Guzmán, Ferrán Pérez de. ?, m. s. xiii – ¿IX.1302? Ricohombre castellano, adelantado mayor de Murcia.
Ferrán Pérez de Guzmán fue hijo de Pedro Guillén de Guzmán, el primer adelantado mayor de Castilla (1258-1269), y de su segunda esposa, Juana Fernández de Biedma. Hermanos suyos fueron Álvar Pérez y, por vía ilegítima, Alfonso Pérez de Guzmán, llamado el Bueno. La tía de Ferrán Pérez, Mayor Guillén de Guzmán, fue amante de Alfonso X (hija de ambos sería la reina Beatriz de Portugal).
Ferrán heredó de su padre un patrimonio saneado, gracias a las cuantiosas donaciones de tierras que había recibido de la Corona en Sevilla, Córdoba y Murcia.
Tales beneficios eran el premio a la participación de Pedro en las campañas de conquista de esos territorios en la última etapa del reinado de Fernando III.
Sin embargo, a pesar de lo conseguido por Pedro de Guzmán en la elevación de su linaje, no consiguió evitar que siguiera siendo una casa de segunda fila en el seno de la ricohombría.
En 1272 Ferrán Pérez de Guzmán comenzó a figurar como representante de su familia en las confirmaciones que los grandes nobles hacían de los privilegios rodados de la cancillería regia. Documentos y crónicas lo señalan, desde entonces, como uno de los magnates castellanos más relacionados con el territorio murciano, por señoríos y clientelas feudales. Sin embargo, no perdió sus vínculos con tierras castellanas, especialmente en el aspecto espiritual: en 1279 acordó junto a su esposa, Sancha Rodríguez (hija de Ruy Fernández de Valduerna, señor de Cabrera y de Ribera), y con el abad de Santo Domingo de Silos, Sancho Pérez de Guzmán, situar sus sepulturas en aquel monasterio, a cambio de una generosa dotación económica.
En el mismo año Ferrán Pérez hacía donación a la abadía de vasallos, de una casa y de un dominio que le pertenecían en Espinosa de Val de Olivos.
En cuanto a su actividad militar en los últimos años de reinado de Alfonso X, según algún testimonio cronístico, Ferrán fue apresado por los benimerines en la derrota de la flota castellana que colaboraba en el cerco de Algeciras, episodio acontecido en el verano de 1279. El cautiverio de los prisioneros de aquella batalla se habría prolongado durante dos años en Marruecos.
Al comenzar el reinado de Sancho IV en abril de 1284, Ferrán Pérez de Guzmán estaba en buenas relaciones con Lope Díaz de Haro, señor de Vizcaya y mano derecha del Monarca. También compartía intereses con los Castañeda, distinguida familia de Castilla Vieja y aliada de los Haro: la única heredera de Ferrán, su hija Juana, casaría con Diego Gómez de Castañeda. Gracias a su calidad de importante señor murciano y al apoyo de la facción nobiliaria entonces en el poder, Ferrán Pérez fue nombrado adelantado mayor del reino de Murcia hacia noviembre de 1285.
Su actividad como tal giró en torno a varias cuestiones: la protección de los privilegios de la Iglesia de Cartagena y del concejo de Murcia; la labor de juez de apelación; la representación del Soberano en el territorio y la guarda del estado de la tierra, quejándose a Alfonso III de Aragón de los daños hechos por sus súbditos valencianos en lugares del reino de Murcia.
El fin del adelantamiento de Guzmán coincidió con la muerte violenta del conde Lope Díaz en Alfaro a manos de los hombres del Rey, en junio de 1288, y el subsiguiente cambio de bando cortesano dominante.
Aunque después de 1288, a diferencia de otros partidarios más claros del conde Lope Díaz, Ferrán Pérez de Guzmán no fue perseguido por Sancho IV, su importancia política decreció mucho. La soldada que recibía de la Corona en esos años era de las más modestas en comparación con las de otros ricoshombres.
Con posterioridad a 1288, este personaje deja de ser mencionado en crónicas y documentación real en relación con actuaciones políticas importantes. No obstante, siguió confirmando los privilegios rodados de la cancillería real en el puesto reservado a losricoshombres castellanos, hasta septiembre de 1302 (reinando ya Fernando IV), fecha presumible de su muerte.
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Braulio Vázquez Campos
