Ramón Carbonell y Gómez, José de. Sevilla, 24.XII.1832 – Madrid, 29.VIII.1925. Militar, general de brigada de Ingenieros.
Entró a formar parte del Cuerpo de Ingenieros el 5 de septiembre de 1856, como teniente, después de terminar sus estudios en la Academia de Guadalajara, en la que había ingresado el 1 de septiembre de 1850. De
Tomó parte con su Compañía de Zapadores en la Guerra de África (1859-1860), siendo recompensado por méritos de guerra, con la Cruz de San Fernando de 1ª clase, en la batalla de Tetuán el 4 de febrero de 1860, concedida por R.O. de 24 de mayo de 1860. Durante la campaña realizó trabajos de fortificación, asistió a la batalla de los Castillejos construyendo bajo fuego enemigo un atrincheramiento, abrió caminos para la artillería, siempre hostigado por el enemigo, como el camino de Cabo Negro, acción por la que fue recompensado con el grado de capitán del Ejército (los oficiales de Ingenieros podían ascender en dos escalas distintas: una, la del Ejército, por elección, y otra, en el Cuerpo, por antigüedad), o bien en la batalla de Samsa o de Wad Rass, siempre facilitando el paso a la Artillería, entre otros muchos y meritorios operaciones.
Ascendía a capitán de Ingenieros 27 de diciembre de 1861, permaneciendo en la misma unidad, el 2º Regimiento de Ingenieros. En 1864 se encontraba destinado en Ceuta, donde se le ordenaba que pasase a formar parte de la comisión mixta de Artillería e Ingenieros, para estudiar las obras de fortificación exteriores a la plaza, necesarias para su mejor defensa. En ese año se encargaba de proyectar y construir dos baterías en el pie del monte Hacho, así como el fuerte del “Desnarigado”. Los avances de la Artillería de Costa y el plan defensivo formulado por el ingeniero general Antonio Zarco del Valle, en 1851, motivaron la construcción de un fuerte moderno en el recinto del Hacho, al final del reinado de Isabel II, el Fuerte del Desnarigado, diseñado por José de Ramón Carbonell. Este ingeniero, también proyectaba un fuerte atenazado y poligonal, consistente en un cuartel defensivo de dos plantas capaz de albergar 250 hombres, en junio de 1864.
En 1867 era destinado a la Dirección Subinspección de Ingenieros en Cuba, como comandante en Ultramar (al ser destinados a ultramar, recibían el grado inmediato superior, que perdían al volver a la Península), integrado en la Comandancia del Cuerpo en La Habana, donde realizaba la dirección de numerosas obras. En 1869 tomaba parte, como jefe de Ingenieros, en una columna de operaciones contra los insurrectos (Guerra de los Diez Años, Guerra del 68 o Guerra Grande, de 1868 a 1878), a la que facilitaba el paso reparando las destrucciones causadas por las partidas enemigas en los caminos y vías férreas. En julio de ese año, dada la pericia demostrada en las reparaciones efectuadas en la vía férrea (restablecimiento del servicio entre Nuevitas y Puerto Príncipe), así como en el material ferroviario, era nombrado ingeniero jefe de todos los ferrocarriles de la isla, sin perjuicio de su destino en la Comandancia de Ingenieros de La Habana. En recompensa a tales servicios, se le concedía el grado de coronel del Ejército, en marzo de 1870. En 1871 fue nombrado subinspector de las obras del canal de Vento, y en 1875 se hacía cargo, por orden del capitán general, de la construcción de todas las trochas militares de la isla. Además de los trabajos citados, realizó en la isla antillana numerosas obras de fortificación y obras públicas. En ese año de 1875, se le ascendía a teniente coronel en Ultramar.
En junio de 1877, por haber cumplido los diez años de máxima permanencia en la isla, volvía a la Península, quedando en situación de excedente, hasta septiembre de ese año en que era destinado a la Dirección Subinspección de Castilla la Vieja como jefe de la Comandancia de Ingenieros de Valladolid. Mandó, más tarde, al ser promovido a coronel de Ingenieros el 2º Regimiento de Zapadores Minadores, en los años 1878 y 1879, y posteriormente el de Pontoneros. En 1890 pasaba a la situación de reserva, con el empleo de general de brigada de Ingenieros.
Estaba en posesión, además de la Cruz de San Fernando ya citada, de la Cruz Pensionada de la Orden de San Hermenegildo, de tres cruces al Mérito Militar blancas y dos rojas y de las Medallas de África y de Cuba.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. personales.
C. Pérez Marín, “Las Fortificaciones Neomedievales del Campo Exterior de Ceuta”, en II Congreso sobre Fortificaciones modernas y contemporáneas, Cartagena 5-8 octubre 1999, 1999 [en línea], disponible en https://www.carlosperezmarin.com/comunicacion-fuertes-medievales; L. de Sequera Martínez, Historial de las Unidades de Ingenieros en Ultramar (la Campaña de 1898), Madrid, Talleres del Centro Geográfico del Ejército, 1999; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, “Caballeros de la Real y Militar Orden de San Fernando pertenecientes al Arma de Ingenieros”, en Memorial del Arma de Ingenieros (Madrid, Ministerio de Defensa), n.º 63-66 (2001-2002); A. Bravo Nieto y J. A. Bellver Garrido, Arquitectura militar neomedieval en el siglo XIX. Los fuertes exteriores de Melilla, Madrid, Ministerio de Defensa - Instituto de Cultura mediterránea, 2006; J. C. García Palacios, “Los ingenieros militares en la formación de una ciudad. Sistemas defensivos, urbanismo, arquitectura e ingeniería militar en la ciudad de Ceuta: un estudio de su cartografía histórica. Siglos XVIII Y XIX”, en Revista Ingenieros Politécnicos, 4 (2017).
Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño