Villaquirán, Juan de. Villaquirán (Burgos), c. 1500 – Valladolid, c. 1552. Impresor.
En octubre de 1512, aproximadamente un año después de la última impresión del sucesor de Hagenbach, los nuevos propietarios del taller hicieron su aparición con reediciones de las versiones castellanas de la Imitatio Christi. La sociedad estaba formada por Nicolás Gazini y Juan de Villaquirán. Gazini que fue un impresor ambulante que parece que trabajó después en Medina del Campo, instalándose finalmente en Lisboa. La fecha de disolución de la sociedad no está clara, aunque parece que en abril de 1513, Villaquirán se había hecho cargo en solitario del taller. Se desconoce su lugar de nacimiento, aunque puede suponérsele originario de Villaquirán, lugar cercano a Burgos, por lo que se piensa que probablemente fuese uno de los impresores anónimos que trabajaron en esta ciudad, aunque no existe ningún apoyo documental al respecto. A su taller se le pueden atribuir unos treinta libros antes de finalizar el año 1520.
Una gran cantidad de sus impresiones son pliegos poéticos sin datos. Su obra principal se trató de un Misal de Toledo que terminó de imprimir en noviembre de 1517 y que imprimió a instancias del primer cliente de la casa, Melchor Gorricio. Lleva una epístola dedicada al cardenal Cisneros, que murió en el mes de la publicación. Aparte de este misal, no hay pruebas de que Villaquirán disfrutase del patronazgo posterior de Gorricio. Una curiosidad de la edición es que en todos los ejemplares de este libro, cuarenta hojas del medio están compuestas con tipos de Jorge Coci de Zaragoza Excepto cuatro ediciones en latín, toda la obra conocida de Villaquirán se realizó en castellano y destaca las Honras que se hicieron en Flandes por la muerte del rey Fernando, que se trata de una de las primeras narraciones sobre ceremonias en memoria del Rey.
No destaca Villaquirán por sus producciones ilustradas ni por la originalidad de sus composiciones de portada. Utiliza matrices heredadas o copiadas de otros impresores. Sus portadas se componen por lo general de orlas estrechas o con una estampa central enmarcada. Tampoco se distingue por su originalidad ni por su visión de futuro, sino que responde al deterioro de las fórmulas compositivas heredadas del siglo XV, careciendo del cuidado y de la belleza de estos primeros talleres. Se puede mencionar que en tres de los primeros libros de Villaquirán incluido uno de los impresos en compañía de Grazini aparece un espléndido grabado xilográfico del escudo real que formó parte del material adquirido por Juan Varela del taller de los Compañeros alemanes. Pertenecía a Varela que lo llevará después a Sevilla y lo utilizará allí hasta 1520.
Apenas se conoce media docena de libros con colofón de Villaquirán de los años 1521-1524; después, su nombre desaparece hasta 1530, año en que se le vuelve a encontrar en Toledo, donde trabaja hasta 1536 asociado con Juan de Ayala. Empiezan a imprimir en casa de Lázaro Salvaggio quien tenía desde 1527 el privilegio de impresión de bulas, por cesión de Miguel de Eguía y los hijos de Arnao Guillén de Brocar, y disponía de material de Petras. Esta sociedad duró hasta 1535, aunque su producción fue escasa. Será esta segunda etapa toledana la más importante de Villaquirán y en la que imprime sus mejores obras. En 1536 vuelve a Valladolid comenzando otra próspera etapa. Imprime este año una edición de las obras de Juan de Mena en Valladolid, en “Nuestra Señora del Prado” lo que indica que debió haberse convertido en impresor oficial de la bula. Fuera de una aparición en Medina del Campo en 1545 junto a Pedro de Castro para la impresión de un Amadis de Gaula, continúa activo en Valladolid durante el resto de su actividad hasta 1552. Su producción en Valladolid es notable por el enorme número de ediciones de las obras de su coetáneo y escritor de moda Antonio de Guevara.
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Isabel Moyano Andrés