Aresti y Torres, Enrique. Conde de Aresti (I). Arciniega (Álava), 6.XII.1852 – Bilbao (Vizcaya), 17.X.1946. Hombre de negocios y político.
Hombre de negocios que combinó en su actividad su carácter emprendedor con una notable actividad política en los inicios del siglo XX. Actividad que, al igual que la vieja guardia del empresariado del ochocientos se fue apagando a medida que el siglo XX iba transcurriendo. Su longeva vida, murió a los noventa y tres años, permite distinguir varios momentos que se suceden en su largo caminar.
Este negociantes alavés, como se le define en algunas enciclopedias, comenzó su actividad con trabajos que parece que realizó en México hasta 1882. Pero su vuelta al País Vasco, fijando su residencia en Bilbao con unos jóvenes treinta años, es la que marca su etapa de grandes realizaciones. Hacia 1890 se sitúa Enrique Aresti en una zona en fuerte convulsión económica que dispone de su herramienta financiera: el Banco de Bilbao. Y no es casualidad que entre en la Junta de Gobierno de dicho Banco desde el 20 de febrero de 1891, justo ante de nacer el Banco del Comercio en Bilbao. Se mantiene en este puesto por espacio de diez años, hasta el 30 de abril de 1901, momento en que los Bancos de Bilbao y del Comercio se fusionan.
La década de los noventa del ochocientos es clave, puesto que Enrique Aresti, ya fijado en el Banco de Bilbao, toma parte en la constitución de una serie de empresas de gran trascendencia para la época e incluso para el siglo XX. Participó en el sector de los ferrocarriles, en la constitución de los ferrocarriles de La Robla y de Santander-Bilbao, del sector minero, en la de Hulleras de Sabero y Anexas y la Sociedad de Plomos y Estaños laminados; y el sector químico lo hizo en la de la Papelera del Cadagua. En este sentido hay que decir que llegó a la presidencia de Papelera Española en el año 1930, al tiempo que ocupó la vicepresidencia de la Siderúrgica del Mediterráneo, aunque su fase de máxima actividad se produjo en los albores del siglo XX.
En su actividad política, ocupó el cargo de presidente de la Diputación de Vizcaya entre 1898 y 1902. En 1907, Maura le nombró gobernador de Vizcaya en 1907, como paso anterior a su reconocimiento institucional mediante la concesión del título de conde de Aresti, otorgado el 30 de junio de 1908 a Enrique de Aresti y Torres Jaureguibeitia y Palacios. Título que, a partir de enero de 1950, tras su muerte, pasó a ostentarlo su hijo Enrique Aresti y Ortiz.
Su actividad social se enmarca en su participación en la Asociación Vizcaína de Caridad, de la que llegó a ocupar su vicepresidencia, al tiempo que ejerció una vocalía en la Caja de Ahorros Vizcaína, sociedad de ahorro popular y carácter social dependiente de la Diputación de Vizcaya.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico BBVA, Anuarios Financieros de Sociedades Anónimas. Años consultados: 1920, 1925, 1930 y 1935; Libros de actas de la Junta de Gobierno del Banco de Bilbao, n.º 5, 12 de septiembre de 1884 a 18 de marzo de 1892, n.º 6, 26 de marzo de 1892 a 17 de abril de 1899, n.º 7, 24 de abril de 1899 a 30 de abril de 1901; Memorias del Ferrocarril de La Robla a Balmaseda. Años: 1891, 1892, 1893, 1894 y 1895; Memorias de la Sociedad Papelera Española. Años 1929 y 1930.
José Víctor Arroyo Martín