Viñas Sala, Tomàs. Mataró (Barcelona), 3.XII.1864 – Barcelona, 21.II.1929. Escolapio (SChP), cronista y general de la Orden, latinista, archivero.
Inició sus estudios en el colegio de Santa Anna de la Escuela Pía de su ciudad natal. Era de familia humilde, su padre era pescador. Huérfano de padre a los pocos años, dependió mucho de su madre que tuvo que cuidar de todos los hijos. Pidió entrar en la Escuela Pía, pero el P. provincial en un principio no le admitió porque era hijo de viuda. Ingresó en la Orden el 25 de julio de 1880 con dieciséis años y profesó de votos simples el 24 de agosto de 1882. Pasó a la casa central de estudios en San Marcos de León (1882- 1887) para cursar la carrera sacerdotal.
Emitió los votos solemnes el 1 de abril 1888. Fue enviado a la casa de Morella (1887-1890) y en Tortosa recibió el sacramento del orden sacerdotal (6 de abril de 1889). El sacerdocio fue otro de los momentos y hechos que marcaron al poeta P. Viñas. Lo entendió como una inmolación personal, un despojarse de sí mismo para ser de Cristo y de los hermanos. Desprendimiento a lo poverello Francisco de Asís; también a este santo dedicó alguna poesía y en su humildad se inspiró repetidamente. De Morella guardó imborrable buen recuerdo y por esto cuando celebró los veinticinco años de la ordenación quiso festejarlo en aquella casa y ciudad dels Ports. Pasó después por diversos colegios: Igualada (1890-1891), Sant Antoni de Barcelona, Balaguer, Palma de Mallorca, Olot (1899) y Tàrrega (1899-1900).
El P. Alfonso M. Mistrangelo, superior general, pensó en dignificar la curia general de la Orden y un punto en aquellos momentos sensibles era el archivo general, ya que León XIII acababa de abrir a los investigadores el Archivo Secreto Vaticano: ¿por qué no abrir el de la Escuela Pía? Tenía presente el P. General que, a no tardar, las provincias españolas iban a unirse nuevamente a las italianas como así fue en 1904. En Zaragoza tuvo una reunión (17-18 octubre de 1900) con los provinciales de España y les pidió personal para ello. El P. Vicario español Eduard Llanas ofreció para archivero al P. Viñas. El 7 de enero de 1901 estaba el P. Viñas ya en Roma y aquel mismo mes empezó su trabajo en el Archivo General. La tarea era ardua. La última ordenación la había hecho el P. Octavio Manetti entre 1759 y 1763 y había publicado el Inventario cronologico dell’Archivio Generalizio delle Scuole Pie. Después, traslado tras traslado, con deportación incluso de una buena parte a París durante el dominio napoleónico de Italia. No se sabía lo que había. El P. Viñas comenzó por reconstruir las series que quedaban siguiendo el inventario del P. Manetti. Cuando tuvo colocada debidamente la documentación, creó tres secciones, a saber: primera, documentos referentes a la Orden en general; segunda, todo lo relacionado con las provincias y las casas en particular y, tercero, lo referente a san José de Calasanz. Sólo tuvo tiempo para inventariar lo perteneciente a la primera sección que había dividido en veinte series. Para no multiplicar las anotaciones en los documentos, usó la numeración del P. Manetti. El resto (las otras dos secciones y otra mucha documentación que ni antes ni después fue inventariada) quedó por hacer. En 1912 salía de la imprenta el Inventarium Chronologicum Magni Tabularii Religionis CC. RR. PP. Matris Dei Scholarum Piarum (Pars prima), fruto de este trabajo. Dirigió Ephemerides Calasanctianae. Esta revista se publicaba en los escolapios de Florencia como particular de la casa y el P. General quiso darle carácter de boletín oficial de la Orden y el P. Viñas fue desde 1901 el director. Para cada número redactó siempre las noticias de todas las provincias según le llegaban en la sección Res nostrae. Durante los doce años de su dirección dio a conocer muchas de sus poesías publicadas en la revista. Pero además fue instrumento para dar a conocer también por vez primera documentos y noticias relacionadas con el Archivo General, la Orden, el santo Fundador y otros religiosos antiguos dignos de memoria. Muchos religiosos estudiaron los documentos que se fueron publicando para beber el espíritu calasancio y escolapio en sus fuentes. Ya anteriormente estando en Igualada había publicado también un documento que creyó interesante para la historia de la provincia en La Academia Calasancia de Barcelona; quiere esto decir que su inclinación a la investigación no nació en Roma, sino que la llevaba dentro desde antes. La revista sirvió para unir las distintas provincias italianas, españolas y centroeuropeas después de su secular distanciamiento.
En 1906 fue nombrado cronista de la Orden además de ser confirmado en los cargos anteriores. En 1904 había sido también nombrado secretario general. Además de estos oficios permanentes, el P. Viñas estuvo comisionado para otros quehaceres ocasionales.
Por ejemplo, en 1904 acompañó como secretario al P. General Mistrangelo en la visita que giró a las provincias centroeuropeas (Austria, Bohemia, Polonia y Hungría). El P. Viñas servía de intérprete gracias a su excelente latín que en general dominaban todos los escolapios de aquellos países. Pero aprovechó la visita para informarse personalmente del estado cultural, especialmente en Hungría, y de allí nacieron fructíferas colaboraciones como pueden verse en Ephemerides Calasanctianae y las necesarias informaciones para el Index bio-bibliographicum que después publicó en tres volúmenes. Esta y otras visitas por aquellas provincias le dieron un buen conocimiento de la Orden en Europa. En el capítulo general de 1912 fue elegido superior general de toda la Orden y reelegido en el de 1919. Visitó las casas y provincias; fue el primer general que llegó a América ya que los anteriores lo hicieron por Delegado.
Impulsó los procesos abiertos de beatificaciones y canonización, aunque no logró ver ninguno concluido. Promovió la celebración en 1917 del tercer centenario de la erección de la Escuela Pía como Congregación religiosa. Preparó personalmente la acomodación de las constituciones y reglas al nuevo derecho canónico y lo presentó al capítulo general de 1919. Para fomentar la comunión frecuente y siguiendo las directrices de Pío X, propuso (1913) la creación en cada colegio de los Turnos Eucarísticos que asegurasen la comunión diaria de un grupo de alumnos. Se interesó por los aspectos pedagógicos de las escuelas, especialmente de las nuevas materias hasta entonces poco atendidas, como la gimnasia. Creó para todas las provincias de Italia el noviciado y juniorato (o casa de estudios) en Florencia para asegurar una óptima formación de los nuevos religiosos.
Durante la Primera Guerra Mundial se preocupó y sufrió con las provincias escolapias afectadas por la contienda; procuró que algunos jóvenes estudiantes pasasen a provincias españolas para poder seguir la formación y no tener que incorporarse a filas. Los cambios de fronteras a consecuencia de esta primera guerra, le llevaron a la creación de varias provincias nuevas, desmembrando casas de las anteriores provincias: la de Rumanía se formó con las casa de Transilvania anteriormente de la provincia de Hungría; la de Eslovaquia (primero fue una delegación) con casas también húngaras; la de Bohemia-Moravia, de la que se separaron las casas de la región de Silesia. Surgió un nuevo mapa de las provincias escolapias en Centroeuropa. Como sus antecesores y su sucesor, no se atrevió a suprimir del todo los privilegios que usaban todavía los vicarios generales españoles aun después de la supresión en 1904 de la vicaría. Se opuso a la creación de la provincia de Vasconia en 1919. Tuvo problemas en Italia con la provincia Romana por la posesión y venta de la casa generalicia de Vía Toscana y con religiosos de esta misma provincia. Otro conflicto surgió con escolapios de la provincia de Nápoles. El malestar interno de la Orden llegó a la Santa Sede que en 1923 forzó al P. Viñas y a su Congregación general a renunciar a sus cargos y les sustituyó por un vicario general, P. Giuseppe del Buono, y un visitador apostólico para toda la Orden, Mons. Lucas Hermenegildo Pasetto, con facultades de superior general.
El P. Viñas no aceptó de muy buen agrado la destitución y se sintió perseguido por sus propios religiosos y algunos de los que habían sido sus colaboradores. Se retiró a su provincia de Cataluña, concretamente a la casa de Alella donde enseñó latín a los júniores. Su delicado estado de salud obligó a trasladarse a la comunidad de Sant Antoni de Barcelona donde falleció en 1929. Sus últimos años en Cataluña fueron fructíferos literariamente y permitieron que el P. Viñas nos legara lo mejor de su producción. En alguna de sus primeras obras había manifestado amor al retiro y al claustro (por ejemplo, Divino Eucharistiae Sacramento recuerda la espiritualidad de San Bernardo); las actividades posteriores le impidieron lo que inesperadamente en 1923 conseguía: vivir retirado y dedicado a sus meditaciones y composiciones poéticas. En 1924 publicó Carminum libri quatuor en que recoge lo que cree lo mejor de sus obras: tienen sabor clásico, inspiración poética, delicado sentimiento y elegancia en la expresión. En Samuel, Samuel... resurge su espíritu escolapio de educador y de ascesis expresado en aforismos que ya iniciara en 1900 con su primer Loquere Domine. En 1928, la Diputación Provincial de Barcelona pensó en publicar l’Atlàntida de Verdaguer: se cumplían los cincuenta años de los primeros versos leídos por su autor de la célebre epopeya y veinticinco de su muerte. Se encargó a la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona y ésta creyó que sería bueno hacer una edición políglota de la singular obra del sacerdote poeta recogiendo las traducciones que se habían hecho y publicado de la misma. El Rdo. Dr. Jaime Barrera que gozaba de la amistad con el P. Viñas, propuso al escolapio la traducción al latín del poema verdagueriano. El P. Viñas accedió después de alguna reticencia y puso manos a la obra con una celeridad que sorprendió a todos puesto que a los cuatro meses había cumplido con el encargo. En ésta como en todas las traducciones, supo escoger el tipo de estrofa latina que mejor expresara el sentimiento de la obra original teniendo presente la diversidad de los sistemas de métrica en la versificación en latín y en lenguas romances. Las traducciones del P. Viñas no pueden ser literales sino que captan el sentido original. Cuando la obra salió de la imprenta, el P. Viñas ya había fallecido. Compuso el P. Viñas una poesía para el libro Del amor al libro. Aforismos rimados, de Luis C. Viada y Lluch (Barcelona 1927), que recogía composiciones de figuras contemporáneas de las letras en Cataluña. A raíz de su muerte la prensa barcelonesa se hizo eco de la desaparición del eximio latinista; en El Correo Catalán el doctor Barrera le dedicó un soneto en catalán. Compuso poesías en latín, en catalán y en castellano, lenguas que dominaba perfectamente, además del italiano que habló correctamente y en el que escribió en prosa.
El P. Viñas fue honrado con varios títulos que acreditan la fama de que gozó, como: Arcade Romano en 7 de julio de 1904 (bajo el pseudónimo de Aristómanes Lirneo), socio de la Academia Alejandrina de los Inmortales el 2 de junio de 1913; socio efectivo correspondiente de la Academia Internacional de Letras y Ciencias de Nápoles el 4 de marzo de 1921; Gran Cordón del Orden Académico al Mérito Literario y Científico por la misma el 15 de julio de 1921; socio honorífico de la Academia Leonardo da Vinci de Ciencias, Letras y Bellas Artes de Nápoles el 1 de septiembre de 1923.
Obras de ~: Aniversario de la conquista de la Ciudad de Palma por el rey Jaime I de Aragón. Sermón predicado en la Catedral Basílica en 31 de diciembre de 1895, Palma de Mallorca, Tip. de Bartolomé Rotger, 1896; Lecciones de traducción y oraciones latinas, Mataró, Imp. Feliciano Horta, 1895; Divino Eucharistiae Sacramento, Mataró, Imp. Feliciano Horta, 1899; Loquere, Domine, quia audit servus tuus, Mataró, Imp. Feliciano Horta, 1900; Tractatus de arte metrica latina in quatuor partes divisus, Pars prima. Siena, Typ. Calasanctiana, 1901; Elementa artis metricae latinae, Florencia, Officina Dominicana, 1905; Commentarium de Sancto Josepho Calasanctio atque de Scholiis Piis ab eo conditis, Roma, Tip. Vaticana, 1906; Index bio-bibliographicus CC. RR. PP. Matris Dei Scholarum Piarum, Roma, Typ. Vaticana, vol. I 1908, vol. II 1909 y vol. III 1911; Inventarium chronologicum magni Tabularii Religionis CC. RR. PP. Matris Dei Scholarum Piarum, Roma, Typ. Polyglota Vaticana, 1912; Commentarium de creatione et renuntiatione primi ex Ordine Scholarum Piarum cardinalis Alphonsi Mariae Mistrangelo a Matre Misericordiae Archiepiscopi Florentinorum, Florencia, Tip. Calasanctiana, 1916; Pietas et litterae: triptycum calasanctianum, Roma, Typ. Polyglota Vaticana, 1921; Carmina. Libri quatuor, Barcelona, Typ. Calasanctiana, 1924; Epistola moralis ad Fabium, Madrid, Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1925; Gertrudis Gómez de Avellaneda, Madrid, Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1926; Coplas de Jorge Manrique en latín y castellano, Madrid, Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1926; Una oda de fray Luis de León, traducida en verso latino (A Francisco Salinas), Madrid, Tip. de la Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1926; Versiones latinas de poesías hispanas, Barcelona, Publicaciones Calasancias, 1927; R. de Bury, El philobiblion, muy hermoso tratado sobre el amor a los libros, trad. de ~, Madrid, Librería de los Bibliófilos Españoles, 1927, ed. numerada n.º 555; Samuel... Samuel... Loquere, Domine, quia audit servus tuus. Progymnasmata ascética, Barcelona, 1928; J. Verdaguer, L’Atlàntida. trad. de ~, Barcelona, Diputación de Barcelona, Casa Miquel Rius, 1929; M. de Cervantes, Dominus Quixotus a Manica, trad. de A. Peral Torres [un fragmento es del P. Viñas], Alcalá de Henares, Centro de Estudios Cervantinos, 1998.
Bibl.: J. Concabella, “Las poesías latinas del P. Viñas sch.p.”, en La Academia Calasancia (Barcelona), 788 (1 de noviembre de 1924), págs. 356-361; 790 (1 de enero de 1925), págs. 5-12; 793 (1 de abril de 1925), págs. 111-118; J. Poch, “Rvdmo. P. Tomás Viñas Sala, SChP.: Esbozo bio-bibliográfico”, en Analecta Calasanctiana, 12 (1964), págs. 435-492; G. Sántha, “El P. Tomás Viñas, Archivero General e Historiador de la Orden de las Escuelas Pías”, en Analecta Calasanctiana, 12 (1964), págs. 493-509; S. Salitjes, Un gran humanista mataronés, el Rvdmo. P. Tomás Viñas Sala, escolapio. Acto académico de la apertura oficial del curso escolar 1953-1954, Mataró, Casa de Cultura de la Caja de Ahorros y Monte de Piedad de Mataró, 1953; G. Sántha, “Aportación del Rmo. P. Tomás Viñas a los estudios de los neoprofesos y a la pedagogía escolapia”, en Ephemerides Calasanctianae (1979), págs. 491-510; S. Salitjes, “En el cinquantè aniversari de la mort d’un gran humanista escolapi: Tomàs Viñas Sala”, en Catalaunia, 214 (1979), págs. 13-15; C. Vilà i Palà, “En torno al IV Centenario de la muerte de Fr. Luis de León”, en Catalaunia, 331 (setiembre-octubre de 1990), págs. 1-2; F. Cubells, “Presencia e influjo de S. Juan de la Cruz en la tradición y autores de la Orden de las Escuelas Pías”, en Teresianum (1992), págs. 293-309.
Joan Florensa Parés, SChP