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Eduardo Mier y Miura

Biografía

Mier y Miura, Eduardo. Sevilla, 6.III.1858 – Madrid, 18.XI.1917. Coronel de Ingenieros, geógrafo, escritor e inventor.

Ingresó en la Academia de Ingenieros del Ejército el 10 de julio de 1875, saliendo de la misma como teniente, con el número uno de su promoción, el 22 de febrero de 1879. Siendo alumno, intervino en la defensa de Guadalajara, en el marco de la última Guerra Carlista, por lo que se le concedió la Cruz de 1ª clase, blanca, al Mérito Militar.

En 1880 estaba destinado en el Regimiento de Ingenieros, Nº 1, de donde pasaba (en 1881) como ayudante de profesor a la citada Academia de Ingenieros. Permanecía en la misma hasta el siguiente año, en el que, promovido a capitán del Cuerpo (15 de febrero), era destinado al 3º de los Regimientos del Arma.

En abril de 1882 ingresaba como geodesta en el Instituto Geográfico y Estadístico, en cuyo servicio desarrolló prácticamente toda su carrera y en el que realizó una obra de gran importancia, influyendo fuertemente en los progresos de dicho instituto. Participó en distintas mediciones, como en la elaboración del mapa magnético de España; además promovió distintas mejoras en el Instituto Geográfico, como los nuevos talleres de publicación y el servicio sismológico. Debido a su delicado estado de salud, su actividad, en la 4ª brigada geodésica en la que se incorporaba, se inclinó a los trabajos teóricos y de organización, en vez de los de campo.

En 1883 tomaba parte en los trabajos de enlace de las Baleares con la Península y en 1884 era nombrado segundo jefe de su brigada. Al siguiente año presentaba una memoria al concurso anual del Memorial de Ingenieros, titulada Teoría de las aproximaciones numéricas, que fue publicada por la Real Academia de Ciencias exactas, físicas y naturales en 1886. Fue el encargado, en 1887, de dirigir la reforma del mareógrafo de Alicante, para lo que realizaba un estudio que daba como resultado la construcción de dos de estos aparatos para la estación de Cádiz. En 1890 se responsabilizaba de la inspección de nivelaciones de precisión de San Fernando a Málaga y de Durango a Tolosa y un año después de la de Madrid. También por esos años verificó el arreglo de los aparatos registradores de meteorología de Cádiz, presentando, además, un informe sobre los servicios mareográficos y meteorológicos. Entre los años 1891 y 1896 realizó experimentos aeronáuticos para solucionar el problema de la estabilidad de los globos dirigibles. Siguiendo con sus trabajos científicos, en 1892 se instalaba en Alicante el sistema de su invención para comunicar el mar con el pozo de referencia, adoptándose como reglamentario su mareógrafo de sifón.

Promovido a comandante de Ingenieros en 1894, se le concedía en ese año la Cruz de 2ª clase al Mérito Militar por la obra Mareómetros y mareógrafos. Por los trabajos realizados, así como por sus memorias presentadas, fue elegido académico numerario de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, en la que leía en 1911, al realizar el ingreso en la misma, su trabajo titulado La utilidad de la sismología, constitución interna de la Tierra, causa de los terremotos y nuevos instrumentos sismológicos. En dicho trabajo establecía una teoría nueva sobre la formación de la tierra, fundada en los datos proporcionados por la sismología.

En 1903 era ascendido a teniente coronel, y al siguiente año fue nombrado delegado de España en la Asociación Internacional de Sismología, asistiendo en 1905 a la conferencia de Berlín, donde presentaba un macrosismógrafo de registro eléctrico. Siguiendo con su actividad, en 1910 publicaba una memoria en la que establecía las bases del Servicio Sismológico de España, en la que situaba las estaciones sismológicas más convenientes, eligiendo como principal a la de Toledo, y señalaba los aparatos con los que debía contar cada una de ellas, realizando, además, la instalación de la principal.

Desde 1912 en adelante, recogió las observaciones magnéticas de 114 estaciones de España, pudiendo así determinar las curvas isógonas, isóclinas e isodinámicas. Entre los estudios que realizó de aplicaciones militares de la ciencia, están: el torpedo aéreo (utilizado por los alemanes durante la Gran Guerra) y el torpedo dirigible desde tierra, para defensa de costas. Inventó el “gravímetro” para determinar el valor de la intensidad de la gravedad, aplicando la fotografía para la fijación de las referencias. Fue vocal de Junta del Catastro, llevando el peso del trabajo para la redacción de ley del citado catastro, y entre otras cuestiones relacionadas con la ciencia, realizó intensos estudios sobre la aeronáutica para redactar un proyecto de globo dirigible, adelantándose a otros inventores al solucionar el problema de la estabilidad de los citados globos por medio de los apéndices caudales, siendo también el primero en aplicar los motores de explosión a la aeronáutica, construyendo uno rotatorio en los astilleros Vea Murguía de Cádiz.

Formuló diversas teorías: la de aproximaciones numéricas, la de los péndulos horizontales y sismológicos (Las ecuaciones fundamentales y el amortiguamiento de los sismógrafos), y sobre el origen de los terremotos en el interior de la Tierra, tema este último sobre el que versó su discurso de ingreso en la Real Academia de Ciencias en 1911.

A finales de 1912 tuvo lugar en París la Conférence internationale de l’heure radiotélégraphique o simplemente, como se mencionó en España, la Conferencia de la Hora. La idea central que se discutía aquellos días era revolucionaria. Para asegurar que la hora se marcara de forma fija en todo el mundo, se acudiría a una red de transmisores de una novísima tecnología: la telegrafía sin hilos o, lo que es igual, se utilizarían señales de radio. Formando parte de la representación española, destacaba, con sus diversos trabajos multidisciplinares, Eduardo Mier y Miura, que apenas era conocido en su propia tierra.

De gran competencia en Física, Electricidad, Matemáticas y Aviación, publicó numerosos artículos en revistas técnicas como: la Gaceta Industrial, la Ciencia Eléctrica, Naturaleza (de la que fue durante algunos años el redactor jefe y en la que publicó más de 300 artículos), La Energía Eléctrica, Anales de la Sociedad española de Física y Química, o bien en el Memorial de Ingenieros del Ejército.

Ideó varios aparatos de medición geográfica y sistemas energéticos: el mareómetro, el medimareómetro, el mareógrafo, dos modelos de contadores eléctricos (Hispania y Krumer), el gravígrafo (que mide la intensidad de la gravedad), un cronógrafo fotográfico, un barómetro, un aparato destinado a medir la frecuencia de las olas, sismógrafos, indicadores de profundidad para submarinos, un generador de acetileno y otro de hidrógeno, así como sistemas de alumbrado. En 1898, para la guerra de Cuba entre España y los insurrectos (ayudados por Estados Unidos), creó los torpedos aéreos.

Obras de ~: “Teoría de las aproximaciones numéricas”, en Memorial de Ingenieros (MI) (1885); Ventajas del mayor rendimiento de los propulsores náuticos, 1892; “Torpedos automóviles”, en MI (1896); Nuevos buques submarinos, 1896; Tranvías eléctricos: Algunas consideraciones acerca de su rendimiento industrial, 1897;  “Nuevo método para obtener hidrógeno”, en MI (1898); Transmisión de la luz a través del espacio, 1898; “El victorio nuevo cuerpo simple”, en MI (1899); “Problemas relativos al empleo de los cebos de cantidad (eléctricos)”, en MI (1899); Ligera explicación de la telegrafía sin alambres, 1899; Aguas altas artificiales, 1900; Nuevo método para obtener hidrógeno, 1900; Navegación submarina. Aparato de profundidades y de horizontalidad, 1901; Pérdidas producidas por los contadores de energía eléctrica y medios de disminuirlas, 1901; Tracción eléctrica por cable aéreo, 1901; Noticia sumaria de los trabajos científicos de D. José Echegaray, 1905; “Minas especiales para defenderse de los submarinos”, en MI (1906); “Reseña de los trabajos de los Ingenieros del Ejército en el Instituto Geográfico”, en MI (1909); La electricidad y la aeronáutica, 1909; “Aparato para medir la frecuencia de las olas”, en MI (1909); “Teoría y descripción de un Diferenciador”, en MI (1917); Inflamación de cargas explosivas por medio de la electricidad, s.f.; Aplicaciones de la electricidad al estudio y servicio de las armas de fuego, s.f.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Secc. 1.ª, Exp. personal.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1880-1918; Revista de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de Madrid, 6 (1907); M. Ossorio y Bernard, Ensayo de un catálogo de periodistas españoles del siglo XIX, Madrid, 1908; Biografías y Necrologías, Madrid, 1918; Índice Analítico del Memorial de Ingenieros (1843-1920), Madrid, 1921; J. Lopez Piñero et al., Bibliografía histórica sobre la ciencia y la técnica en España, parte II. Biografías e Índices, Granada, Universidad de Granada, 1973 (Cuadernos Hispánicos de Historia de la Medicina y de la Ciencia XIII)); Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, Anuario, Madrid, Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, 2003; M. Silva Suarez, Técnica e Ingeniería en España. El Ochocientos. Profesiones e Instituciones civiles, Zaragoza. Real Academia de Ingeniería - Institución “Fernando el Católico” - Prensas Universitarias, 2007; “Ingenieros militares y la Real Sociedad Geográfica”, en Boletín de la Real Sociedad Geográfica, CXLVIII (enero-diciembre 2012), pág. 17; A. Polanco Masa, “Eduardo Mier, el investigador incansable”, en Tecnología obsoleta, Artículos sobre Ciencia, Tecnología y Cultura, 28 de noviembre de 2015 [en línea], disponible en https://alpoma.net/tecob/?p=11717.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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