Delgado Valhondo, Jesús. Mérida (Badajoz), 19.II.1909 – Badajoz, 23.VII.1993. Poeta.
Una poliomielitis sufrida en la infancia lo marcó toda su vida como expresión y símbolo de la fragilidad humana, sentimiento muy presente en su obra.
Huérfano temprano de padre, se trasladó con su familia a la ciudad de Cáceres, en cuyo instituto de segunda enseñanza cursó el bachillerato, y el motivo de la ciudad medieval, antigua, de sus piedras palpitantes de historia, empezó a ser referente de sus primeros poemas. Fue alumno de maestros y pensadores como Pedro Caba o Eugenio Frutos, quienes le iniciaron en la lectura de grandes poetas y de fundamentales obras filosóficas, decisivas para la formación del futuro escritor.
En 1934 se trasladó como maestro nacional, al pueblo cacereño de San Martín de Trebejo, donde surgió su primera entrega poética, Canciúnculas, que aunque es un libro juvenil y primerizo, ya plasma algunos de sus símbolos más constantes, como el del “árbol solo”: “Un solo árbol, consuelo / de la gran pasión del campo”. En 1935 llegó un segundo libro de tonalidad confesional, de crisis religiosa, Las siete palabras del Señor, que marca una permanente búsqueda de Dios en su poesía sucesiva, como un modo de superar su dolorida conciencia de la imperfección y de la humildad humana ante su Creador. Sufrió cárcel durante la Guerra Civil y en 1940 fue trasladado al pueblo de Gata, donde terminó el tercer libro de poemas, Pulsaciones, en el que empieza a buscar su tono más personal. En los poemas de este libro las expresiones del dolor, de la soledad, de la angustia y del miedo se mezclan con expresiones de la nostalgia y anhelos de eternidad, si bien es una poesía que se va serenando.
Delgado se esfuerza por vencer el aislamiento al que parece condenarle la estancia en un aislado pueblo extremeño y logra que algunos de sus poemas aparezcan en importantes revistas españolas de aquellos años cuarenta (como la valenciana Corcel ) y que se edite en Alicante el primer libro que ya le otorga un cierto reconocimiento, Hojas húmedas y verdes, centrado en el paisaje extremeño donde el poeta vive y, a veces, se desespera. Al mismo tiempo, reanudó una intensa actividad cultural fundando revistas, como la titulada Alcántara, y logró el traslado, como maestro, a Zarza de Alange (Badajoz), cerca de su Mérida natal, para seguir constatando dos preocupaciones que animaron su obra: el atraso cultural y la imperfección humana.
En 1950 Celaya le publicó El año cero en el que insiste en su visión, pesimista, del hombre a merced del tiempo y de la enfermedad: “Todos somos carreteros / lamidos por los caminos, / labradores, campesinos, / hombres ceros”. Otra colección dirigida por el poeta José Hierro fue la que acogió, en 1952, el siguiente poemario: La esquina y el viento, en el que se acentúa la postura pesimista anterior, ahora sin consuelo de la divinidad, que aparece como ausente o silenciosa. El poeta se afana en recuperar la religiosidad adormecida para consolarse del desgarro de la muerte. La firma de Delgado Valhondo frecuenta en la década de 1950 las principales revistas poéticas entonces existentes. Animado por la excelente recepción critica de sus versos (incluida una emotiva carta elogiosa del mismo Juan Ramón Jiménez), publicó en 1955 La muerte del momento, centrado en el binomio tiempo-muerte, y en 1957 La montaña, resultado de un viaje a tierras cántabras.
Desde su puesto de maestro de enseñanza primaria, Delgado Valhondo participó en activas campañas de alfabetización en pueblos extremeños, a lo largo de los años cincuenta, y en 1960, ya desde Mérida, incentivó su actividad poética y cultural en colaboración con otros dos destacados poetas extremeños coetáneos, Álvarez Lencero y Manuel Pacheco.
Allí surgió un nuevo libro, El secreto de los árboles, y en 1965, afincado ya en Badajoz, alternó la escritura de nuevos poemas con la creación de revistas como Alcazaba y artículos de opinión en prensa. Terminando esa década llegó el poemario ¿Dónde ponemos los asombros?, pero fue en la década siguiente cuando se publicaron los libros más celebrados de este autor: Entre la yerba pisada queda noche por pisar y, sobre todo, Un árbol solo, su poemario clave, en el que se desarrolla la imagen-símbolo que, desde los primeros poemas, alimenta la poesía de este autor extremeño.
Es una trascendida meditación sobre la soledad del individuo y la debilidad a la que le lleva su misma imperfección esencial. Todavía en 1982 apareció otro valioso poemario, Inefable domingo de noviembre, en el que se constata, y ratifica, el dolor por la incapacidad del hombre para resolver sus grandes interrogantes, corroborando la melancolía y el escepticismo que domina la poesía de Delgado Valhondo. Fue también autor de algunos cuentos y en 1992 apareció su última entrega poética, Huir.
Obras de ~: Hojas húmedas y verdes, Alicante, 1944 (colección Leila, 6); El año cero, present. de P. Caba, San Sebastián, 1950 (Cuadernos de poesía “Norte”); La esquina y el viento, Santander, Víctor F. Carugedo, 1952 (col. Tito Hombre, 11); La muerte del momento, en Gévora (Badajoz), n.º 32, 31 de junio de 1955; Canto a Extremadura, en Gévora, n.os 33-45, 30 de agosto de 1956; La montaña, Santander, Gráficas Hermanos Bedia, Colección, 1957 (colección La Cigarra); El secreto de los árboles, Palencia, J. Delgado, 1963 (colección Rocamador, n.º 31); ¿Dónde ponemos los asombros?, Salamanca, Imprenta Calatrava, 1969 (colección Álamo, vol. 9); Entre la hierba pisada queda noche sin pisar (antología), Badajoz, Universitas Editorial, 1979; Un árbol solo, Badajoz, Institución Cultural Pedro de Valencia, Diputación Provincial, 1979; Inefable noviembre, Algeciras, 1981 (colección Bahía) (reed. con algunas variantes, con el tít. Inefable domingo de noviembre, Cáceres, Institución Cultural El Brocense, 1982); Poesía (1943-1988).
Obras completas, introd. de Á. Sánchez Pascual, Badajoz, Diputación Provincial, 1988; Huir, pról. de S. Castelo, Badajoz, Del Oeste Ediciones, 1994; Poesía completa (1930-1993), ed., introd. y notas de A. Salguero Carvajal, Mérida, Editora Regional de Extremadura, 2003, 3 vols.
Bibl.: R. Senabre Sempere, “Jesús Delgado Valhondo en su lírica esencial”, en Escritores de Extremadura, Badajoz, Diputación Provincial, 1988; M. Trenado Molina, Aproximación a la poesía de Jesús Delgado Valhondo, Mérida, Editora Regional de Extremadura, 1994; http://www.escritoresdeextremadura.
com/escritoresdeextremadura/documento/art068.htm; http:// www.fundaciondelgadovalhondo.org.
Gregorio Torres Nebrera
