García-Alas y García-Argüelles, Leopoldo. Leopoldo Alas Argüelles. Oviedo (Asturias), 12.I.1883 – 20.II.1937. Catedrático, publicista y político.
Hijo primogénito del catedrático, escritor, publicista y crítico literario Leopoldo García-Alas (Clarín) y de Onofre García-Argüelles y García-Bernardo. Cursó en Oviedo los primeros estudios, el bachillerato y la carrera de Derecho, licenciándose en 1904 con Premio Extraordinario. En el bufete madrileño de Melquíades Álvarez hizo la pasantía y en 1907 obtuvo un cargo anejo a la Secretaría de la Junta de Ampliación de Estudios e Investigaciones Científicas, organismo que otorgó una beca para la Universidad de Halle, en Alemania, adonde se trasladó en 1913 para estudiar con Rudolf Stammler. Al estallar la Primera Guerra Mundial volvió a España y se adscribió a la sección de Derecho de la Junta de Ampliación de Estudios. En 1915 se doctoró en Derecho, también con Premio Extraordinario, en la Universidad Central, con una tesis doctoral sobre Las fuentes del Derecho y el Código Civil alemán, que se publicó en 1917, tesis dirigida por quien sería su maestro, Felipe Clemente de Diego, y en la que ya se adscribe a la corriente pandectística alemana, dominante en su época, especialmente en España.
En Madrid volvió a la actividad como publicista, actividad que había comenzado en Oviedo, colaborando en El Progreso de Asturias y en los Anales de la Universidad, y escribió en El Radical, El País, El Heraldo de Madrid y en El Socialista, sin abandonar la vida académica y la preparación para tratar de ganar una cátedra.
En 1920 ganó la cátedra de Derecho Civil de la Universidad de Oviedo, con lo que alcanzó una de sus grandes aspiraciones, y llegó a ser un muy destacado profesor de la Facultad de Derecho, que vivió, en esos años veinte, uno de los períodos más brillantes de su historia. Pertenecía por entonces a la Federación Socialista Madrileña, pero se terminó alejado del Partido Socialista, ante la actitud, no compartida por él, que mantuvo el partido durante la dictadura del general Miguel Primo de Rivera, a la que se opuso desde el decanato de la Facultad de Derecho de Oviedo, de modo especial cuando se produjo el cierre administrativo de la Universidad de Murcia.
Asentado en Oviedo, pudo ver realizada otra de sus aspiraciones, la de formar un hogar propio. El 11 de diciembre de 1920 se casó en Mieres con María Cristina Rodríguez Velasco, con la que tuvo tres hijos, Leopoldo, Adolfo y Elisa.
Profesor y letrado, fue además activo propagandista de la República, como conferenciante y como escritor, interviniendo en la organización y en la propaganda del republicanismo asturiano. En 1929 apoyó la formación del Partido Republicano Radical Socialista y presidió la Federación Republicana de Asturias. También participó en el movimiento regionalista que promovió, en el año 1920, la creación del Centro de Estudios Asturianos, del que fue su primer secretario.
Proclamada la Segunda República, Alas Argüelles fue elegido diputado por los republicanos-socialistas, formó parte de la Comisión Constitucional y —desde el 19 de diciembre de 1931 hasta el 13 de septiembre de 1933— fue subsecretario del Ministerio de Justicia, con Álvaro de Albornoz Limiñana como ministro, que lo fue desde el 16 de diciembre de 1931 hasta el 14 de julio de 1933. En ese cargo destacó Alas por su participación en la preparación de las leyes que iban a regular el matrimonio civil y el divorcio, leyes aprobadas en 1932. También fue vocal del Consejo de Instrucción Pública.
En desacuerdo con la línea que seguía la política republicana, no concurrió Alas a las elecciones generales convocadas para ser celebradas en noviembre de 1933. En 1931 el claustro de la Universidad de Oviedo le había elegido, por unanimidad, como rector a quien había sido decano de la Facultad de Derecho. Desde octubre de 1933 —al abandonar la vida parlamentaria— pudo dedicarse Alas sólo a la Universidad, en la que —además de las tareas propias del rectorado y de la gestión de los asuntos de la vida académica al más alto nivel— tuvo muy presente la formación de los juristas y se ocupó de traducir aquellas obras de eminentes juristas extranjeros que consideraba eran fundamentales para su mejor preparación, como el Tratado de Derecho Civil de Colin y Capitant. Como rector, tuvo que ser para él muy doloroso ver cómo, con la Revolución de octubre de 1934, quedaba destruido el edificio de la Universidad, sus tesoros bibliográficos —tanto los de la biblioteca de la Facultad de Derecho como los de la biblioteca general—, los laboratorios —montados con tantas dificultades—, los archivos y la rica iconoteca de personalidades asturianas. También como rector hubo de ocuparse de conseguir los fondos necesarios para la reconstrucción del edificio de la Universidad y sus dependencias, para lo que contó con la inestimable ayuda de los miembros del claustro, que fueron eficaces gestores en la obtención de donaciones, ayudas y créditos. Entre las ayudas recibidas cabe destacar el envío de importantes fondos bibliográficos por distintas universidades. Con todas las colaboraciones habidas, fue posible reparar los daños sufridos y pudo el rector anunciar la reapertura de la Universidad en octubre de 1936, lo que, sin duda, fue para él motivo de gran satisfacción.
En esa última etapa de su vida siguió colaborando con la prensa, en periódicos ya referidos y en la revista España y el diario El Sol, del que fue un tiempo corresponsal literario, y remitiendo trabajos a las publicaciones propias del ámbito puramente académico. Fueron años en los que deseó seguir manteniéndose al margen de la vida política activa y acrecentando su obra escrita, tanto en el ámbito de la prensa, como en el académico.
Todo se truncó en 1936. En su domicilio de Oviedo, que no quiso abandonar, fue detenido y después de seis meses de prisión, el 21 de enero de 1937 un Consejo de Guerra, al considerarlo “autor, por inducción, de un delito de rebelión militar”, le condenó a la pena de muerte. Fue ejecutada la sentencia, en la cárcel modelo de Oviedo, el 20 de febrero de ese año de 1937, a las seis de la tarde, sin que sirviesen para nada las peticiones de clemencia que ante Francisco Franco fueron hechas. En 1988 la Universidad de Oviedo le repuso como doctor honoris causa.
Obras de ~: con D. de Buen y E. R. Ramos, De la usucapión, Madrid, Reus, 1916; Las fuentes del Derecho y el Código alemán, Madrid, Reus, 1917; con D. de Buen y E. R. Ramos, De la prescripción extinta, Madrid, Reus, 1918; La publicidad de los bienes muebles, Madrid, Reus, 1920; Discurso leído en la apertura del Curso académico 1922-1923: Reorganización de nuestra enseñanza superior, Oviedo, Universidad, 1922; “La crisis hullera”, en Revista Nacional de Economía, año VII, t. XII, n.º 35 (1922), págs. 7-22; Derecho Civil: obra ajustada al programa de 14 de julio de 1927 para los ejercicios teóricos de las oposiciones a ingreso en el Cuerpo de Abogados del Estado, Madrid, Reus, 1929.
Bibl.: C. Suárez, Escritores y artistas asturianos. Índice biobibliográfico, t. I, Madrid, Imprenta Sáez Hermanos, 1936, págs. 133-136; J. Tolivar Faes, Nombres y cosas de las calles de Oviedo, 1985, Oviedo, Ayuntamiento, 1986, págs. 491-493; J. Velarde Fuertes, Economistas españoles contemporáneos: primeros maestros, Madrid, Espasa Calpe, 1990; E. Fuentes Quintana (dir.), Economía y economistas españoles, vol. I, Barcelona, Galaxia Gutenberg-Círculo de Lectores, 1999; A. M.ª Roza Iglesias y J. Rodríguez Muñoz (dirs.), Diccionario enciclopédico del Principado de Asturias, t. I, Oviedo, Nobel, 2004, págs. 105-106.
Rafael Anes y Álvarez de Castrillón