Giudice Palagano, Francesco del. Nápoles (Italia), 7.XII.1647 – Roma (Italia), 10.X.1725. Cardenal, virrey de Sicilia e inquisidor general.
Era miembro de una noble familia napolitana, hijo de Nicolás Giudice, duque de Giovenazzo y príncipe de Cellamare, y de Hipólita Palagano. Fue destinado al estado eclesiástico; marchó a Roma bajo el pontificado de Clemente IX (1667-1669). El sucesor de este papa, Clemente X (1670-1676), lo nombró sucesivamente protonotario apostólico, vicelegado en Bolonia, gobernador de Fano y clérigo de la Cámara Apostólica. Con el papa Inocencio XI (1676-1689) llegó a ser prefecto de la annona y, quizás, gobernador de la ciudad de Roma, lo que no es aceptado como seguro por sus biógrafos. A instancias del rey Carlos II de España, el papa Alejandro VIII le otorgó la púrpura cardenalicia el 13 de febrero de 1690, y tomó posesión del título presbiteral de Santa María del Popolo el día 10 de abril del mismo año. Con el paso de los años cambiará su título cardenalicio: cardenal presbítero de Santa Sabina (1700), cardenal obispo de Palestrina (1717), de Frascati (1721) y, finalmente, siendo ya decano del Sacro Colegio desde el 13 de junio de 1723, de Ostia-Velletri (1724). Como aún no había recibido las sagradas órdenes en el momento de su elevación al cardenalato, las recibió todas el 19 de diciembre de 1691, exceptuada la de obispo, que recibiría en 1704.
Durante el pontificado de Inocencio XII (1691- 1700), y como cardenal protector de la Corona española, se ocupó unos años de los asuntos españoles ante la Corte de Roma. Pero el antinepotismo de este papa no le prometía grandes ascensos en Roma, por lo que marchó a España, a la sombra de Carlos II. Muerto este Rey, a finales de 1701 fue nombrado virrey y capitán general de Sicilia, y le fue concedido el correspondiente permiso pontificio el 15 de diciembre del mismo año. El 14 de enero de 1704 fue nombrado arzobispo de Monreale en Sicilia, recibiendo entonces la consagración episcopal. Mantuvo, sin embargo, su cargo de virrey con dispensa de residencia en la diócesis.
El 2 de junio de 1711 fue nombrado inquisidor general de España y consejero de Estado. En 1713 se pensó en él para la sede de Toledo, pero no obtuvo el apoyo de Melchor de Macanaz, quien logró impedir el nombramiento. De aquí surgió una profunda enemistad hacia el político, cuyo famoso Pedimento de los 55 puntos condenó en julio de 1714, previa consulta a Roma. Por entonces, Giudice se encontraba en un dorado exilio en París, consecuencia, entre otras cosas, de su oposición a la princesa de los Ursinos. Pero a la llegada de la nueva reina, Isabel de Farnesio, que expulsó sin miramientos a la princesa, volvió a Madrid. Sin embargo, terminó enemistándose con la Reina y con su protegido, el que luego sería cardenal Alberoni, por lo que en 1716 fue depuesto de su cargo inquisitorial y devuelto a Italia. De nuevo en Roma, se ganó la confianza del emperador Carlos VI, quien lo hizo su orator y encargado de negocios ante la Santa Sede (1719-1720). Fue también secretario de la Inquisición romana desde 1719 hasta su muerte.
El 15 de febrero de 1725 le fue aceptada su renuncia a la sede de Monreale, permaneciendo desde entonces en Roma hasta su muerte. Enterrado primeramente en la Ciudad Eterna, sus restos fueron trasladados a Nápoles, al panteón familiar de la iglesia del Carmine.
Bibl.: M. Guarnacci, Vitae et res gestae Pontificum Romanorum et S. R. E. Cardinalium a Clemente X usque ad Clementem XII, vol. I, Roma, V. Monaldini, 1751, cols. 347-350; G. Moroni, Dizionario di erudizione storico-ecclesiastica, vol. XXXI, Venecia, Tipografía Emiliana, 1845, págs. 138-139; T. Egido, “La Inquisición en una España en guerra”, en J. Pérez Villa nueva y B. escandell Bonet (dirs.), Historia de la Inquisición en España y América, vol. I, Madrid, La Editorial Católica, 1984, págs. 1235-1237; J. M. Walker, Historia de la Inquisición española, Madrid, Edimat Libros, 2001, págs. 286-288.
Miguel C. Vivancos Gómez, OSB