Canto, Francisco del. ?, p. m. s. XVI – Medina del Campo (Valladolid), 1590-1592. Impresor.
No se conoce el lugar ni la fecha de su nacimiento y tampoco existe seguridad con respecto al año de su fallecimiento, que habría que situar en Medina del Campo entre 1590 y 1592, puesto que no se conocen ediciones posteriores a 1590 y existen testimonios documentales indirectos de que ya no vivía en 1593. Fue el responsable de la casi totalidad de las obras impresas en Medina del Campo durante la segunda mitad del siglo XVI, concretamente desde 1551 hasta 1590, período que abarca prácticamente toda la historia de la imprenta en la citada localidad vallisoletana hasta el siglo XIX, si se excluyen las producciones de Pedro de Castro, Guillermo de Milis y algunos impresores secundarios.
Primer integrante de una familia de impresores cuya actividad llega hasta principios del siglo XVII, de la que hay que descartar, como ha demostrado Fermín Bouza, a dos impresores apellidados del Canto que imprimieron en ese siglo y a comienzos del XVIII en Santiago de Compostela, pero que no procedían de Medina del Campo, sino que eran oriundos de Galicia. Estuvo casado con Isabel Lozano y tuvo tres hijos, Francisco y Alonso del Canto, quienes abrieron en 1586 un negocio de comercio del libro en Lima, contando para ello con los envíos que les remitían los libreros de la citada ciudad castellana, y Santiago del Canto, heredero de la imprenta de su padre en Medina del Campo entre 1592 y 1597. Cuando este último fallezca arruinado, se hará cargo del negocio familiar durante apenas dos años, 1597-1598, la viuda de Francisco del Canto, Isabel Lozano, de quien únicamente se conocen dos producciones que llevan su firma.
Destacó Francisco del Canto no sólo por el elevado número de obras salidas de su taller, sino especialmente por la calidad técnica y tipográfica de sus impresiones. Utilizó en las primeras obras los tipos góticos, que después alternó con la letrería redonda, únicos caracteres que empleará a partir de 1570. Además de la imprenta, tuvo también negocio de librería con depósitos de libros propios y ajenos. Costearon sus ediciones libreros de Valladolid, Salamanca y Medina del Campo, y especialmente estrecha fue su colaboración con Benito Boyer, cuyo escudo, en ocasiones atribuido erróneamente al impresor, figura en algunas obras. La marca tipográfica de Francisco del Campo estaba formada por un escudo en el que se enmarca un jarrón de flores con la leyenda “sic transit gloria mundi”. Cuando imprimió junto con su hermano Mateo del Canto, utilizaron el anagrama de ambos entrelazado.
Aunque tradicionalmente se ha fijado la fecha de 1552 como la del inicio de su actividad como impresor —con la publicación de la Crónica del famoso e invencible caballero Cid Ruy Díaz—, Pedro M. Cátedra ha localizado en la Biblioteca Palatina de Palermo una impresión de 1551 de la Crónica del Santo Rey Don Fernando III. En el período comprendido entre 1554 y 1568 trabajó con su hermano Mateo del Canto, aunque esta colaboración no le impidió imprimir un elevado número de obras por su cuenta. La primera obra impresa por ambos fue las Horas romanas en romance (1553), aunque no se conocen ejemplares, pero aparecía incluida en la edición de 1570 del Index librorum prohibitorum. También imprimieron juntos una de las cuatro ediciones impresas en 1554 de La vida del Lazarillo de Tormes, Manuale secundun usum Sanctae Ecclesiae Pallentinae (1554), Glosa de Miguel Cifuentes sobre las leyes de Toro (1555) y Breviarium secundum usum Ecclesiae Pallantinae (1568), último título firmado por ambos impresores, aunque esta obra sólo se conoce por una cita, probablemente errónea, de Andrés Marcos Burriel.
Aunque desarrolló toda su labor en Medina del Campo, Aznar Grasa cita dos obras impresas por Francisco del Canto en Salamanca en 1579. En 1569 aparece una obra impresa en Coria, Breviarium Cauriense, pero parece bastante probable que en este caso la obra se imprimiese en Medina del Campo, aunque en el libro conste la localidad cacereña.
Entre las obras salidas de su taller merecen destacarse, además de las anteriormente citadas, Espejo de la conciencia (1552), Meditaciones, soliloquios (1553) de San Agustín, Novae veraque Medicinae (1558) de Gómez Pereira, Palmerín de Oliva (1562), Alivio de caminantes (1563) de Juan Timoneda, Tragicomedia de Calixto y Melibea (1563) de Fernando de Rojas, Libro del invencible caballero Primaleón (1563), Inventario (1565) de Antonio de Villegas, Luz del alma cristiana (1567) de Felipe de Meneses, Suma de casos de conciencia (1568) de Juan de Pedraza, Orlando furioso (1572) de Ludovico Ariosto, Vida, fábulas y ejemplos (1576) de Esopo, Flos sanctorum (1578) de Pedro de la Vega, Guía de pecadores (1578) y Libro de la oración y meditación (1578) de fray Luis de Granada, Tratado de la oración y meditación (1578) de San Pedro de Alcántara, De iustitia et iure (1580) de Domingo de Soto, Coplas de Mingo Revulgo (1582) glosadas por Hernando del Pulgar, etc. Imprimió también varias crónicas, libros de caballerías, romanceros, doctrinarios, devocionarios, etc. La última obra conocida impresa por Francisco del Canto fueron los Triunfos del amor de Dios (1590), de Juan de los Ángeles.
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Fernando de la Fuente Arranz