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Joan Sardá Dexeus

Biografía

Sardá Dexeus, Joan. Barcelona, 13.IV.1910 – 23.XII.1995. Economista.

Formó parte de una familia de la alta burguesía catalana que vivió intensamente el espíritu de la Renaixença. Su abuelo Joan Sardá Lloret, amigo de Joan Maragall, fue un literato de cierto fuste; su tío, Françesc Sardá Ládico, era además de político en el ámbito municipal de Barcelona, un buen dibujante y pintor. Era de su familia el catedrático José María Trías de Bes, así como también el sacerdote Sardá y Salvany, que se hizo famoso por su opúsculo El liberalismo es pecado, en el que, sin embargo, ni de lejos roza el liberalismo económico. Se casó en 1978 con María Cinta Cruells, viuda de su primo y muy amigo Miguel Carreras Dexeus, que había sido además compañero suyo en el Colegio Alemán de Barcelona.

Como señala Carmen Martínez Vela, “durante los últimos años de su vida vivió retirado entre sus libros y su magnífica colección de pintura catalana heredada de su tío Françesc Sardá, entre las que se encuentran obras de Casas y Urgell”.

En 1905, inició los estudios universitarios en la Facultad de Derecho de la Universidad de Barcelona.

Allí recibió las primeras lecciones de Economía en la cátedra que desempeñaba Jaime Algarra. Obligaba éste a estudiar a sus alumnos una obra suya, titulada Teorética, que sostenía como últimas novedades cuestiones extraídas de los historicistas alemanes. Para Algarra, hasta su muerte, la economía concluía con la que él llamaba “la novísima dirección científica de la Escuela Histórica Alemana”, que era la de Schmoller.

Esta influencia se acentuaba porque exigía además el conocimiento de una obra de Conrad —ese economista al que despacha Schumpeter calificándole como “el amable mentor de tantos visitantes norteamericanos”—, titulada Historia de la Economía Política que avalaba esa postura. Sólo abría algún panorama, la obra de Charles Gide y Charles Rist, Histoire des doctrines economiques. De Gide, también Schumpeter después de indicar que “no puede ocupar mucho espacio en una historia del análisis [económico]”, dice, sin embargo, que con este libro escrito con Rist, “ha desempeñado una función muy útil y apreciable”.

La influencia de Algarra en Sardá da la impresión de haber sido nula. No así la del estadístico Vandellós, y la de José María Tallada, que pertenecía al grupo de discípulos de Barcelona de Flores de Lemus. De modo más lejano, en él influyó también Vidal i Guardiola.

Tallada, lo mismo que Vidal i Guardiola, militaba en la Lliga. Vandellós era asimismo un catalanista evidente. En ese ambiente ideológico, que encajaba con el familiar, el joven Sardá Dexeus se convirtió en ayudante de Tallada en los cursos de Economía que impartía en L’Escola d’Administració Pública, donde se preparaban los funcionarios de la Mancomunidad de Cataluña y en este centro comenzó, así, a impartir docencia. Sardá se licenció en Derecho en 1930, y logró en 1932 el Premio Extraordinario. Al crearse la Universidad Autónoma de Barcelona, Tallada recibió el nombramiento, tras concurso-oposición, de catedrático de Economía junto con Vandellós, Sanchez Sarto y Reventós. Sardá fue designado primer ayudante de Economía.

Por consejo de Vandellós, en 1929 se trasladó a Londres, a estudiar en la London School of Economics, donde experimentó la fascinación del mensaje keynesiano. Era la época del A Treatise on money, pero también de los puntos de vista de Keynes en la Comisión Macmillan y sus corrosivas críticas a determinadas políticas económicas que, en aquellos momentos, parecían, para un número que se convertía con rapidez en creciente de economistas, causantes de la Gran Depresión que comenzaba a surgir con fuerza. Simultáneamente tuvo la influencia de un economista muy riguroso y ortodoxo, Theodore Gregory, el profesor elogiado así por Robbins en su Autobiography of an economist: “Era un sutil economista [...] proporcionaba un sentido a la extensión y poder de los sujetos y su importancia para la felicidad humana”.

Tras un curso en Londres, por consejo de Tallada y Viñuales —con lo que se encontraba en España dentro de la influencia de la Escuela de Flores de Lemus y con una beca de la Generalidad— pasó a cursar estudios de Staatswirtschaft en Múnich. Quien le recomendó para obtener esa beca fue Josep Xirau, que había fundado la Unió Socialista de Catalunya. En Múnich trabajó fundamentalmente con Adolfo Weber, que en España fue bastante conocido por su Tratado de Economía Política, traducido por el profesor Álvarez de Cienfuegos —otro miembro de la Escuela de Flores de Lemus— y editado por Bosch en 1931.

Con esa base, volvió a España y obtuvo en la Universidad Central el título de doctor en 1932 con una tesis titulada Derecho Internacional de carácter económico, pero sin vincularse en Madrid a ningún economista. A partir de ahí, inició su docencia en Barcelona, no sólo, como se ha señalado, como ayudante en la rama de Estudios Económicos de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma de Barcelona, sino también en el Instituto de Ciencias Comerciales. Simultáneamente, en 1935 fue nombrado vicesecretario de la Asociación de Banqueros del Nordeste de España e, igualmente, pasó a dirigir la revista España Bancaria y, en ella, visiblemente criticó la política económica restrictiva del crédito, relacionada con la incorporación al Bloque Oro de la peseta, así como las medidas contrarias a una devaluación de nuestra moneda.

Todo eso se adivina en su obra La intervención monetaria y el comercio de divisas en España (1936).

En esos momentos, a través de su pariente Trías de Bes, tenía buenas relaciones con la Lliga, y también con Esquerra Republicana gracias a su amistad con Joan Lluhí i Vallescá, que era quien había heredado el despacho de abogado del padre de Sardá. Dado que como estudiante, ya había publicado dos artículos en el órgano de la Esquerra, L’Opinió, y otras reacciones, habría que considerar que en esa balanza catalanista, más se iba cordialmente hacia esta formación que hacia la Lliga.

Iniciada la Guerra Civil participó en el proyecto de normalización de la vida económica catalana que pronto se reorientó, a espaldas de los planes de Sardá, entre otras cosas, hacia el desarrollo de una base autogestionaria.

Su acción tuvo lugar en el grupo que preparó los llamados Decretos de S’Agaró por iniciativa de Josep Tarradellas, que esencialmente consistieron en “la regulación de la autoridad monetaria en Cataluña, la creación de un Banco Central y la integración de Cataluña en el sistema monetaria y financiero de la República” así como en la “adaptación del sistema de financiación del sector público”, lo que suponía “la reforma de los mecanismos presupuestarios” y la “adaptación del sistema fiscal a las necesidades de guerra”, con la creación “del que Sardá denomina el primer impuesto general sobre las ventas en España”, porque consideraba que un impuesto sobre la cifra de negocios “era fácil de recaudar y [resultaba] adaptado a la inflación propia del tiempo que corría”. Se creaban, además, el Consell Superior del Crédit i de la Banca, el Consell General de la Banca Catalana, y el Consell General de l’Estalvi. Pero cuando a todo eso se unió el Decreto de Colectivizaciones, la sociedad burguesa catalana, y con ella Sardá, se enfrentó con esta política.

Incorporado a filas en 1938, participó, en el bando republicano, desde el Estado Mayor situado en el Maestrazgo, en la batalla de Teruel. Rápidamente desertó, cruzó los Pirineos y por Navarra pasó a la España Nacional. En Burgos, donde un grupo numeroso de catalanes comenzó a editar Destino, se encontraba Trías de Bes, que incorporó a Sardá a la Oficina de Información del Ministerio de Asuntos Exteriores.

Concluida la contienda, se trasladó a Barcelona, donde abrió un despacho de abogado, y comenzó a preparar oposiciones a Cátedra de Economía. Fue la etapa en que colaboró activamente en Anales de Economía y en Moneda y Crédito y cuando, en colaboración con Lucas Beltrán tradujo la obra de Eheberg- Boesler, Principios de Hacienda para la que redactó un Apéndice. En 1944 consiguió la Cátedra de Economía Política y Hacienda Pública de la Universidad de Santiago de Compostela, en la que permaneció poco tiempo. Pasó, posteriormente a la Universidad de Murcia. En ese momento comenzó a elaborar lo que sería su obra fundamental y magnífica, La política monetaria y las fluctuaciones de la economía española en el siglo xix. Fue también el momento en que pasó a interesarse por el grupo Ordo, por los puntos de vista de Jacques Rueff y por una creciente reivindicación del papel del mercado. Al mismo tiempo, dentro de los trabajos sobre la integración económica europea que emprendió José Larraz, publicó un ensayo titulado Uniones Aduaneras y Uniones Monetarias. Publicó en 1950 un manual, muy influido por el Curso de Economía Moderna de Samuelson, titulado Introducción a la Economía.

En 1951 inició su etapa venezolana, como asesor del Banco Central de Venezuela y como profesor de la Universidad Central de Caracas. Fue el momento, sobre todo como consecuencia de su amistad con Gabriel Farrás, en que estableció relaciones con los miembros de la estructura directiva del Fondo Monetario Internacional. Todo eso supuso un activo que impulsó a Ullastres a proponerle la vuelta a España, dentro de los cambios de orientación de la política económica que tuvieron lugar en 1957. Sardá fue nombrado director del Servicio de Estudios del Banco de España al que reorientó radicalmente. Existe un antes y un después en él como consecuencia de la llegada de Sardá a su dirección. Desde él participó muy activamente en la elaboración del Plan de Estabilización de 1959, que fue el primer paso para cambiar la política económica tradicional española, que había construido una economía castiza que, puesta en el trance de desarrollarse con fuerza a partir de 1948, amenazaba con desmoronarse. Sardá fue uno de los responsables de la reorientación de toda ella. En 1958 se le había nombrado consejero de Economía Nacional y había pasado a formar parte de la muy influyente Comisión Consultiva aneja al Comisario del Plan de Desarrollo, Laureano López Rodó.

Además, en 1960, a la muerte repentina de Manuel de Torres, se le designó para ocupar la Cátedra vacante de Teoría Económica (Macroeconomía), en la Universidad de Madrid. Llevó con él a Luis Ángel Rojo como profesor adjunto, al mismo tiempo que le trasladó del Servicio de Estudios del Ministerio de Comercio al del Banco de España. También en 1958 había revisado y prologado la versión española del libro de Halm, Economía del Dinero y de la Banca.

En 1962 decidió potenciar la banca de Cataluña y se convirtió en uno de los creadores del Banco Industrial de Cataluña, que era un Banco típico de negocios.

Como consecuencia de ello, Sardá pasó a formar parte de los Consejos de Administración de algunas importantes empresas industriales.

En 1965 fue elegido para la medalla n.º 22, vacante a la muerte del embajador Lequerica, en la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas. Tuvo algunos escarceos políticos, para orientar a España, que ya había emprendido el camino de la apertura económica, hacia un régimen liberaldemocrático. Se corporeizó en el proyecto, que pasó a capitanear, de la revista España Económica —en el que se encontraban, sobre todo, Luis Ángel Rojo, Pedro Schwartz, Miguel Boyer, Antonio Serra Ramoneda, Ernest Lluch, Mariano Rubio y Carlos Bustelo—, y tras su fracaso optó por retornar a Barcelona. La creación en la Universidad Autónoma de Barcelona de una Facultad de Ciencias Económicas, y el ser nombrado decano de ella, en 1960, motivó que esa inserción se verificase con mucha fuerza. A lo largo de esta etapa, sus producciones científicas parecen mostrar un creciente enfriamiento, como era, por otro lado normal para buena parte de los keynesianos, de esta postura, y un progresivo acercamiento, bien que no siempre claro, ya a la Escuela de Friburgo, ya a la de Viena, ya a la de Chicago.

Al llegar la transición, en agosto de 1977 se le nombró presidente de la Comisión para el Estudio del Mercado de Valores, de donde procede el llamado Informe Sardá. En aquellos momentos, la economía española, en una línea que era bien conocida por él, iniciaba las conversaciones para convertirse en miembro de las Comunidades Europeas, lo que exigía una profunda transformación de todas las instituciones económicas.

En 1978 se le designó consejero del Banco de España y, poco después, miembro del Consejo Ejecutivo. Desempeñó ambos cargos hasta, respectivamente, 1984 y 1980.

En 1994 un Sardá ya muy anciano, recibió el Premio Jaime I de Economía, la última de sus distinciones.

Pero algo antes, en junio de 1993, el Ayuntamiento de Barcelona le había entregado la Medalla al Mérito Científico y en ese momento dio un giro clarísimo a todo lo que parecía haber sido su evolución anterior. Como señala la profesora Martínez Vela, “en el acto [...] Sardá hace unas sorprendentes declaraciones críticas a los Acuerdos de Maastricht”. Según La Vanguardia de 30 de junio de 1993, ironizó así sobre estos Acuerdos: “Ahora algunos economistas europeos ya empiezan a decir que si los gobiernos siguen tozudamente empeñados en aplicar los acuerdos de Maastricht con los mismos contenidos y plazos previstos, Europa pasará muchos años de crisis y depresión”. Y según El País de la misma fecha, dijo también: “Quizá debamos olvidarnos de la estabilidad monetaria. Pensemos que un poco más de inflación no nos perjudica tanto si a cambio conseguimos impulsar el crecimiento”.

Por ello, propuso que el Fondo Monetario Internacional tuviese poder para crear todo el dinero necesario para sostener las monedas, con lo que desaparecería la especulación. Y añadía: “Soy consciente de que esto crearía enormes tensiones inflacionistas que sólo podrían detenerse si el mismo Fondo pudiese detraer este dinero del sistema una vez pasada la tormenta”. Olariaga, que desde finales de los años cuarenta se había convertido en su gran protector en el complicado mundo universitario, seguro que se hubiera quedado estupefacto. Pero también son convenientes esa especie de testamentos rebeldes ante la sabiduría convencional.

 

Obras de ~: El regadío en Cataluña, Barcelona, Tip. El Anuario, 1931; con L. Beltrán, Els problemas de la Banca Catalana, Barcelona, Inst. d’Investigacions Economiques, 1933; La intervención monetaria y el comercio de divisas en España, Barcelona, Ed. Bosch, 1936; “La demanda de dinero y la política bancaria”, en Anales de Economía (AE), vol. III, n.º 9 (1943); con L. Beltrán, “La deuda pública a largo plazo”, en AE, vol. III, n.º 12 (1943); “La significación económica del presupuesto del Estado”, en Moneda y Crédito (MyC), n.º 4 (1943); “El equilibrio monetario internacional”, en MyC, n.º 6 (1943); con L. Beltrán, Apéndices y versión de la obra de Ehberg-Boesler: Principios de Hacienda, Barcelona, Ed. G. Gili, 1944; “La imposición de la renta en España”, en MyC, n.º 16 (1946); La política monetaria y las fluctuaciones de la economía española en el siglo xix, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1948; “La fluctuación de la economía española en el siglo xix”, en AE, vol. VIII, n.º 29 (1948); “En torno a la planificación económica”, en MyC, n.º 26 (1948); “Spanish Prices in the Ninettenth Century”, en Quarterly Journal of Economics, vol. LXII (noviembre de 1948); “El efecto monetario”, en MyC, n.º 28 (1949); “Nueva dirección del pensamiento económico alemán”, en AE, vol. IX, n.º 35 (1949) (reimpr. en la 2.ª época, n.os 19-24, 1967-1968, 1970); Una introducción a la economía, Barcelona, Ed. Bosch, 1950; Observaciones sobre la teoría de la economía internacional, México, Trimestre Económico, 1951; Monetary and Fiscal Policy and the balance of payments in Venezuela, Washington, Inter-American Economic Affairs, 1951; Some Aspects of Economix Development in Venezuela, Washington, Inter-American Economic Affairs, 1952; “Nuevos aspectos de la conducta económica”, en MyC, n.º 58 (1956); Aspectos monetarios de la Estabilización (Conferencia publicada en La Estabilización en España), Madrid, Cátedra Luis Olariaga, 1960; “La Asamblea del FMI y Banco Mundial en Viena” en ICE (octubre de 1961); El mercado de capitales y el desarrollo económico: conferencia pronunciada el 14 de mayo de 1962, [Madrid], 1962; Introducción y revisión al libro de Halm: economía del dinero y de la banca, Barcelona, Ed. Bosch, 1963; “Financiación de la empresa en una política de desarrollo”, en Arbor, n.º 219 (marzo de 1964); “El sistema financiero español”, en Boletín de Estudios Económicos de Deusto, n.º 62 (mayo-agosto de 1964); La reforma monetaria internacional, Madrid, Real Academia de Ciencias Morales, 1965; Las reservas en el período 1959-64, Madrid, ICE, 1965; Una nota sobre política monetaria y tipo de interés ICE, agosto-septiembre de 1966; España y los aspectos monetarios de la CEE en España ante la integración europea, M. A. García y otros, Madrid, 1966; La crisis monetaria internacional, Barcelona, Ariel, 1968; Rapport sur le financement du developpement industriel OCDE, París, 1968; “La sociedad de consumo”, en Anales de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas (ARACMyP), año XXI, B. 46 (1969); “La OCDE y su papel de asesor económico el caso de España”, en VV. AA., Essays in honour of Thorkil Kristensen, [París], OCDE, 1970; con P. Lucas Verdú et al., Panorama económico, España Perspectiva, 1971; “Estudio introductorio a la obra: La economía de Cataluña hoy”, Barcelona, Banco de Bilbao, 1974 (ed. de 1983); “La OCDE y su papel de asesor económico. El caso de España”, en Trece economistas ante la economía española, Madrid, Ros, Hombravella, Madrid, 1975; “Una nueva economía de Mercado”, en Papeles del Instituto de Economía de Mercado (Madrid, Unión Editorial), n.º 1, (1980); Escritos (1948- 1980), intr. de E. Fuentes Quintana, Madrid, Ed. Banco de España, 1987, “Conversación con el profesor Sardá. El Banco de España (1931-1962)”, en M. Varela (coord.), El Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y la Economía Española, Madrid, Ed. Pirámide, 1994, págs. 467-484.

 

Bibl.: M. Navarro Rubio, “La batalla de la Estabilización”, en ARACMyP, n.º 53 (1976); J. M.ª Bricall, “El professor Sardá i els Decrets de S’Agaró”, en Revista Económica de Catalunya (REC) (Barcelona), n.º 4 (1987); E. Fuentes Quintana, “Introducción”, en J. Sardá, Escritos, Madrid, Ed. Banco de España, 1987; A. Caraben, “L’agradable escepticisme d’un liberal. Una tarda amb Joan Sardá”, A. Serra Ramoneda, “El profesor Joan Sardá i la creació de la UAB” y “Joan Sardá i la banca”, J. L. Sureda, “L’obra de Joan Sardá sobre les fluctuacions econòmiques i el diner en el segle xix”, M. Varela Parache, “El professor Sardá i el Pla d’Éstabilització” y J. Velarde Fuertes, “Sardá en el Banc d’Éspanya”, en REC, n.º 5 (1987); A. Serra Ramoneda, “Juan Sardá: nuestro hombre del Plan de Estabilización”, en Revista de Economía (Madrid), n.º 3 (1989); J. Velarde Fuertes, Los economistas de la Escuela de Madrid y la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, Madrid, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, 1999; C. Martínez Vela, Joan Sardá: economista, pról. de J. Velarde Fuertes, Madrid, Editorial AC, 2000.

 

Juan Velarde Fuertes

 

 

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