Bastos Ansart, Manuel. Zaragoza, 22.VII.1887 – Barcelona, 22.I.1973. Médico, traumatólogo.
Estudió el bachillerato y la carrera de medicina en la Facultad de Zaragoza. Alumno aventajado durante ella, ya mostró su predilección en esos años por la cirugía, permaneciendo como alumno interno en la cátedra de Patología Quirúrgica. Acabada la licenciatura se incorporó a la Sanidad Militar y en 1907 solicitó participar en la sublevación de Melilla, campaña en la que comenzó su experiencia en las heridas de guerra. En 1912 obtuvo el título de doctor por la Universidad Central de Madrid, tras la lectura y defensa de la tesis Notas para el estudio de la bóveda plantar y sus deformaciones. En 1913 obtuvo por oposición la plaza de profesor auxiliar de Patología Quirúrgica en la Facultad de Medicina de Madrid. Ganó, también por oposición en 1915, el título de Médico de la Casa Real y del Patrimonio, labor en la que permaneció varios años. Algunos después, en 1921, ganó nuevamente por oposición una plaza de médico numerario de la Beneficencia General, con destino en el Hospital de la Princesa. En 1921 volvió a participar en la Sanidad Militar solicitando su incorporación al Hospital Militar de Málaga, donde realizó una gran labor reorganizando dicho hospital. Volvió a Madrid tras ser nombrado presidente del Comité Ejecutivo del Instituto Nacional de Reeducación de Inválidos.
Durante la sublevación de Asturias se desplazó allí, donde comenzó a poner en práctica su cura oclusiva que tanto prestigio le dio.
Durante la guerra civil española estuvo al frente del Servicio de Traumatología del Hospital Militar de Carabanchel, posteriormente se le trasladó al Hotel Palace de Madrid que fue convertido en hospital de campaña y donde desarrolló una destacada y abnegada labor. Durante el período de la guerra civil, su experiencia médico-militar se completó posteriormente al desplazarse a Alcoy a un hospital bajo los auspicios de una Fundación patrocinada por Noruega y Suecia. Acabada la contienda civil fue represaliado y estuvo durante más de un año a la espera de recuperar sus cargos, de los cuales fue definitivamente apartado al ser condenado a doce años y un día de prisión por ayuda a la rebelión armada, aunque posteriormente fue indultado. Tras trabajar durante un tiempo en el Hospital Civil de Castellón de la Plana, en 1943 se trasladó a Barcelona, donde siguió ejerciendo.
Su vida profesional estuvo totalmente dedicada a la traumatología y la ortopedia, y sus investigaciones se centraron en la patología osteoarticular, así como en la reumatología. Para valorar esta dedicación, hay que tener presente que la cirugía de todo tipo estaba por esos años bajo la influencia de los cirujanos generales que no veían con buenos ojos el desarrollo de especialidades dentro de su campo de trabajo.
Sin embargo, su empeño fue muy destacado, ya que por sus innumerables aportaciones y su visión de la traumatología, puede considerársele el auténtico introductor de esta especialidad en España. Además de ello, fue un innovador con una vocación de trabajo y de superación poco frecuente. Sus aportaciones, pues, al campo de la traumatología fueron numerosas y reconocidas tanto a nivel e nacional como internacional, ya que era muy conocido a través de sus múltiples publicaciones y comunicaciones a congresos nacionales e internacionales de la especialidad.
Durante la guerra civil, y como consecuencia de su amplia participación en el frente, sumó una considerable experiencia sobre las heridas de guerra que difundió más tarde en sus múltiples publicaciones.
Al igual que José Trueta y Raspall, estudió las consecuencias fisiopatológicas del escayolado directo de las fracturas abiertas, haciendo novedosas e importantes aportaciones al respecto. A Manuel Bastos puede considerársele uno de los traumatólogos más sobresalientes habidos en España en esta especialidad, con repercusión de su labor a nivel internacional. Fue el primero en introducir el tratamiento rehabilitador de los inválidos y en las lesiones residuales de la poliomielitis.
Hasta ese momento, la cirugía ortopédica y la traumatología en España la venían haciendo los cirujanos generales, existiendo muy pocos especialistas competentes en esta materia.
Entre sus muchas publicaciones destaca ante todo su libro Tratado de Patología Quirúrgica General que tuvo un gran éxito y fue libro de texto en varias Facultades de Medicina, de la misma forma que otros como el Tratado de Cirugía Ortopédica, Traumatología y su Tratado de Operatoria Ortopédica y Traumatológica.
Todos ellos fueron obras de referencia usadas, no sólo por los estudiantes, sino fundamentalmente por lo cirujanos generales que por entonces se dedicaban también a esta especialidad. La salida de estos libros, junto con su aportación y su propia personalidad, hizo que a partir de ellos se desarrollara la especialidad, a pesar de la oposición de muchos cirujanos generalistas. Además de estas publicaciones, hizo otras sobre temas muy diversos, como la pseudoartrosis, la cinemática aplicada a las articulaciones humanas y sobre las heridas por armas de fuego. Se ocupó además de un tema de gran interés, con honda repercusión para los heridos y mutilados de guerra o cualquier otra causa, al estudiar a fondo y publicó sus experiencias acerca de los miembros fantasmas y las neuralgias de los muñones y sobre aspectos psicológicos de los mutilados. Una obra excepcional para un hombre dedicado totalmente a su profesión. Como no podía ser de otra forma, dejó una importante escuela de médicos que aprendieron la profesión a su lado; destacan entre otros sus discípulos Ángel Garaizábal Bastos, Joaquín D’Harcourt Gott, Felipe Bastos Mora y Francisco Jimeno Vidal.
Fundó la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología. Fue vicepresidente de la Academia Médico-Quirúrgica Española. Recibió un número considerable de distinciones, entre las que destacan el Premio Virgili, socio de honor de la Société de Chirugie de Lyon, de la Société de Traumatologie de París y de la Sociedad Alemana de Cirugía Ortopédica.
Obtuvo también el doctorado honoris causa por el American College or Surgeons de Norteamérica y fue miembro de la Academia de Ciencias Médicas de Lisboa, así como académico correspondiente de la Real Academia Nacional de Medicina. en 1965 ingresó en la Real Academia de Medicina de Barcelona con el discurso Los males de los mutilados y su profilaxis.
Obras de ~: Nociones de cinemática aplicada a las articulaciones humanas, Madrid, Tipografía del Sagrado Corazón, 1912; Cirugía de los nervios periféricos, Madrid, Paracelso, 1925; Cirugía de las parálisis espásticas infantiles, Madrid, Paracelso, 1926; Tratado de Patología Quirúrgica General, Madrid, Labor, 1932; La osteosíntesis: estudios experimentales sobre su biología y su práctica, Madrid, Espasa Calpe, 1932; Algunos aspectos clínicos de las heridas por armas de fuego, Barcelona, Labor, 1936; Traumatología, Barcelona, Labor, 1945; Elogio y diatriba de la cirugía, Barcelona, Salvat, 1945; Tratado de Cirugía Ortopédica, Barcelona, Editorial Científico-Médica, 1950; Pseudoartrosis, Barcelona, José Janés, 1951; Tratado de Operatoria Ortopédica y Traumatológica, Barcelona, Editorial Científico-Médica, 1957; Cirugía y Ataraxia, Madrid, Ibys, 1957; El dolor de ser mutilado: los miembros fantasmas y las neuralgias de los muñones, Madrid, 1957; Nuevo Tratado de Patología Quirúrgica General, Barcelona, Labor, 1962; De las guerras coloniales a la guerra civil: Memorias de un cirujano, Barcelona, Ariel, 1969.
Bibl.: VV. AA., Manuel Bastos Ansart, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1954; J. Martínez Oña, Libro homenaje al prof. D. Manuel Bastos Ansart, Almería, Sociedad Andaluza de Traumatología y Ortopedia, 1974; F. Vázquez-Quevedo, La cirugía en España, Madrid, Iatros Ediciones, 1994; M. Díaz-Rubio, 100 médicos españoles del siglo xx, Madrid, You & Us, S.A., 2000.
Manuel Díaz-Rubio García