Sánchez Montero, Dionisio. Ceuta, 5.I.1913 – Madrid, 15.III.2006. Abogado, comandante de aviación, meteorólogo, fundador de la Colonia España (Madrid) y de la Hermandad de Santiago Apóstol.
Hijo de padre militar originario de Garcibuey de la Sierra (Salamanca) cuando se hallaba desplazado en Ceuta, fue el mayor de los hermanos. Terminada la primera formación escolar, Dionisio optó por seguir la carrera de Derecho, habiéndola terminado con notable lucimiento, con la particularidad de haber tenido la suerte de ser alumno del eminente filósofo Unamuno, del que conservó siempre gratos recuerdos.
Tras comenzar la Guerra Civil no se sabe si le tocó luchar en los frentes de batalla o bien la sirvió desde el primer momento cumpliendo un ministerio de su especialidad destacada, la dirección de centros meteorológicos. Sólo sabemos que en 1938 estaba en La Coruña convaleciente de las heridas sufridas. Allí se encontró con la joven Conchita Sánchez Iglesias, natural de Triacastela (Lugo), con la cual contraería matrimonio en 1940.
Adquirió una casa en las cercanías de la sierra de Guadarrama, donde muy pronto varias familias más siguieron su ejemplo. Así, de esta manera tan sencilla surgió la denominada Colonia España, hoy un gran complejo de más de 500 viviendas. Sánchez Montero, además de iniciador, fue el al alma de la Colonia hasta poner todo en marcha, por haber llevado a ella el agua, luz, teléfono y urbanización.
Además, gracias a sus buenas amistades, obtuvo de la RENFE que hiciera el apeadero de San Yago, a fin de facilitarles a los moradores de la Colonia su fácil traslado a Madrid. También consiguió con su ingenio hacer un nuevo templo dedicado al apóstol Santiago. Durante más de cuarenta años tuvo la curiosidad de ir escribiendo los conceptos de honda espiritualidad que bullían en su mente. Su gran ilusión era descansar el último sueño en Oseira, pero ya que no fue posible el traslado del cadáver, se logró que pudieran serlo sus cenizas a los dos días de su fallecimiento, siendo inhumadas en el mismo cementerio de los monjes. Así se cumplió lo que dejó escrito en aquel poema que repetía con frecuencia al despedirse del monasterio:
“Poco tiempo me duró / esa paz que yo buscaba / Pues la vida me empujaba / al camino del dolor, / pero mi alma sentía / un placer tan infinito, / que es aquí donde yo habito / y dónde moriré algún día”.
Dejó más de 40 manuscritos de índole espiritual (legados a Oseira), en los que resaltan títulos como Diario de un Creyente, Poesía mística o Soliloquios.
Obras de ~: Estatutos de la Hermandad de Santiago apóstol y Ntra. Sra. de las Angustias, s.l., s.f.
Bibl.: D. Yáñez Neira, “Un Salmantino enamorado de Galicia y de Oseira” (2006), en prensa.
Damián Yáñez Neira, OCSO
