Castro, Pedro de. ?, p. t. s. xvi – Salamanca, c. 1550. Impresor.
Considerado por muchos estudiosos como uno de los mejores impresores españoles del siglo XVI, muy poco se sabe de la vida de Pedro de Castro hasta que hace su aparición en Salamanca, donde instala su taller y de donde sale su primera obra conocida, el Libro del Metamorphoseos y fábulas (c. 1536) de Ovidio.
En ella incluye una epístola en la que menciona unas obras “ympresas en una casa de impresión que en Paris yo ahora tengo”. Esta referencia a París no ha podido ser confirmada. Ruiz Fidalgo señala la posibilidad de que costeara ediciones en otras imprentas.
Pone en duda incluso el origen español de Pedro de Castro, ya que su marca es la flor de lis, asociada habitualmente a los florentinos.
Para su taller en Salamanca, en la plaza Nueva, Castro compró material a los Porras, familia de impresores afincada en esa ciudad, aunque también utilizó grabados desconocidos hasta entonces en España. Estos grabados serán utilizados en las distintas ediciones de la Celestina. Precisamente esta obra es la primera datada que sale de su taller, Segunda comedia de Celestina (1536) de Feliciano de Silva. A ella siguen la Reprobación de las supersticiones y hechicerías (1538) de Pedro Ciruelo, obra de la que hace varias ediciones, los Estatutos de la Universidad de Salamanca (1538) y el Vocabularium ecclesiasticum (1540) de Rodrigo Fernández de Santaella, entre otras, además de textos de Alfonso de Castro, Gregorio Méndez y Domingo de Soto.
En 1541 se traslada a Medina del Campo. La aparición de impresiones suyas tanto en Medina como en Salamanca durante los siguientes años lleva a la conclusión de que mantuvo los dos talleres simultáneamente Los libreros de Medina, Juan de Espinosa, Guillermo de Millis, Juan Pedro Museti y Antonio de Urueña, todos ellos de gran fortuna, costearon la mayoría de sus obras. Al contar con suficientes medios económicos, unido a su destreza como tipógrafo, su producción es muy cuidada. Los caracteres góticos que empleaba eran de gran calidad, la mayoría de nueva fundición. En ocasiones utilizó la letra redonda (como ocurre en las obras de Boscán, 1544), pero el resultado es mucho más pobre. Casi la totalidad de sus impresiones llevan su marca, la flor de lis, acompañada en numerosas ocasiones de las iniciales P. C., y siempre incluye algún grabado, muchos de ellos realizados por Juan de Vinglés.
En Medina, imprimirá desde 1541 hasta su muerte un gran número de obras, entre las que se encuentran textos jurídicos, como las Ordenanzas Reales de Castilla (1541), de Alfonso Díaz Montalvo, y el Fuero Real de España (1541); libros religiosos, Subida al monte Sión (1542), de Bernardino de Laredo; literatura extranjera, Las cient novellas de micer Juan Bocacio (1543); clásicos, El asno de oro (1543), de Apuleyo; textos literarios españoles, Las obras de Boscán y algunas de Garcilaso de la Vega (1544), Cárcel de amor (1544 y 1547), de Diego de San Pedro, Abecedario espiritual (1544), de Francisco de Osuna.
En 1545 imprime, junto con Juan de Villaquirán, el Amadís de Gaula. Villaquirán tenía, por entonces, su imprenta en Valladolid. Según Pérez Pastor, más que una colaboración, fue una petición de Villaquirán a Castro, al haberse comprometido aquél con la impresión y no poder realizarla a tiempo.
En 1547, debido a la falta del privilegio de impresión en la obra Repertorio de Pragmáticas, de Andrés Martínez de Burgos, es procesado y encarcelado en Valladolid, junto con los libreros Pedro Museti y Guillermo de Millis. Estuvo dos años en prisión, pero de sus talleres siguieron saliendo obras: Aurea frugifera commentaria (1547), de Diego de Segura, una nueva edición de la Reprobación de las supersticiones y hechicerías, de Pedro Ciruelo (1547-1548), el Repertorium [...] (1549), de Alfonso Díaz de Montalvo, y, finalmente, Commentarii in titulum de poenitentia, de Juan de Medina, y Comentario de la guerra de Alemaña de Luis de Ávila y Zúñiga, sus últimas obras salmantinas, ambas de 1549.
A la vez, imprime en Medina algunas obras más, como el Diálogo de mugeres (1548), de Cristóbal de Castillejo, la recopilación de Diego Pérez de las Pragmáticas y leyes (1549) y una nueva edición del Manipulus curatorum (1550), de Guido de Monte Rotherio.
Pedro de Castro salió de prisión en 1549 gravemente enfermo. Se conoce, por el estudioso García Chico, un documento fechado en Medina del Campo en 1550. En él, el doctor Ávila Lobera encarga a Castro la impresión de su Libro del Regimiento de la salud. Lo más probable es que Castro falleciera ese mismo año, pues el texto de Lobera aparecerá al año siguiente impreso en Valladolid por Sebastián Martínez, y ya no se tienen noticias de ninguna otra obra impresa por Castro.
Según Pérez Pastor, el impresor Diego Fernández de Córdoba se hizo cargo de parte del material de Castro, ya que en sus obras, impresas en Valladolid, aparecen orlas pertenecientes al taller de Castro.
Bibl.: C. Pérez Pastor, La imprenta en Medina del Campo, Madrid, Sucesores de Rivadeneyra, 1895; L. Cuesta Gutiérrez, “Impresores y libreros en la Salamanca imperial del siglo xvi”, en Gutenberg-Jahrbuch (1941), págs. 126-154; E. García Chico, “Documentos referentes a la imprenta en Medina del Campo”, en Castilla, II (1941-1943), págs. 233- 299; F. Vindel, Escudos y marcas de impresores y libreros en España durante los siglos xv a xix, Barcelona, Orbis, 1942; L. Cuesta Gutiérrez, La imprenta en Salamanca, Salamanca, Diputación, 1960; T. Santander Rodríguez, Nebrija y la imprenta salmantina del Renacimiento, Salamanca, Universidad, 1981; B. García Vega, El grabado del libro español, Valladolid, Diputación, 1984; L. Rubio González, “Literatura y cultura en Medina del Campo”, en E. Lorenzo Sanz (coord.), Historia de Medina del Campo y su tierra, vol. III, Medina del Campo, Ayuntamiento, 1986, págs. 351-424; D. E. Rhodes, “The printing of the Sermón de amores de Cristóbal de Castillejo”, en British Libray journal, XVIII (1987), págs. 58-63; J. M. Aznar Grasa, “La ilustración del libro impreso en Salamanca”, en M.ª L. López-Vidriero y P. M. Cátedra, El libro antiguo español (Actas del Segundo Coloquio Internacional, Sevilla, octubre de 1989), Salamanca, Universidad, 1992, págs. 61-95; L. Ruiz Fidalgo, La imprenta en Salamanca, Madrid, Arco Libros, 1994; J. Delgado Casado, Diccionario de impresores españoles (Siglos xv-xvii), Madrid, Arco Libros, 1996, 2 vols.
Teresa Rodríguez González