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Hermenegildo Díaz de Cevallos

Biografía

Díaz de Cevallos, Hermenegildo. Sevilla, 3.VII.1814 – Madrid, 2.IV.1891. General carlista.

Hijo de don Hermenegildo Díaz de Cevallos y Morales, teniente coronel de Infantería, y de doña María Jacinta Fernández de Camacho y Cortés, en 1825 entró de alumno guardia marina en el Colegio de San Telmo de Málaga, pero pronto decidió cambiar de Arma y en diciembre de 1829 ingresaba en la Guardia de Corps de Fernando VII, de la que fue expulsado por sus opiniones carlistas el 15 de enero de 1833.

A principios de 1834 se incorporó a las filas carlistas, siendo nombrado alférez de la 5.ª compañía del 1.º de Guipúzcoa. Tomó parte en las acciones de Villafranca, Elizondo, Escurra, Treviño y Guernica, en el primer sitio de Bilbao y en la batalla de Hernani.

Ascendió a teniente en la toma de Villafranca, el 14 de junio de 1835, y obtuvo la Cruz de San Fernando de 1.ª clase en la del castillo de Lequeitio. Capitán en junio de 1836, salió de las Provincias con la expedición de Gómez, distinguiéndose en las acciones de Revilla, Barco de Soto y Matilla, donde cargó al frente de una compañía de granaderos contra los cañones de la columna de Narciso López, de los que consiguió apoderarse. Herido y prisionero en la batalla de Villarrobledo (20 de septiembre de 1836) fue canjeado en agosto de 1837 y se incorporó al 1.º de Guipúzcoa.

En 1838 combatió en Urnieta y Andoain, uniéndose después a la expedición de don Basilio como jefe de la Compañía de Cazadores del 7.º de Castilla, a cuyo frente se distinguió en Calatrava, Puertollano y Valdepeñas. En la sorpresa de Béjar logró salvar la fuerza de su mando, uniéndose al ejército de Cabrera.

Obtuvo el grado de comandante en el sitio de Morella, participó en diversas acciones y fue nombrado teniente coronel sobre el campo de batalla el 23 de marzo de 1839. El 1 de junio de 1840, poco antes de que las fuerzas de Cabrera se viesen obligadas a cruzar la frontera, se le concedió el grado de coronel.

Tras once meses de confinamiento en Francia se trasladó junto a Cabrera, y llegado el momento fue uno de los agentes más activos en la preparación de la guerra de 1847-1849, durante la cual volvió a penetrar en la Península como primer ayudante del mencionado general, siendo ascendido a brigadier en el transcurso de la campaña y obteniendo de Carlos (VI) la Gran Cruz de Isabel la Católica el 2 de marzo de 1849.

El 4 de marzo de 1860 fue nombrado por Carlos (VI) mariscal de campo y comandante general de Valencia, como parte de los preparativos del fracasado alzamiento de San Carlos de la Rápita.

En 1868 se presentó a Carlos (VII), que le ascendió a teniente general con antigüedad (20 de febrero de 1868), le concedió la Gran Cruz de San Hermenegildo y le nombró su secretario, puesto en el que continuó hasta septiembre de 1869, cuando fue reemplazado por Navarro Villoslada.

Designado miembro del Consejo particular de Carlos (VII) el 24 de abril de 1870, pocos días más tarde era nombrado comandante general de Cataluña, donde tomó todas las medidas necesarias para el alzamiento hasta que el 20 de septiembre del mismo año fue de nuevo llamado al lado de su Rey, que le nombró ayudante de campo. El 18 de mayo de 1872 se le destinó a las órdenes del infante Alfonso Carlos como jefe del Estado Mayor del Ejército de Cataluña. Desempeñó también la comandancia general de Aragón desde el 2 de septiembre de 1873 hasta que, a principios de 1874, fue trasladado a la comandancia general de Guipúzcoa. El 28 de febrero de 1874 se apoderó de Tolosa, sitió después Hernani y, a principios de noviembre, pidió la separación del servicio para que se juzgara si había sido correcta su actuación en las operaciones sobre Irún, juicio que resultó sobreseído a petición del fiscal.

Terminada la guerra pasó a Francia, pero regresó a España algún tiempo más tarde. Publicó diversos trabajos históricos en El Estandarte Real.

 

Bibl.: R. de Brea, Bocetos Tradicionalistas, Barcelona, La Bandera Regional, s. f., págs. 19-21; F. de P. Oller, Álbum de personajes carlistas, t. II, Barcelona, La Propaganda Catalana, 1888, págs. 43-50.

 

Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera

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