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Joaquín Terrer y Ruiz

Biografía

Terrer y Ruiz, Joaquín. Lorca (Murcia), 10.III.1813 – Sevilla, 28.V.1882. Mariscal de campo de Ingenieros.

Entró de cadete en el Regimiento provincial de Lorca el 28 de septiembre de 1832, ingresando en la Academia de Ingenieros del Ejército en Guadalajara el 22 de octubre del mismo año. Terminados con aprovechamiento sus estudios, ascendió a teniente el 4 de noviembre de 1836 siendo destinado al entonces único Regimiento de Ingenieros, el Regimiento de Zapadores Minadores, con el que, ya en los días 26, 27 y 28 del mismo mes, se halló en la defensa del fuerte de Sigüenza, en el marco de la Primera Guerra Carlista. Durante su último año de formación en la Academia (1836) formó parte de la compañía de alumnos que contribuyó a la defensa del cuartel de Guadalajara contra la facción del general Miguel Gómez Damas.

En 1837, dio una primera prueba de la energía de su carácter, haciendo pasar por las armas al principal inductor de la insurrección que el 29 de septiembre tuvo lugar contra el comandante de armas de Sigüenza, después de haber contribuido con su compañía a sofocar dicha rebelión. Dejó fortificado el castillo de aquella ciudad y, después de rechazar en la venta del Pinar, la facción que intentó apoderarse de un convoy que él escoltaba, pasó a integrarse en la columna mandada por el general Laureano Sanz. Terrer participó en todas las acciones de guerra que sostuvo la citada columna desde octubre de 1837 hasta marzo de 1838, distinguiéndose muy particularmente en las de Úbeda, Baeza y Castril, habiendo habilitado varios pasos para la infantería, lanzado un puente sobre el río Mundo durante una crecida del mismo, y otros tres más en otras corrientes, con cuyos auxilios pudo verificarse la sorpresa a la facción de Tallada en el último punto, que dio por resultado coger mil prisioneros, dos piezas de artillería y muchos pertrechos.

El 20 de marzo de 1838 llegó a Madrid con su compañía, ocupándose en los trabajos de defensa del Retiro, hasta el 8 de mayo en que salió para incorporarse a la 3.ª división del ejército del Centro, hallándose en las acciones que sostuvo dicha división al mando del general Santos San Miguel, entre Calanda, Mas de las Matas y Vientorres. Posteriormente, se integró en la división del general Marcelino Oráa, participando en todas las operaciones que tuvieron lugar en La Muela, alturas de San Marcos, etc. De nuevo se distinguió especialmente en el sitio y célebre retirada de Morella, donde rechazó una salida de los sitiados contra una casa que estaba fortificando bajo el fuego del cañón de la plaza, y trabajó en las baterías de brecha y enfilada, formando por último la vanguardia de la 2ª columna de asalto. En la retirada se ocupó de la recomposición de caminos, habiéndose hallado en el fuego que hubo desde el campamento hasta la Pobleta.

Por real orden de 31 de agosto del mismo año de 1838, ascendió a capitán del Cuerpo por antigüedad, y fue nombrado jefe de ingenieros y sargento mayor de la brigada de la 3.ª división, con la que se halló, a las órdenes del general Ayerbe, en la acción de Calanda, habiendo construido un puente de carros sobre el rio Aguas durante una crecida, con las dificultades que ofrecían en esos momentos los ríos torrentosos.

Nombrado por real orden de 16 de diciembre profesor de la Academia de Guadalajara, estuvo encargado al mismo tiempo, desde 1841 a 1847, del taller de la Academia, de su caja y de la del regimiento. Por real orden de 31 de octubre de 1847, fue nombrado jefe de los Talleres del Material de Ingenieros establecidos en Guadalajara y posteriormente comandante de ingenieros de esa ciudad. Como jefe de los citados talleres dirigió la construcción de gran parte del material de puentes y útiles y herramientas de zapador y minador. Además, ideó la aplicación del sistema de puentes de caballetes del sistema “Birago” a uno de montaña, “a propósito, para que, pudiese acompañar los movimientos de las tropas del modo que lo ejecuta la artillería de montaña”. La citada aplicación se experimentó en la última guerra carlista, mereciendo por estos trabajos varias recompensas. El sistema dio excelentes resultados en la campaña de Navarra con los puentes del sistema Terrer, de los cuales “se habían tendido cuatro sobre el Bidasoa en menos de una hora, […] demostrando que el citado puente es muy a propósito para la guerra de montaña y su traslado sobre mulos fácil, a pesar de los accidentes del terreno”.

El 25 de abril de 1856, siendo ya teniente coronel del Cuerpo, era destinado a la Dirección Subinspección de Andalucía, encargándose de su detall general y de la Comandancia de Sevilla, cargos que desempeñó hasta junio del mismo año en que se le autorizó de real orden para ocuparse de la dirección facultativa del ferrocarril de Madrid a Zaragoza, quedando en la situación de supernumerario. Al volver al Cuerpo, en el mes de noviembre de 1860, la administración de la citada línea declaró hallarse altamente satisfecha de la cooperación que le había prestado, habiendo acreditado su “distinguida inteligencia y exquisito celo”.

En la Dirección Subinspección de Aragón, donde fue destinado más tarde, ejecutó varios trabajos de importancia e hizo un reconocimiento del camino de Jaca a la frontera francesa por Canfranc, y el 12 de mayo de 1862 se le nombraba jefe de estudios de la Academia.

Ascendido a brigadier de Ingenieros el 16 de febrero de 1864, pasó a la Dirección Subinspección de Valencia, y en transcurso de la insurrección que estalló en dicha capital en los días 8 al 16 de octubre de 1869, estuvo encargado de la dirección y mando de las columnas de ataque y línea defensiva desde Trinitarios y Temple a la plaza de las Barcas y Picadero, dando nuevas pruebas en esta ocasión de sus relevantes dotes militares, que el gobierno premió con el empleo de mariscal de campo de Ejército, pero el brigadier Terrer suplicó no se le concediese porque prefería obtener más tarde dicho empleo en el Cuerpo y no tener que abandonarlo.

También se distinguió en las operaciones contra la insurrección cantonalista de 1873 en Cartagena, tomando parte muy activa en la formación del plan de ataque a la población, que su guarnición se había visto obligada a evacuar. Entre los distintos trabajos y comisiones que desempeñó durante su permanencia en el distrito de Valencia, merece especial mención el proyecto de obras de defensa del castillo de San Julián de Cartagena, calificado de excelente por la Junta superior facultativa del Cuerpo y que el Gobierno premió con la cruz de 3.ª clase del mérito militar.

El 26 de septiembre de 1873 fue nombrado vicepresidente de la Junta Superior Facultativa y secretario de la Dirección General, pero no se hizo cargo de dichos destinos hasta el 28 de octubre por estar desempeñando el de comandante general de Ingenieros del Ejército de Valencia, quedó en este último hasta su ascenso a mariscal de campo, ocurrido en 13 de marzo de 1875, siendo entonces nombrado comandante general del Arma en Andalucía. Desde esa fecha hasta que, por real decreto de 4 de julio de 1881, pasó a la sección de reserva del Estado Mayor General del Ejército, se ocupó el general Terrer del desempeño de sus destinos, en diferentes cargos y comisiones extraordinarias, entre ellos las de gobernador militar de las provincias de Sevilla y Cádiz y presidente de la subcomisión facultativa de defensa del río Guadalquivir, formada a consecuencia de la inundación de la capital da Andalucía por el desbordamiento de dicho río.

Terrer estaba en posesión de las grandes cruces de San Hermenegildo y de Isabel la Católica y las dos del mérito militar y varias medallas y cruces de distinción por acciones de guerra.

 

Obras de ~: “Memoria sobre un puente que puede acompañar los movimientos de las tropas del modo que lo ejecuta la artillería de montaña”, en Memorial de Ingenieros (1850).

 

Fuentes y bibl.: Archivo General Militar de Segovia (AGMS), Exps. pers.

Estados del Cuerpo de Ingenieros, 1837-1882; VV. AA. Estudio Histórico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, Madrid, Est. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1911; Índice Analítico del Memorial de Ingenieros (1843-1920), Madrid, 1921; [Redacción], “Necrología”, en Revista quincenal del Memorial de Ingenieros (15 de junio de 1882); J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Ministerio de Defensa, Madrid, 1993; J. Carrillo de Albornoz y Galbeño, Abriendo Camino. Historia del Arma de Ingenieros, Madrid, Imprenta Grafoffset, S. L., 1997.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño