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Francisco de Iznardo

Biografía

Iznardo, Francisco de. Cartagena (Murcia), 6.VII.1792 – Madrid, II.1855. Coronel del Ejército, teniente coronel de Ingenieros.

Fue hijo de Francisco Iznardo y de María Serrano. Ingresó en el Regimiento de Infantería de Murcia en clase “de distinguido” el 15 de octubre de 1809 y, a comienzos del mes de noviembre, fue destinado al ejército de Andalucía (en el marco de la Guerra de Independencia) al mando del general Heraín, campaña en la que fue ascendido a alférez el 23 de septiembre de 1810. En 1812 fue destinado a Palma de Mallorca para incorporarse en la división del general Wittingham, desde allí se desplazó a Cataluña y Guadalajara, hasta que a finales de 1813 fue enviado a Huelva y a la isla de León (actualmente San Fernando de Cádiz). En junio de ese mismo año se incorporó al Regimiento de Infantería de Guadalajara que se encontraba en la ciudad de Cartagena (Murcia), donde permaneció hasta el 1 de enero de 1814, cuando se unió al Segundo Regimiento de Mallorca. Estudió las matemáticas en el Colegio Militar de las Islas Baleares, institución que fue trasladada un año después a Gandía (Valencia).

El 30 de mayo de 1815, tras aprobar el examen de suficiencia, ingresaba en la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares, donde, según consta, se formó “con fruto y sin interrupción”, siendo ascendido a teniente del Cuerpo el 28 de febrero de 1822, después de terminar sus estudios con el número tres de su promoción. Destinado a la Dirección Subinspección de Valencia, con fecha de 10 de diciembre de 1826 pasaba a servir a la Dirección Subinspección de Granada, donde permaneció hasta septiembre del año siguiente, cuando fue nombrado profesor de la Academia Militar, labor que desempeñó “con mucho lustre y utilidad del cuerpo” y por la que fue recompensando con el grado de capitán del Ejército el 4 de octubre de 1832 y el de teniente coronel el 14 de junio de 1835 (los oficiales de Ingenieros, Artillería y Estado Mayor podían ascender en tres escalas: la de su Cuerpo, por antigüedad, y por méritos en las de grado del Ejército, y efectivo en el mismo).

El 19 de diciembre de 1836 fue destinado a Extremadura, donde trabajó bajo el mando del capitán general Santiago Méndez Vigo, proyectando la construcción de varias obras de fortificación para reforzar la defensa de las ciudades de Trujillo y Plasencia. Realizaba, además, varias mejoras en el monasterio de Guadalupe y el Plano de Badajoz levantado con el teodolito por Francisco de Iznardo, de 1844. En el plano aparece el fuerte de San Cristóbal en restauración y se precisa en él que los dos edificios colaterales al pabellón del Gobernador se destinaban al alojamiento de la tropa y repuesto de municiones. En cuanto a la fortificación propiamente dicha, lo más destacado es la rectificación del glacis que corre paralelo al trazado del foso. En el citado plano también se observa que se han suprimido los traveses del camino cubierto, pero Francisco de Iznardo muestra lo que pudiera ser una especie de través, perceptible en la actualidad, y que no mostraban los planos anteriores. Es posible que los traveses se suprimiesen al ser elementos que el enemigo podía utilizar como parapeto protector si el fuerte caía en sus manos. Finalmente, realizaba, en 1847, Planos de la plaza de Badajoz y sus inmediaciones.

Permaneció en Extremadura hasta el 25 de abril de 1850, cuando fue nombrado coronel de Ultramar con destino a Puerto Rico (al ser destinados a Ultramar los oficiales tenían derecho a un ascenso que perdían al volver a la Metrópoli). En esa misma fecha había sido promovido a teniente coronel de Ingenieros por antigüedad. Embarcaba en Cádiz, arribando a la bahía de San Juan el 3 de junio de ese mismo año. Durante su estancia en la isla realizó varias obras de mejora en el fuerte de La Concepción, construido en el municipio de Aguadilla durante las primeras décadas del siglo XIX. También proyectaba varias reparaciones en el almacén de artillería denominado “Americano” y fue nombrado vicepresidente de la Junta Directiva de caminos de la isla. El 27 de febrero de 1852 solicitó permiso para regresar a la Península debido a su delicado estado de salud, solicitud que fue aprobada el 27 de abril de ese mismo año. Aunque no abandonó la isla hasta el 20 de abril del año siguiente, siendo sustituido por el teniente coronel de Ingenieros Rafael Clavijo y Pló.

El 4 de octubre de 1853 fue nombrado caballero de la Real Orden Militar de San Hermenegildo y el 22 de diciembre de ese mismo año obtuvo una pensión de 1.500 pesos anuales, por lo que es posible pensar que recibiera estas gratificaciones por su aportación al complejo sistema defensivo construido hasta el momento en la isla. El último dato que conocemos de Francisco Iznardo es que el 23 de febrero de 1855 se aprobó su retiro en Madrid, con un sueldo de 90 centésimas del salario correspondiente al empleo de coronel, equivalente a 1.800 reales de vellón mensuales. Falleció en la capital del reino, en abril de 1855.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas (AGS), Exps. personales.

J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; M.ª C. Villalón y C. Díez González, “El convento de San Francisco de Badajoz, cuartel en el siglo XIX”, en Norba: Revista de arte, 13 (1993), págs. 207-230; J. García Blanco, “El Fuerte de San Cristóbal y sus instalaciones interiores. Actuaciones de rehabilitación”, en O Pelourinho: Boletin de Relaciones transfronterizas, 16 (2012), págs. 125-160; N. Hinarejos Martín, “De Extremadura a Puerto Rico: ingenieros militares a ambos lados del Atlántico”, en Anales de Historia del Arte, 30 (2020), págs. 249-273.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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