Velarde y González, Clemente. Muriedas (Cantabria), 23.XI.1827 – Madrid, 19.IX.1886. Brigadier del Ejército, procedente de Artillería.
Era hijo de Joaquín Velarde y Santiyán (Santillán) y de Petra González y Herrera. Su padre era hermano de Pedro Velarde Santiyán, héroe del Dos de Mayo de 1808 en Madrid, y había sido artillero como su hermano, habiéndose retirado del servicio en 1819.
Fue caballero cadete en el Colegio de Artillería de Segovia, del 2 de septiembre de 1841, fecha en la que ingresó en él, hasta el 16 de diciembre de 1844, en que alcanzó el grado de subteniente alumno, y estuvo en la Escuela de Aplicación hasta el 7 de agosto de 1846 en que fue ascendido a teniente. Salió destinado al 2.º Regimiento a pie, en donde permaneció hasta el 13 de marzo de 1848, y de la mencionada unidad partió para servir de teniente ayudante en la fundición de bronces de Sevilla, hasta el 18 de julio de 1848.
De Sevilla fue a servir, con el mismo empleo, a la Brigada de montaña del 1.er departamento, donde cumplió su empeño el 21 de septiembre de 1853, fecha en que pasó a ejercer como ayudante segundo del Colegio del Cuerpo, cargo en el que cesó el 13 de noviembre de 1854, por haber ascendido a capitán del Cuerpo.
Hasta marzo de 1856 sirvió como capitán en el 5.º Regimiento a pie y de allí pasó, con el mismo empleo, al 3.er Regimiento montado, donde estuvo hasta julio de 1862. En esta fecha ascendió a comandante del Cuerpo de Artillería, y sirvió un mes y veinte días, con el susodicho empleo, en el 3.er Regimiento a pie.
Tres meses más cumplió con el empleo de comandante en el 2.º Regimiento a pie.
El 2 de marzo de 1866 recibió el ascenso a teniente coronel, de modo que, desde el 30 de noviembre de 1862 hasta la disolución del Regimiento a caballo, ocurrida el 30 de junio de 1866, sirvió en esta unidad como comandante y como teniente coronel.
Dos meses permaneció en la Plana Mayor de Castilla la Nueva y después, como teniente coronel, en el 6.º Regimiento montado hasta diciembre de 1867. Desde esta última fecha, hasta el cierre de su hoja de servicios, que se efectuó en diciembre de 1870, prestó sus servicios como teniente coronel de Artillería, en la Dirección General del Cuerpo.
Hasta ese momento, Clemente Velarde, había disfrutado, como tantos otros jefes y oficiales a lo largo del siglo XIX, de diversos grados concedidos sobre los empleos efectivos en su Cuerpo, bien por gracias generales, bien por méritos de guerra. Dado que el biografiado era artillero, en cuyo Cuerpo no se permitía la concesión de grados superiores al empleo por tener establecidas las escalas cerradas, al igual que en Ingenieros y en el Cuerpo de Estado Mayor, los grados se les concedían en Infantería o Caballería; con lo que se daban casos tan curiosos, como el de ser teniente o capitán de Artillería y estar graduado de teniente coronel de Infantería o Caballería. Naturalmente se cobraba por el empleo efectivo y no por el grado; este último servía para ascender más rápidamente, pues cuando ascendía la promoción a la que pertenecía el sujeto en cuestión, él se colocaba en el escalafón del nuevo empleo con la antigüedad de cuando se le concedió como grado, pasando delante de sus compañeros más antiguos, en el caso de tratarse de oficiales de Infantería o Caballería, pues, como queda dicho, si se trataba de artilleros, ingenieros o de Estado Mayor, tan sólo se ascendía por rigurosa antigüedad, con lo que los grados servían para lo dicho anteriormente en caso de cambiarse de arma, cosa no poco frecuente en el mencionado siglo XIX.
Clemente Velarde y González disfrutó los grados siguientes: el 6 de septiembre de 1848 el grado de capitán de Infantería por gracia general; el 4 de noviembre de 1854 el de comandante de Infantería, también por gracia general; el 20 de septiembre de 1856 el grado de teniente coronel de Infantería por méritos de guerra; el 19 de abril de 1860 se le concedió el empleo de segundo comandante de Infantería.
Como esta vez fue empleo efectivo de Ejército y no grado, resultó que cobraba como comandante de Infantería, cuando tan sólo era, en esa fecha, capitán de Artillería. Lógicamente seguía siendo graduado de teniente coronel de Infantería. Con fecha 22 de octubre de 1868, recibió el grado de coronel del Ejército con antigüedad de 29 de septiembre del mismo año, cuando ya era teniente coronel en el Cuerpo de Artillería.
Desde el último destino señalado más arriba, en la Dirección General del Cuerpo, a finales de 1870, hasta el 21 de febrero de 1874 en que fue ascendido a coronel de la Escala General de Artillería, continuó en el mencionado destino. Desde 1875 hasta el 30 de septiembre de 1877, fecha en la que fue ascendido a brigadier del Ejército, estuvo prestando sus servicios en el Ministerio de la Guerra, en donde, posiblemente, continuó hasta 1881.
En su expediente conservado en el Archivo General Militar de Segovia, figuran tres certificaciones, adjuntas a su hoja de servicios, firmadas por él a primeros de los años 1884, 1885 y 1886, en las que declara los empleos y ocupaciones que ha tenido en los años anteriores, en los que, como ya se ha dicho, era brigadier de los Ejércitos Nacionales.
El 24 de julio de 1881 fue nombrado, por Real Decreto, secretario del Consejo de Redenciones y Enganches Militares. Por Real Orden de 24 de junio de 1884 se le nombró vocal de la Junta para el Estudio y Reforma de la Ley de Reemplazos del Ejército, y con fecha 11 de julio cesó en el cargo de secretario del Consejo de Redenciones y fue promovido a jefe de la 1.ª brigada de la 1.ª División del Ejército de Castilla la Nueva. El mismo año, el 30 de octubre, fue designado para representar al Ministerio de la Guerra en la Junta creada para formular un proyecto de ley general de clases pasivas.
En enero de 1886 continuaba al frente de una brigada, que ahora era la 1.ª de la 4.ª División del Ejército de Castilla la Nueva. El 13 de abril de 1885 se le concedió la Gran Cruz del Mérito Militar, de las designadas para premiar servicios especiales, y el 18 de agosto se le nombró, por Real Decreto, presidente de una junta creada para el informe de la supresión de la masita en los fondos del Ejército. En noviembre del mismo año concluyó sus trabajos la mencionada junta, y Velarde cesó en sus funciones.
Velarde murió a consecuencia de las heridas sufridas.
En su hoja de servicios, cerrada en 1870, figuran sus datos personales y los que afectaban al servicio militar. Su estatura: 1,67 metros; su estado: casado con tres hijos; su valor, acreditado; su conducta y su salud: buenas; su aplicación: mucha, y su capacidad, lo mismo, así como su instrucción. En cuanto a idiomas, figura que traducía el francés.
Una nota de uno de sus superiores dice que se le consideraba muy adecuado para la Dirección General, academias, fábricas y mando de tropas.
Las acciones y servicios más notables realizados durante su vida militar fueron los siguientes: en 1848, siendo teniente, se le destinó a una batería de la Brigada de Montaña del 1.er departamento, con la que partió para Cataluña el mes de septiembre. Allí salió a campaña en diciembre con la columna del Cuartel General del marqués del Duero, siendo destinado a continuación a la columna de Vic a las órdenes del coronel José Santiago, con la cual participó en la acción de Sora el 2 de febrero de 1849, continuando en ese destino hasta la terminación de la campaña contra los partidarios del conde Montemolín.
Vuelto a Barcelona, enseguida se le destinó al Ejército a las órdenes del general Fernando Fernández de Córdoba, que marchó a los Estados Pontificios en defensa del papa Pío IX. Todos los oficiales recibieron la Medalla conmemorativa de la expedición a los Estados Pontificios. En 1854, estando destinado en la 3.ª Brigada Montada, se encontró, a las órdenes del capitán general de Madrid Francisco Serrano, inmerso en los sucesos de Madrid de los días 14, 15 y 16 de julio, acaecidos tras la famosa escaramuza de Vicálvaro, así como en las operaciones que tuvieron lugar sobre Zaragoza a las órdenes de Domingo Dulce, hasta la capitulación de dicha ciudad; las mencionadas acciones le valieron el grado de teniente coronel de Infantería. En octubre de 1858, con su compañía del 3.º Regimiento montado, salió para Ceuta. En enero de 1859 partió para Tetuán a las órdenes de Leopoldo O’Donnell, tomando parte en la batalla de Tetuán del 4 de febrero y recibiendo, por el combate de 23 de enero de 1860 en los llanos de Tetuán, la Cruz Laureada de San Fernando de 1.ª Clase. Con anterioridad había participado, también, en las acciones del mes de enero de 1859 junto al río Azmir y Cabo Negro. Por todo lo descrito se le concedió el empleo de 2.º comandante de Infantería.
Sirvió en el Regimiento a caballo hasta su disolución, motivada por los sucesos del cuartel de San Gil del 22 de junio de 1866. Sublevados los sargentos y muertos los oficiales que se hallaban en el cuartel, Velarde acudió a San Gil siendo detenido en el camino por los sediciosos, que le impidieron la entrada al cuartel. Logró evadirse de la vigilancia a que le sometieron y se incorporó al cuartel general de las fuerzas leales al gobierno, establecido en la Puerta del Sol.
Estando allí vio bajar por la calle de la Montera, blandiendo sus sables y profiriendo gritos subversivos, a unos cuantos artilleros de su Regimiento. Indignado por la conducta de dichos individuos, se adelantó él solo a su encuentro y, deteniendo a los primeros por la brida e increpándolos con enérgicas palabras, les ordenó envainar los sables y echar pie a tierra, lo que ejecutaron al escuchar la voz de su jefe, consiguiendo Velarde, con su arrojo, reducirlos a la obediencia y entregarlos prisioneros al general O’Donnell.
Veinte años más tarde, siendo brigadier jefe de la 1.ª Brigada de la 4.ª División de Artillería, volvió a hacer alarde de su valor acudiendo al cuartel cuando tuvo noticia de los vergonzosos sucesos consecuencia de la sublevación de Villacampa, en la madrugada del 20 de septiembre de 1886. Sin tanta fortuna como veinte años antes, esta vez resultó vilmente asesinado en la calle a manos de los sediciosos.
El 22 de abril de 1927 y a petición de su hijo Alfonso Velarde Arriete, teniente coronel de Artillería, se publicó en el Diario Oficial del Ministerio de la Guerra, una Real Orden aclaratoria, rectificando los errores cometidos por algunas publicaciones extranjeras, que atribuían a Clemente Velarde la cooperación a la sublevación del general Villacampa y que había sido encarcelado por tal motivo. La Real Orden decía claramente que “fue muerto por los insurrectos republicanos el 19 de septiembre de 1886, y que durante los cuarenta y cuatro años, cinco meses y veinte y ocho días de servicios efectivos desempeñó varias comisiones y mereció distintas recompensas”.
Clemente Velarde y González estaba en posesión de las siguientes condecoraciones: Cruz italiana de San Gregorio, Medalla conmemorativa de la expedición a los Estados Pontificios, Cruz de 1.ª Clase de San Fernando por el combate del 23 de enero de 1860 en África, Medalla de África, Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, Cruz de 2.ª Clase del Mérito Militar con distintivo rojo, Cruz del Mérito Militar de 2.ª Clase con distintivo blanco, Gran Cruz del Mérito Militar con distintivo blanco.
Fuentes y bibl.: Archivo General Militar (Segovia), Expedientes personales.
A. Carrasco y Sayz, Icono-biografía del Generalato Español, Madrid, Imprenta del Cuerpo de Artillería, 1901.
Vicente Alonso Juanola