Camín Meana, Alfonso. Roces, Gijón (Asturias), 12.VIII.1890 – Porceyo, Gijón (Asturias), 12.XII.1982. Narrador, poeta y periodista.
De formación autodidacta (sólo recibió la instrucción primaria) y espíritu aventurero, el asturiano Alfonso Camín entraría dentro del prototipo de emigrante intercontinental hecho a sí mismo.
La falta de horizontes laborales empujó a un Camín adolescente a cruzar el océano Atlántico con el fin de labrarse un porvenir, llegando a La Habana en octubre de 1905. Allí se empleó en un comercio de telas, donde sobrevivió a duras penas, exponiéndole la desnutrición a una ceguera transitoria de la que se curaría, tras un intento de suicidio planeado en un momento de desesperación. En 1908 sufrió cárcel al verse involucrado en un suceso sangriento que no será excepcional en su periplo vital, pues en 1917 protagonizó otro hecho similar. La prisión destapará su vocación lírica, dando comienzo, así, su prolífica carrera literaria en el Diario de la Marina, a cuya plantilla se incorporará años después. Este rotativo lo envió más tarde de corresponsal a España para cubrir la Primera Guerra Mundial.
En Cuba desempeñó Alfonso Camín diversos oficios como los de mecánico, soldado voluntario o vendedor ambulante de sus propios libros, y una actividad cultural notable: fue redactor del periódico La Noche en el que se ocupó de su suplemento literario; fundó y dirigió las revistas Tierra Asturiana (1912) y Apolo (1915), y colaboró con trabajos en verso y prosa en las principales publicaciones de la isla antillana como El Cubano Libre, La Correspondencia, Diario Español, Hojas Cubanas, El Progreso de Asturias, El Comercio, Voz Astur, El País, Vida Española, La Independencia o Asturias.
En 1915, acuciado por un vivo deseo de ser reconocido en su patria, regresó a España. Entregado a una vida bohemia, prosiguió Camín en Madrid su frenética y fecunda escritura, circunscrita al ámbito de un modernismo de palabra vibrante en el que no faltan resabios románticos. Al año siguiente, de vuelta en Cuba, se dedica a encauzar su torrencial vena poética, convirtiéndose en pionero de la escuela afroantillana con textos como “Elogio de la negra” o “La negra Panchita”. En esta etapa, Camín abogó por la recuperación literaria de formas primitivas que potenciaran el folclore popular a través de la eufonía del verso.
Nuevamente en tierra española desde 1926, la Guerra Civil lo sorprendió en Palencia y, tras zafarse en diversas poblaciones del acoso del bando nacional (él mismo se definía como “republicano romántico”), fue prendido y encarcelado en Luarca (Asturias) durante casi un mes. Su vida corrió serio peligro de acabar en un paredón de fusilamiento, pero logró ser liberado pasando a Portugal. Desde ahí pudo retornar, en mayo de 1937, a La Habana y trasladarse luego a México.
En el país azteca se consagró en cuerpo y alma a aumentar y perfeccionar su ingente producción poética, en la que sobresale el recuerdo idealizado de la Asturias de sus años mozos, ya que, al decir de Juan Antonio Cabezas “Camín logra el milagro de convertir el esencial ruralismo asturiano en una personal y nueva forma de poesía lírica universal y perfectamente incorporada al castellano”. Aunque su fama se sustenta en el terreno poético (Alicio Garcitoral la califica de “poesía viril difícilmente sobrepasada”), no resultaron menores sus empeños narrativos y teatrales, con zarzuelas y novelas costumbristas de arraigado sabor antropológico, o con sus personales recreaciones historicistas sobre famosos personajes como Pedro Menéndez de Avilés, Tomás Bobes o Juan de la Cosa, o sobre acontecimientos de subrayado carácter épico como la revolución mexicana o la revuelta obrerista de octubre de 1934.
En México, Alfonso Camín colabora en los prestigiosos diarios El Universal y Excelsior, al tiempo que dirige revistas como Rojo y Gualda. Pero por encima de otras empresas, dedicará todos sus esfuerzos a mantener y hacer crecer su proyecto más personal, la revista Norte, que había creado en Madrid en 1929 y al frente de la cual permanecerá más de treinta años, sorteando no pocas dificultades en su sostenimiento.
No fue ésta la única iniciativa editorial desarrollada en dicho país centroamericano, pues de su taller también salió la revista Ambos Mundos, de vida más efímera.
En 1967 Alfonso Camín regresó, ya enfermo, de su prolongado exilio, estableciendo su residencia primero en Madrid y luego en Asturias. Fue un período de penurias, agravado por los achaques de la vejez, en el que se reeditaron algunos libros, se le rindieron varios homenajes (como el acto multitudinario que se le ofreció en 1969 en el Teatro Capitol de Mieres), se le puso su nombre a colegios y centros culturales y se instituyó un certamen poético, de fugaz trayectoria, en su honor. Finalmente, en 1981, la Diputación Provincial de Asturias le nombró hijo predilecto y le otorgó el título de Poeta de Asturias junto con una pensión vitalicia que alivió, en parte, su precariedad económica.
Alfonso Camín recibió en 1979 el Premio José Vasconcelos de México. Dos años antes, varios profesores de la Universidad de la Sorbona habían solicitado para él, sin éxito, la concesión del Premio Cervantes.
Obras de ~: Adelfas, La Habana, 1913; Crepúsculos de oro, La Habana, Biblioteca Cervantes, 1914; Cien sonetos, La Habana, Biblioteca Cervantes, 1915; La ruta, Madrid, M. García y G. Sáez, 1916; De la Asturias simbólica, La Habana, Pérez Hermanos, 1917; Quosque tandem [...]?, México, 1918; Alabastros, México, Librería Española, 1919; Hombres de España, Madrid, Renacimiento, 1923; La moza del castañar, Madrid, Renacimiento, 1924; El automóvil gris, Madrid, Los contemporáneos, 1924; Hombres de España y América, La Habana, Imprenta Militar, 1925; De la Asturias simbólica y nuevos poemas, Madrid, Renacimiento, 1925; La Carmona, Madrid, Renacimiento, 1926; Carteles, Madrid, Renacimiento, 1926; Palomos buchones, León, 1927; Los hombres y los días, Madrid, Renacimiento, 1927; Entre volcanes, Madrid, Renacimiento, 1928; La pícara molinera, Madrid, 1929; Xochitl y otros poemas, Madrid, Renacimiento, 1929; Carey, Madrid, Revista Norte, 1931; La Pregonada, Madrid, Revista Norte, 1932; La danza prima, Madrid, Revista Norte, 1932; El gallo de Mateón, Madrid, Revista Norte, 1933; Los poemas del indio Juan Diego, Madrid, Revista Norte, 1934; Los poemas lozanos, Madrid, Revista Norte, 1935; Pancho Villa, Madrid, Fénix, 1935; España a hierro y a fuego, México, Norte, 1938; El valle negro, México, Norte, 1938; Poemas para niños de catorce años, México, 1938; Romancero de la Guerra, México, 1938; Águilas de Covadonga, México, Norte, 1940; Lienzos de España, México, Norte, 1941; Los poemas del destierro y nuevo romancero asturiano, México, Norte, 1942; Mar y viento, México, Norte, 1943; Tonadas en la neblina, México, 1943; De Estrabón al rey Pelayo, México, 1943; Los poemas de Rosario, México, 1944; El Adelantado de la Florida, México, Revista Norte, 1944; La Mariscala o el verdadero Bobes, México, 1945; Juan de la Cosa, México, Revista Norte, 1945; Carey y nuevos poemas, México, Revista Norte, 1945; Son de gaita y otras canciones, México, Revista Norte, 1946; Los poemas de México, México, 1947; El retorno a la tierra, México, 1948; Últimos cantos de la Guerra, México, 1948; Castillos y leones, México, 1948; Rosa de Natahoyo, Toulouse, 1948; Alabastros y nuevos poemas, México, 1949; Canciones y pequeños poemas, México, 1949; Apolo y las rosas, México, 1950; España y sus hombres, México, Revista Norte, 1950; Carbones y otros retratos, México, 1952; Entre manzanos, México, Revista Norte, 1952; Maracas y otros poemas, México, 1952; La copa y la sed, México, 1954; Fantoches, México, 1954; La danza prima y nuevos poemas, México, 1954; Los buitres, México, 1954; Los poemas de Madrid, México, 1955; Cien sonetos y cien más, México, 1955; Al son del agua, México, 1956; Estafermos, México, 1956; América y sus hombres, México, Revista Norte, 1957; Carteles y nuevos poemas, México, 1958; Entre palmeras, México, Revista Norte, 1958; Momentos, México, 1958; Lienzos de España y nuevos motivos del Museo del Prado, México, 1959; Adelfas y nuevos poemas, México, Revista Norte, 1959; La fuente, el río y el mar, Madrid, Revista Norte, 1960; Azor, México, Revista Norte, 1961; El mundo y sus hombres, México, 1962; Los emigrantes y cronicón del palacio de Contrueces, México, 1962; El collar de la Emperatriz, México, 1962; Lira errante, México, 1964; Antología asturiana, México, 1965; La ruta y nuevos poemas, México, Revista Norte, 1965; Don Suero de Quiñones o El caballero leonés, México, 1967.
Bibl.: C. Martínez Riestra, Amor y dolor (cuentos y crónicas), El Paso, Texas, J. R. Díaz y Cía., 1923; A. Iraizoz, “Los primeros pasos de Alfonso Camín en la literatura española y americana”, en Norte (1959); A. G. Pérez, “Mis tres encuentros con Alfonso Camín, poeta de Asturias”, en Nirvana Populi (Segovia), 5 (1984), págs. 18-19; J. M. Martínez Cachero, “Alfonso Camín, un poeta modernista”, en Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, 136 (1990), págs. 671-681; A. Suárez Cortina, Alfonso Camín y Llanes, Llanes, El Oriente de Asturias, 1991; Alfonso Camín, heraldo de Asturias (Aportación biográfica al poeta de la raza), Oviedo, ALSA, 1995; J. D. Cuadriello, Los españoles en las letras cubanas durante el siglo xx, Sevilla, Renacimiento, 2002.
José Luis Campal Fernández