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Celestino del Piélago y Fernández de Castro

Biografía

Piélago y Fernández de Castro, Celestino del. Comillas (Cantabria). 6.IV.1792 – 2.VIII.1880. Militar, mariscal de campo de Ingenieros y científico.

Celestino del Piélago realizó sus primeros estudios en el Real Seminario Cantábrico, de gran prestigio. Como resultado de la invasión francesa de 1808, casi toda la juventud escolar ingresaba en el ejército. Piélago, como un joven más, al terminar sus estudios, entró en el servicio como cadete del Regimiento de Infantería de Aragón el 5 de agosto de 1811, regimiento que formaba parte del VI ejército y que estaba acantonado en las inmediaciones de Astorga. A principios de septiembre se mandó que los cadetes de todos los cuerpos que componían ese ejército se reuniesen para formar una escuela militar. Allí Piélago demostró que no tenía necesidad de aprender, sino que podía prestar mejores servicios enseñando. Desde diciembre del mismo año de 1811, fue profesor de la escuela militar y tuvo a su cargo la enseñanza de las matemáticas. Para recompensar sus servicios y darle más autoridad sobre sus discípulos se le confirió el grado de subteniente el 1 de enero de 1812. En esta situación siguió hasta la conclusión de la Guerra de la Independencia.

Piélago ingresó en la Academia de Ingenieros de Alcalá de Henares (recién reabierta por haber finalizado la guerra contra los franceses) en 1815. Salía de la misma, después de terminar los estudios reglamentarios con el número uno de su promoción, el 20 de diciembre de 1819. Su primer destino fue como profesor, precisamente, al citado centro de enseñanza de los ingenieros militares.

En diciembre de 1820 se le comisionó para que levantara los planos de la provincia de Santander y realizara el proyecto para la carretera de la costa. Ocupado en estos trabajos y recién ascendido a capitán de Ingenieros, le sorprendía la entrada de los “Cien mil Hijos de San Luis” en 1823, en apoyo de la vuelta al absolutismo de Fernando VII. Incorporado voluntariamente al ejército constitucional en la columna de D. Marcelino Oráa, en la que desempeñó las funciones de jefe de estado mayor, asistió con ella a la acción de los Tornos. Posteriormente, nombrado jefe de ingenieros de la primera división del IV ejército, tomó parte en la acción de Puente de los Fierros y luego en la defensa de La Coruña contra los franceses, desde el 15 de junio al 23 de agosto de 1823.

Conducido como prisionero a Francia, volvió en mayo de 1824 para quedar “impurificado” por “constitucionalista” y con licencia ilimitada hasta marzo de 1829, en que fue rehabilitado en su empleo. Fue destinado poco después, con el doble cargo de capitán del Regimiento del Arma (el Regimiento de Zapadores Minadores) y profesor de la Academia del Cuerpo, situadas ambas instituciones en la citada ciudad de Alcalá de Henares, instituciones, que por entonces no se separaban, en cumplimiento de lo que disponía la ordenanza de Ingenieros. Simultáneamente se le hacía responsable de la fortificación de la plaza de Santoña. La citada plaza, después de la ocupación francesa de 1810 a 1814, en la que estos últimos pensaron construir un arsenal y un astillero, pasó de la indiferencia de otros monarcas anteriores a concitar un mayor interés en ella por parte de Fernando VII. En ese sentido, los postulados de del Piélago fueron determinantes para la conversión de Santoña en una plaza fuerte marítima.

En noviembre de 1832, el centro de enseñanza de los ingenieros militares se trasladaba a Guadalajara, a donde le seguía del Piélago, ya únicamente como profesor, y en donde en compañía de otros dos profesores se encargó de la redacción de un nuevo Reglamento para el centro de enseñanza, en el que se incluía el plan de estudios, reglamento que, una vez aprobado, entraba en vigor en 1835. En febrero de 1836 era designado para estudiar y proponer los medios de defensa de la costa cantábrica, proyectando las obras de fortificación de Gijón.

Ascendió a comandante del Cuerpo el 12 de septiembre de 1837, permaneciendo en su destino en la Academia de Guadalajara. Con fecha de 19 de febrero de 1839 era promovido a teniente coronel de Ingenieros, pasando a servir en el Depósito Topográfico, en comisión en el extranjero. En 1843 fue encargado del Museo de Ingenieros y del Depósito General Topográfico, y ese mismo año formaba parte de la comisión del mapa de España. En 1844 era comisionado para que visitara los centros de enseñanza de los Ingenieros Militares en Francia, Bélgica e Inglaterra. En esos viajes adquirió instrumentos geodésicos y topográficos. Fue promovido a brigadier de Ejército el 31 de enero de 1846 (los oficiales de Ingenieros, Artillería y Estado Mayor podían ascender en tres escalas: la de su Cuerpo, por antigüedad, y por méritos en las de grado del Ejército, y efectivo en el mismo).

A principios de 1848 (había ascendido a coronel de Ingenieros por antigüedad el 19 de mayo de ese año), acompañó al ingeniero general, Antonio Remón y Zarco del Valle, en su misión diplomática por diversos países de Europa, para obtener el reconocimiento de la reina doña Isabel II por aquellas potencias. Más tarde, entre 1851 y 1855, participó como vocal de la Junta encargada del Plan de defensa permanente de España, creada por R.D. de 25 de mayo de 1851, con la misión de “formular el plan del sistema defensivo de la Península, islas y posesiones adyacentes”. El referido Plan estaba bajo la presidencia del capitán general Manuel de la Concha, marqués del Duero, y formaba parte de la misma el entonces brigadier Piélago, quien había realizado junto a los ingenieros militares Manuel Varela y Limia y Gregorio Brochero Bueno un informe sobre la defensa de los Pirineos que serviría de punto de partida para los trabajos consiguientes.

En 1856 era designado director general de Obras Públicas y, anteriormente, en 1850, realizó un informe para el Congreso sobre los caminos de hierro de España (ferrocarriles), al tiempo que se le nombraba vocal de la Junta directiva de la Carta Geográfica de España, de la Comisión de Estadística general del Reino y en 1857 jefe de la Comisión Topográfico-Catastral. También fue vocal de la comisión mixta para determinar el plan de conducción de aguas a Madrid en 1845 y jurado de varias exposiciones públicas.

El 6 de junio de 1858 ascendía a brigadier director subinspector del Cuerpo y nombrado vocal de la Junta Superior Facultativa de Ingenieros. Era promovido a mariscal de campo el 17 de agosto de 1863 y en 1864 se le nombraba vicepresidente de la Junta Superior facultativa. Pasó a la situación de retirado en 1867, pero volvió al servicio en octubre del mismo año, haciéndose una excepción especial en su favor por sus distinguidos servicios, y desde entonces hasta el año de 1877, en que se le concedió la exención definitiva del servicio, desempeñó la vicepresidencia de la junta superior facultativa.

Fue uno de los oficiales de Ingenieros, junto al citado ingeniero general Antonio Remón y Zarco del Valle, que fundaron en 1846 el Memorial de Ingenieros, revista técnica, que, salvo con el paréntesis provocado por la Guerra Civil (1936-1939) y posguerra, se ha venido publicando hasta nuestros días. Como se señaló anteriormente, del Piélago acompañó al general Zarco del Valle en comisión a Alemania (junto a los oficiales de Ingenieros García de San Pedro, Clavijo, Burriel y O’Ryan) trayendo a su vuelta las nuevas ideas del sistema de fortificación alemán, ideas que se explicaron en la Academia, llegándose a aplicar en España en varios proyectos.

Fue autor de diversos tratados relacionados con la arquitectura y que sirvieron de texto para la Academia, y entre sus numerosas condecoraciones, se pueden citar la Gran Cruz y placa de la Orden militar de San Hermenegildo, Gran Cruz y Comendador de la Real Orden Americana de Isabel la Católica, Oficial de la Legión de Honor de Francia, y Comendador de la Orden Real del Águila Roja de Prusia. Fue académico fundador nombrado por los dieciocho académicos designados por la reina Isabel II de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la que tomó posesión el 3 de abril de 1847 y. finalmente, académico de la Real Academia de Nobles Artes de San Fernando.

 

Obras de ~: Teoría Mecánica de las construcciones, Madrid, Imprenta Miguel Burgos, 1837; Introducción al estudio de la Arquitectura hidráulica, Madrid, 1841; con F. Arteta, Memoria sobre el sistema orgánico del Ejército, Madrid, 1844; Relación del viaje a Francia, el Rhin, la Bélgica e Inglaterra, que de orden de S. M. hizo en 1844 y 1845, Madrid, Imprenta Nacional, 1847; Estudios de edificios militares, 1847, 1848-1849; Extracto de una instrucción para el empleo de las argamasas bituminosas, Memorial de Ingenieros (MI), 1849; Informe de la Academia de Ciencias sobre el teodolito olométrico y aparato para medir bases del Sr. J. Porro, MI, 1850; Observaciones sobre el sistema métrico decimal, MI, 1853.

 

Fuentes y bibl.: Archivo General de Simancas, Exp. personales.

Estados (Escalillas) del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, 1820-1867; J. Almirante, Bibliografía Militar de España, Madrid, 1876; “Necrologías”, en Memorial de Ingenieros y Revista Científico Militar (1 de agosto de 1880); J. de la Llave García, Lecciones de Fortificación explicadas en la Escuela Superior de Guerra, Madrid, Imprenta del Memorial de Ingenieros, 1898; VV. AA., Estudio Histórico del Cuerpo de Ingenieros del Ejército, Madrid, Est. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra, 1911; Índice Analítico del Memorial de Ingenieros (1843-1920), Madrid, 1921; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; E. Gómez Pellón (coord.), Santoña: de los escabeches a los salazones: la transformación de una villa litoral de Cantabria, Santander, Universidad de Cantabria, 2000; A. García Bodega, Guadalajara y los Ingenieros Militares, Guadalajara, 2006; M. Silva Suarez, El Ochocientos. Profesiones e Instituciones civiles, Zaragoza. Real Academia de Ingeniería - Institución “Fernando el Católico”, 2007; R. Palacio Ramos, “La Junta encargada del Plan de Defensa permanente para España de 1855”, en AFORCA [en línea], disponible en http://www.aforca.org/jornadas/pon06_11.pdf.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño