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Sebastián Martínez Pérez

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Biografía

Martínez Pérez, Sebastián. Treguajantes (La Rioja), 25.XI.1747 – Madrid, 24.XI.1800. Coleccionista de obras de arte, experto en economía y finanzas y comerciante.

Este esteta de gusto refinado, cosmopolita y moderno pertenecía a una familia de labradores de corta hacienda que también se dedicaban a la fabricación y venta de paños. Con once años viajó a Sevilla donde permaneció tres años hasta su definitivo traslado a Cádiz en 1761.

En 1771 ingresó en la Universidad de Cargadores. Fue así reconocida su capacidad para comerciar y navegar a los reinos de Indias. En sus comienzos, Martínez comerció con tejidos.

En 1775 se casó con la gaditana Felipa Errecarte, perteneciente a una familia vasca acaudalada que, al fallecer seis años más tarde, dejó a Martínez unos bienes con los que consolidó una importante posición económica. Habían tenido tres hijas llamadas Josefa, Catalina y Micaela.

Fundó la Sociedad de vinos de Jerez de Martínez y Cía., con la que inició la exportación de vinos andaluces a Inglaterra desde sus bodegas de Jerez y Sanlúcar.

Con buena parte de su fortuna adquirió una impresionante colección artística y bibliográfica. Compraba estampas, libros, cuadros y objetos relacionados con las antigüedades clásicas. Su colección era excepcional en Cádiz. En la década de 1780 la Inquisición se había quejado de las “estampas y pinturas indecentes” que le pertenecían y había encargado dibujos de algunos de sus cuadros para instruir un expediente. Su galería aún no se consideraba la mayor de Cádiz. Sin embargo, en 1791 reunía trescientos cincuenta cuadros que abarcaban todos los géneros, épocas y países y antes de acabar el siglo su número se elevaba a setecientos cuarenta y tres, convirtiéndose en la colección privada más importante de Europa y siendo reconocida su alta calidad, en parte gracias a Antonio Ponz, quien, declarando su amistad con Martínez, dio noticias sobre la colección, y también al conde de Maule, que completó el trabajo de Ponz en notas redactadas a finales del siglo pero no publicadas hasta 1813. La colección de pintura contaba con obras de Tiziano, Leonardo da Vinci, Velázquez, Murillo, Cano, Ribera, Guido Reni, Esteban Jordán, Rubens, Ostade, Batoni, Morales, Maella, Mengs, Julio Romano, Goya... Muy importante era también su colección de varios miles de estampas. Además, habría que añadir esculturas, dibujos, instrumentos musicales, muebles, plata labrada, máquinas de precisión y una espléndida biblioteca, en cuyo inventario se cuentan más de mil volúmenes de las distintas disciplinas reflejando su interés por las artes, las letras, la filosofía, la literatura clásica y de los humanistas, la historia, los viajes; y por las ciencias, perceptible en las obras de medicina, física, química, matemáticas y otras materias relacionadas con la economía y finanzas...

Sebastián era un autodidacta, experto en economía y finanzas, ejemplo de la burguesía ilustrada que pronto sería decididamente liberal, amigo del progreso, simpatizante de la filosofía revolucionaria francesa, sensual y nada puritano, a pesar de lo cual, desde 1792 contaba con licencia inquisitorial para leer en su lengua a Rousseau, Condillac y ciertas obras de Voltaire...

En 1791, al ser nombrado tesorero mayor del reino, se trasladó a Madrid, donde conoció a Goya, con quien comenzó una amistad que llegó a ser fraternal.

El pintor aragonés, enfermo, se trasladó a Cádiz en enero de 1793 junto a su amigo Sebastián, posiblemente conducido por el pintor, historiador y crítico de arte Juan Agustín Ceán Bermúdez, amigo común de Goya y de Martínez. Durante seis meses Martínez cuidó del artista prodigándole las mejores atenciones y poniendo a su disposición a los mejores médicos. Fue ésta una controvertida enfermedad, cuyas secuelas irreversibles agriaron aún más el carácter de Goya, produciéndole angustia e inseguridad. Se encerró en un mundo lleno de fantasmas que plasmó en la serie Los Caprichos, a la que siguieron los Desastres de la Guerra y la Tauromaquia, para culminar con las Pinturas negras. Durante los meses de convalecencia, Goya tuvo a su entera disposición la gran colección de Martínez, rica en escenas de género de los mejores artistas flamencos que tanto gustaban al aragonés, y las más de mil quinientas estampas y grabados originales considerados “indecentes” por la Inquisición, pero que inspiraron a Goya lo mejor de su obra posterior.

Fruto del mutuo afecto y admiración es el retrato pintado por Goya y rematado con esta dedicatoria: “A Don Sebastián Martínez por su amigo Goya. 1792”. Sebastián Martínez alcanzó fama en vida, pero, gracias a este fascinante retrato que su amigo le dedicó, logró la inmortalidad y hoy constituye una de las joyas del Metropolitan Museum of Art de Nueva York. Otros tres caprichos pintó Goya para su amigo: El sueño, Las comadres y La siesta, identificados hoy en Dublín (National Gallery), en Hartford (Estados Unidos) y en una colección privada madrileña, respectivamente. En 1796, Goya intervino para que Martínez fuera nombrado académico de honor de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. En 1797, Sebastián Martínez se trasladó a vivir a la Corte para integrarse como miembro del Real Consejo de Hacienda de Su Majestad, desempeñando el cargo de tesorero general y consejero del Rey. Se le jubiló a mediados de 1800 por problemas de salud y falleció a finales de ese año, contabilizándose entonces su fortuna en 10.500.000 reales.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Provincial de la Rioja, Catastro del Marqués de la Ensenada, Libro Mayor de lo Raíz de Seglares, Soto en Cameros (declaración de Felipe Martínez, padre de Sebastián Martínez), caja 546, vol. 662, fols. 1709v. y ss.

A. Ponz, Viaje de España, Madrid, Joaquín Ibarra, 1788 (vol. IV, Madrid, Aguilar, 1988, págs. 700-703); E. du Gué Trapier, Goya and his sitters: a study of his style as a portraitist, New York, The Hispanic Society of America, 1964, págs. 8-9; J. Guerrero Lovillo, “Goya en Andalucía”, en Goya, n.º 100 (1971), págs. 211-217; M. P emán, “La colección artística de D. Sebastián Martínez, amigo de Goya, en Cádiz”, en Archivo Español de Arte (AEA), t. LI, n.º 201 (1978), págs. 53- 62; J. Baticle, “Les amis norteños de Goya en Andalousie: Ceán Bermúdez, Sebastián Martínez”, en VV. AA., Actas del XXVII Congreso Internacional de Historia del Arte, vol. III, Granada, 1978; M. Pemán, “Don Sebastián Martínez, amigo de Goya”, en VV. AA., II Congreso Español de Historia del Arte, vol. I, Valladolid, 1978; N. Glendinning, “Goya’s Patrons”, en Apollo, CXIV, n.º 236 (septiembre de 1981), págs. 236- 247; A. García-Baquero y González, Libro y cultura burguesa en Cádiz: la biblioteca de Sebastián Martínez, Jerez de la Frontera, Fundación Municipal de Cultura, Cátedra Adolfo de Castro, 1988; VV. AA., Goya y el espíritu de la Ilustración, catálogo de exposición, Museo del Prado, Madrid, Ediciones el Viso, 1988, págs. 173-175; J. M. Cruz Valdovinos, “Inquisidores e ilustrados: las pinturas y estampas ‘indecentes’ de Sebastián Martínez”, en El Arte en tiempos de Carlos III, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1989, págs. 311-319; M. Pemán, “Estampas y libros que vio Goya en casa de Sebastián Martínez”, en AEA, t. LXV, n.º 259-260 (1992), págs. 303-320; J. L. Morales y Marín, Pintura en España: 1750-1808, Madrid, Cátedra, 1994, págs. 221-222; J. Baticle, Goya, Barcelona, Crítica, 1995, págs. 135, 140- 141, 154-156 y 338; E. Reinares, “Dos emigrantes cameranos en la vida de Goya”, en Boletín de la Asociación Cultural ‘Amigos de San Román de Cameros’, n.º 38 (1996), págs. 26-29; N. de la Cruz y Bahamonde, conde de Maule, De Cádiz y su Comercio (t. XIII del Viaje de España, Francia e Italia), Cádiz, Servicio de Publicaciones de la Universidad, 1997, págs. 22, 29 y 227-228; VV. AA., Goya, Barcelona, Fundación Amigos del Museo del Prado, Galaxia Gutemberg, 2002, págs. 50, 69, 88, 153, 173 y 208; VV. AA., El retrato español: del Greco a Picasso, Madrid, Museo Nacional del Prado, 2004, págs. 255 y 360-361; R. Hughes, Goya, Barcelona, Galaxia Gutenberg, 2004, págs. 38, 150-152, 172, 189, 200, 239 y 415; R. Calvo y C. Redondo, Hijos Ilustres del Camero Viejo, Logroño, Asociación para la Recuperación Cultural y del Entorno de Soto en Cameros (ARCES), 2005, págs. 40- 43; E. Reinares Martínez, García Herreros “El Numantino”: emigrantes, judíos, clérigos y otras vidas riojanas insólitas en la revolución liberal, Logroño, Colegio Oficial de Aparejadores y Arquitectos Técnicos de La Rioja, 2006, págs. 47-51; VV. AA., Comerciantes, artistas y coleccionistas riojanos del siglo XVIII (XI Jornadas de Arte y Patrimonio Regional, 6, 7 y 8 de noviembre), Logroño, Instituto de Estudios Riojanos, 2008 (folleto); I. Gil-Díez Usandizaga, “Los comerciantes riojanos y el Palacete. Historia de un capital familiar”, en I. Cerrillo Rubio e I. Gil-Díez Usandizaga, La Casa de “el inglés”. Historia del Palacio de la Presidencia del Gobierno de La Rioja, Logroño, IER, 2010, págs. 21-31; I. Gil-Díez Usandizaga, “Ilustración y Comercio. La Biblioteca de Bernardo de Elías (1739- 1791), un riojano en el comercio de Cádiz”, en Berceo, n.º 161 (2011), págs. 31-47; http://www.artehistoria.com/genios/cuadros/2521.htm; http://www.monografias.com/trabajos/goya/goya.shtml; http://www.viaartis.org/en/Goya/PIC_Goya- MMA_RF06_289.php.

 

Roberto Calvo Torre

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