.
Los dos últimos años del Trienio Liberal fue nombrado consejero de Estado, y en mayo de 1823, en plena campaña de los Cien Mil Hijos de San Luis, nada más producirse la caída de Madrid en poder de las tropas francesas, firmó la Exposición que la Grandeza de España presentó al duque de Angulema, comandante en jefe de las tropas invasoras.
Restablecido el absolutismo, llevó una vida retirada.
Consta que el 24 de agosto de 1828 fue recibido en audiencia por Fernando VII, en compañía del duque de San Fernando y del conde de Noblejas, y en 1830 pertenecía a la Real Junta de Ganaderos.
Tras el fallecimiento de Fernando VII en 1833, formó parte del nuevo Estamento de Próceres instaurado en 1834 por el Estatuto Real y fue nombrado caballerizo y ballestero mayor de Isabel II y su gentilhombre de cámara. Además le eligió como caballero de la insigne Orden del Toisón de Oro el 26 de abril de 1838, pero falleció una semana más tarde, antes de recibir la investidura. Había testado en Madrid ante Eugenio del Castillo el 14 de marzo de 1838, que al morir sin descendencia, el título de marqués de Cerralbo pasase a su hermano José de Aguilera y Contreras, al que también legó bienes que en 1842 fueron valorados en 12.595.685 reales.
El Museo Cerralbo de Madrid conserva un retrato de cuerpo entero de Fernando de Aguilera obra de Carderera.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Estado, leg. 7680, exp. A-10; Archivo del Senado, HIS-0116-07; Archivo del Ministerio de Justicia (Madrid), Títulos Nobiliarios, exps. de Marqués de Cerralbo, Conde de Alcudia y Marqués de Flores Dávila; Archivo General del Ministerio de Asuntos Exteriores (Madrid), Libro II de Registro de la Insigne Orden del Toisón de Oro; Archivo de Protocolos de Madrid, Testamento otorgado por D. Fernando de Aguilera y Contreras, marqués de Cerralbo, ante el notario de Madrid D. Eugenio del Castillo, 14 de marzo de 1838.
A. Gil Novales, Las sociedades patrióticas (1820-1823), Madrid, Tecnos, 1975; J. F. Fuentes, Biografía de los hermanos Gaspar y Domingo de Aguilera (1795-1864), Ventalló (Gerona), Casa Perramón, 1985; A. Gil Novales, Diccionario biográfico del Trienio liberal, Madrid, El Museo Universal, 1991, pág. 13; M. Sánchez Herrero, “La Casa de Cerralbo en el siglo xix”, en Salamanca: Revista de Estudios (Salamanca), n.º 33-34 (1994), págs. 169-179; A. de Ceballos-Escalera y Gila, marqués de la Floresta (dir.), La Insigne Orden del Toisón de Oro, Madrid, Fundación Carlos III-Palafox & Pezuela, 2000, pág. 519; M. Sánchez Herrero, “El fin de los ‘buenos tiempos’ del absolutismo: Los efectos de la revolución en la Casa de Cerralbo”, en Ayer. Revista de Historia Contemporánea (Madrid), n.º 48 (2002), págs. 85-126.
Juan Francisco Fuentes Aragonés