Navia y Campos, Pedro. Almendralejo (Badajoz), 2.X.1897 – Sevilla, 1.XI.1960. Ceramista y escultor.
A los nueve años se trasladó a Sevilla y, con su madre viuda y sus tres hermanos, se estableció en la ciudad hispalense en 1906 y trabajó como aprendiz en el estudio de José Lafita. Completó su formación en la Escuela Industrial de Bellas Artes de Sevilla, donde tuvo como profesores, entre otros, a Diego Salmerón y a José Ordóñez.
Entre 1920 y 1924 trabajó en la sevillana fábrica de cerámica de Ramos Rejano. Desde la última fecha citada, y cuando su maestría en la cerámica vidriada era ya conocida, se estableció como independiente realizando toda clase de esculturas y elementos ornamentales en cerámica producidos en su fábrica, que llevaba el largo nombre de “Nuestra Señora de la Piedad. Talleres de ornamentación artística en barros cocidos y vidriados”. En 1929 abriría una nueva fábrica en Triana. Con motivo de la preparación de la Exposición Iberoamericana de ese año se le encargó la decoración de la Plaza de España. La célebre exposición contribuyó en gran manera a la difusión de las cerámicas de la fábrica trianera de Pedro Navia, que vio aumentar sus encargos desde el otro lado del Atlántico.
Este ceramista y escultor se dedicó fundamentalmente a trabajos ornamentales en cerámica vidriada de Triana. Como escultor realizó algunos retratos; así el titulado Écija, que representa a un bandolero andaluz, o los de José Pérez Caballero y Enrique Orce. A la temática religiosa pertenecen la figura en terracota de San Francisco, en la hornacina de la puerta de entrada de la iglesia sevillana de los capuchinos; los medallones de la iglesia de Santa Paula; y un torso de San Sebastián para la parroquia de Almendralejo. Realizó numerosos retablos en azulejería policromada para fachadas de iglesias.
Pedro Navia destacó sobre todo por sus trabajos en cerámica vidriada. Merecen citarse los motivos decorativos para arquitecturas en la plaza de España del parque de María Luisa en Sevilla: se trata de seis ventanas renacentistas en relieve, cuarenta medallones dedicados a hombres ilustres españoles, trabajos en escudos y otros elementos ornamentales. Estas obras le fueron encargadas con motivo de la Exposición Iberoamericana de 1929.
En Extremadura se localizan obras cerámicas de Pedro Navia en Aceuchal. En Almendralejo se encuentran los bustos fundidos en bronce de dos hijos preclaros de la localidad: Espronceda y Carolina Coronado; más abundantes son las obras en cerámica vidriada repartidas por diversas casas y lugares: ánforas, macetones, platos, tibores, retablos, escudos y escenas en paneles de azulejería, pequeñas imágenes religiosas, etc. Merece especial mención el baptisterio de la parroquia almendralejense, con más de 33 metros cuadrados de azulejería policromada. Navia hizo otro baptisterio ligeramente más pequeño e igualmente espléndido en la parroquia de Valverde de Llerena. En Badajoz pueden verse algunos trabajos de Pedro Navia en los cuadros cerámicos a la entrada del santuario de Botoa y en la fachada de la iglesia de las Descalzas.
De su actividad expositiva, que fue probablemente escasa, sólo se conoce la amplia muestra que organizó el Ateneo de Almendralejo en 1926, donde el artista presentó cuarenta piezas.
Pedro Navia murió en Sevilla el 1 de noviembre de 1960, a los 63 años de edad. Se encuentra enterrado en su localidad natal de Almendralejo, de la que nunca se desarraigó.
Obras de ~: Motivos decorativos de la Plaza de España en el parque de María Luisa de Sevilla, 1929; Retrato de José Pérez Caballero, s. f.; Retrato de Enrique Orce, s. f.; Écija, s. f.; Busto de José de Espronceda, s. f.; Busto de Carolina Coronado, s. f.; Azulejería del baptisterio de la parroquia de Almendralejo, s. f.; Azulejería del baptisterio de la parroquia de Valverde de Llerena, s. f.
Bibl.: F. Blázquez Sánchez, La escultura sevillana en la época de la Exposición Iberoamericana. 1900-1930, Ávila, Diario de Ávila, 1989; T. Medina Cledón, Pedro Navia Campos. Escultor-ceramista universal, Badajoz, 1998.
Román Hernández Nieves
