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Eugenio Lucas Villaamil

Biografía

Lucas Villaamil, Eugenio. El Joven. Madrid, 14.I.1858 – 23.I.1918. Pintor.

Eugenio Lucas Villaamil, también llamado Lucas el Joven o Lucas el Mozo, no ha gozado de la fortuna crítica de su padre. A diferencia de éste, aún no cuenta con una monografía propia en la que se analice críticamente su producción artística, en ocasiones entremezclada con obras atribuidas, erróneamente, a su progenitor. Característica esencial de su estilo es el empleo de pinceladas cortas, cargadas de materia pictórica, que denotan su admiración por los grandes maestros de la pintura española como Velázquez, Murillo y, por encima de los demás, Goya.

El joven Lucas nació en Madrid un 14 de enero de 1858, fruto de la relación de Eugenio Lucas Velázquez y Francisca Villaamil, hija del célebre pintor español Jenaro Pérez Villaamil. Su primera formación transcurrió en el taller paterno, donde aprendió los rudimentos de la pintura. Pasó posteriormente a la Escuela de Pintura de Madrid, a través de la cual participó en las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes.

En la de 1876 presentó dos cuadros, Italianas y Mendigos; y en 1881 una acuarela titulada Después de la fiesta y una pintura denominada Galanterías en el siglo XVIII. Este tipo de obras, de corte costumbrista y ambientadas en la España del siglo XVIII, van a ocupar buena parte de su producción pictórica a partir de entonces. Junto a ellas, el otro gran referente en su pintura gira en torno a la figura de Francisco de Goya, al que va a imitar, como ya lo hiciera su padre, en multitud de ocasiones. La admiración por el aragonés, vista a través del crisol de su progenitor, se observa en obras como Escena de la inquisición, el Aquelarre o la Escena de revolución, todas ellas propiedad de la Fundación Lázaro Galdiano (FLG). Todos estos cuadros están poblados de figuras grotescas, como brujas, demonios o personajes atormentados, insertados en ambientes sombríos y lúgubres como cementerios y sótanos.

Más gratas al espectador son sus escenas de género, íntimamente ligadas, por otro lado, a la producción paterna. Buen ejemplo de ello son la Corrida en la plaza del pueblo, Dos majas y un majo o la Misa de parida (Madrid, FLG). Las escenas taurinas, plagadas de detalles anecdóticos, predominan sobre los demás asuntos. Cabe destacar por su excepcional calidad la Suerte de varas (Madrid, FLG). Los últimos escritos sobre este cuadro ponen de manifiesto la libertad pictórica con la que se han resuelto las figuras, realizadas a base de fuertes pinceladas cargadas de materia que, en palabras de José Luis Díez, “contribuyen a acentuar la sensación de confusa agitación de la escena, y sobre todo el despliegue panorámico del gentío disperso en la llanura que lleva la mirada del espectador a un horizonte muy lejano”.

El éxito le llegó, ya a edad tardía, gracias al empresario y coleccionista José Lázaro Galdiano. Tal y como han relatado los últimos escritos dedicados al pintor, en 1905 Paul Lafond, director del Museo de Pau, realizó una consulta a Lázaro para averiguar la identidad de un tal “Lucas” —se trataba evidentemente de Eugenio Lucas Velázquez—, autor de un cuadro firmado propiedad del Museo muy próximo a la estela de Goya. Las indagaciones de Lázaro lo pusieron en contacto con Eugenio Lucas Villaamil, al que protegerá a partir de entonces. El mecenazgo se iba a materializar ese mismo año, cuando el magnate encargó al pintor la realización de un gran lienzo para la bóveda del hall de entrada de Parque Florido, la fastuosa residencia madrileña que Lázaro levantaba por aquellos años (hoy sede del Museo Lázaro Galdiano). En ella Lucas representó a Goya entre sus modelos. Allí aparece el aragonés, siguiendo el retrato que le hiciera Vicente López (Madrid, Museo del Prado), rodeado de muchas de sus composiciones, algunas de ellas propiedad del propio Lázaro; se reconocen sin problemas La maja vestida, el asunto principal de los frescos de San Antonio de la Florida o el retrato de La Tirana, entre otros.

La composición debió agradar en extremo a su protector, pues a partir de ese momento y hasta 1909, Lucas Villaamil se encargó de la decoración de las habitaciones más importantes del palacete. Siempre bajo la supervisión de Lázaro, que le indicaba los asuntos y le facilitaba los modelos, Lucas pintó la sala de música, la sala de la comedia, el comedor de gala, el salón de baile, el salón principal, el recibidor, el despachobiblioteca o el salón de billar, entre otros. La labor de mecenazgo del empresario no se limitó a este encargo, ya que paralelamente adquirió buena parte de los cuadros pintados por Lucas Villaamil e incluso los de su padre, obviamente con miras comerciales. Ésta se materializó años más tarde, ya muerto el pintor, en sendas exposiciones celebradas en París (1936) y Nueva York (1942).

Volviendo a la decoración de Parque Florido, cabe destacar alguna de las estancias. En la sala de música se despliega un amplio abanico de retratos de compositores que reflejan los gustos de la familia del burgués; aparecen así representados Wagner, Verdi, Rossini, Mozart, Beethoven, Listz y Chopin, acompañados por la Musa Euterpe y por el retrato de una dama que se identifica con Paula Florido, esposa del magnate. Para el recibidor realizó las Artes Reunidas; se puede resaltar de este conjunto la representación de “La Pintura”, encarnada en Velázquez, al que rodean muchos de sus personajes, entre ellos la Cabeza de mujer que acababa de adquirir Lázaro y que aún se conserva en el Museo. Por último, conviene destacar el despacho-biblioteca, donde se representa la Alegoría del Saber, también denominada Apoteosis de las letras. Ésta repite el gran mural pintado por Wilhelm von Kaulbach en la Neue Pinakhotek de Múnich (destruido durante la Segunda Guerra Mundial); la diferencia entre ambos estriba en que mientras el fresco original homenajeaba a la reforma luterana, la bóveda madrileña exalta el saber católico, colocando como eje central a Benito Arias Montano. A su alrededor se reconoce a Cristóbal Colón, Juan Sebastián Elcano, Platón o Aristóteles.

Prueba del sincero agradecimiento de Lucas hacia su protector es su Autorretrato, del que se conocen dos versiones propiedad de la Fundación Lázaro Galdiano.

El primero de ellos está firmado y fechado el 30 de abril de 1910; lleva además la dedicatoria “Al S. Dn. José Lázaro su agradecido amigo Eugenio Lucas Villamil”. El segundo muestra al pintor en edad más avanzada, fechándose hacia 1915. En ambos el pintor se retrata de busto, con el semblante serio; viste traje claro y sostiene en la mano la paleta y los pinceles propios de su oficio. En cuanto al más tardío, fue pintado con toda probabilidad en París, ciudad a la que viajó Lucas precisamente en 1915 invitado por Lázaro.

La relación con su mecenas le abrió nuevas puertas.

Gracias a ella trabajó a partir de entonces como restaurador y copista en el taller del famoso anticuario García Palencia, e incluso fue nombrado caballero de la Orden de Carlos III. En cuanto a su vida familiar, hay constancia de su matrimonio con Eugenia Esteban, con la que tuvieron a Francisca Teresa, que siguió la tradición familiar y se convirtió en pintora.

Eugenio Lucas falleció en Madrid el 23 de enero de 1918.

 

Obras de ~: Corrida de toros, c. 1890, National Gallery of Art, Washington; Salida de misa, colección Gerstenmaier; Autorretrato con traje claro, 1910, FLG, Madrid; Autorretrato con traje oscuro, 1910-1918, FLG, Madrid; La Castañera y los majos, FLG, Madrid; Escena de la inquisición, FLG, Madrid; Brujería, FLG, Madrid; Aquelarre, FLG, Madrid; Corrida en la plaza del pueblo, FLG, Madrid; La barrera rota, FLG, Madrid; Espantada en una capea, FLG, Madrid; Suerte de varas, FLG, Madrid; Fiesta del pueblo, FLG, Madrid; Bandoleros asaltando a unos viajeros, FLG, Madrid; Escena de la revolución, FLG, Madrid; La misa de parida, FLG, Madrid; Dos majas y un majo, FLG, Madrid; La procesión, Musée des Beaux-Arts, Agen; La confirmación o La misa de parida, Musée des Beaux-Arts, Lyon; Corrida de toros, colección Gerstenmaier; Carnaval en Cibeles, colección Joaquín Rivero, Jerez de la Frontera; Escena familiar en el jardín, Museo de Bellas Artes, Álava; Maja con abanico cerrado, colección particular; Escena de plaza de toros, colección particular; Alegoría de la Música, Madrid, comercio, 1985; Alegoría de la Literatura, Madrid, comercio, 1985; Mascarada, colección particular, Madrid; Procesión, Madrid, comercio, 1989; Majas, Madrid, comercio, 2003; Dama, Madrid, comercio, 2008; Caballero, Madrid, comercio, 2008; Escena de la Guerra de la Independencia, Madrid, comercio, 2008.

Lienzos para la decoración de Parque Florido: Apoteosis de Goya; Alegoría de la Música; Alegoría de los alimentos; El tocador de Venus; Las Artes reunidas; Las Estaciones; Alegoría de la Literatura; Alegoría del Mecenas; El Columpio; Apoteosis de Flora; Las Edades del hombre.

 

Bibl.: R. Balsa de la Vega, Eugenio Lucas, Madrid, 1911; J. Babelon, Les Deux Lucas. Peintures, Gouaches, Dessins de la Collection José Lázaro, catálogo de exposición, Paris, 1936; Lucas and his son, catálogo de exposición, New York, Galería Wildenstein & Co., 1942; J. A. Gaya Nuño, El arte y los artistas españoles desde 1800, Barcelona, Editorial Cobalto, 1948, pág. 24; E. Pardo Canalís, “El mundo ignorado de Eugenio Lucas”, en Goya, n.º 116 (1973), págs. 70-75; Eugenio Lucas y su mundo, Madrid, 1976; E. Bénézit, “Lucas y Villaamil, Eugenio”, en Dictionaire critique et documentaire des peintres, sculpteurs, dessinateurs et graveurs [...], vol. VII, Paris, Librairie Gründ, 1976, pág. 6; J. M. Arnáiz, Eugenio Lucas, su vida y su obra, Madrid, Editorial Montal, 1981; Eugenio Lucas (1817- 1870), catálogo de exposición, Zaragoza, Museo Camón Aznar, 1984; El autorretrato en la Pintura Española. De Goya a Picasso, catálogo de exposición, Madrid, Fundación Mapfre, 2001, págs. 110-111; M. E. Gómez Moreno, Pintura y escultura españolas del siglo XIX. Summa Artis, vol. XXXV, Madrid, Espasa Calpe, 1994, págs. 246-247; Y. Lintz y B. France, Le Musée des Beaux-Arts d’Agen, Paris, 2000, pág. 93; Goya, Coetáneos y seguidores. Pinturas, dibujos y estampas del Museo Lázaro Galdiano, catálogo de exposición, Santiago de Chile, Museo de Bellas Artes, 2000, págs. 98-99; C. Saguar Quer, “Eugenio Lucas Velázquez, pintor de cámara de don José Lázaro Galdiano”, en Goya, n.º 277-278, Madrid, 2000, págs. 293-312; V. Gerard y C. Ressort, Musée du Louvre. Département des Peintures. Catalogue. Écoles Espagnole et Portugaise, Paris, Réunion des Musées Nationaux, 2002, pág. 376; C. Saguar Quer, “En torno a la colección: Parque Florido”, en Maestros de la pintura española en la Colección Lázaro Galdiano, catálogo de exposición, Pamplona, 2003, págs. 6-22; “Lázaro, Goya y los Lucas”, en Goya y lo goyesco, catálogo de exposición, Segovia, 2003, págs. 19-49; J. L. Díez, La Pintura Española del siglo XIX en el Museo Lázaro Galdiano, Valencia, 2005, págs. 290-347; F. Fernández Pardo, Colección Gerstenmaier (Pintura Europea, siglos XV al XX), catálogo de exposición, San Sebastián, 2004; Colección Joaquín Rivero, catálogo de exposición, Cádiz, Museo de Cádiz, 2005, págs. 96-97.

 

Ángel Rodríguez Rebollo

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