Velasco, Alfonso de. Señor de Gandul y Marchenilla. ?, p. t. s. XV – Sevilla, 1477. Veinticuatro de Sevilla y presidente del Consejo Real de Enrique IV de Castilla.
Hijo segundo de Juan de Velasco, señor de Medina de Pomar, y de María de Solier, fue destinado a la carrera eclesiástica. Hacia 1440 era protonotario apostólico, pero poco después abandonó su estado para contraer matrimonio con Isabel de Cuadros, noble dama sevillana de la que, según el cronista Palencia, “andaba perdidamente enamorado”.
Al morir su madre en 1435 había recibido los lugares de Gandul y Marchenilla, próximos a Alcalá de Guadaira, y por cuya jurisdicción hubo de pleitear largos años, al menos hasta 1457, tanto con esta villa como con el concejo sevillano. Desde 1443 Alfonso de Velasco se avecindó en la capital andaluza y comenzó a introducirse de modo cada vez más firme en su Cabildo municipal y en la vida pública de la ciudad. En 1445 ostentaba ya una veinticuatría de Sevilla y la alcaidía de la fortaleza de Fregenal de la Sierra, y en 1452 era juez mayor de las suplicaciones o alzadas de la ciudad, puesto que conservó hasta el final de su vida. Su capacidad jurídica, quizá debida a su formación eclesiástica, era reconocida por todos, llevándole a la Audiencia sevillana como oidor y, sobre todo, al Consejo Real, en el que en 1464 figuraba como presidente. Su actividad jurídica continuó durante los primeros tiempos del reinado de los Reyes Católicos, de cuyo Consejo también formó parte. Fernando el Católico le encomendó en 1476 la guarda y amparo del sevillano Hospital Real de San Lázaro.
Estas actividades fueron combinadas siempre con una intensa vida política. Vinculado a su hermano Pedro Fernández de Velasco, se opuso al partido de Juan Pacheco y Pedro Girón. Como alcaide de Fregenal, en 1458 se resistió con éxito a la entrega de la fortaleza a Pedro Girón, resistencia en la que contó con la ayuda del duque de Medina Sidonia y del propio concejo sevillano, que se veía despojado de una villa de su alfoz.
Años después, y como tantos nobles castellanos, mantuvo una posición ambigua en el conflicto entre Enrique IV y el infante-rey Alfonso. Aunque parece que al principio se alineó con Enrique y que trató de mantener a Sevilla en su obediencia, más tarde cambió de opinión y actuó en diversas ciudades andaluzas en favor de Alfonso, hasta el punto de que Jerez de la Frontera, fiel al Monarca, le negó la entrada. La misma indefinición, cercana a la neutralidad, se aprecia en su alineamiento en los bandos de la nobleza andaluza de la década de 1470. El cronista Alonso de Palencia lo considera próximo al duque de Medina Sidonia, pero las relaciones con éste no siempre fueron amistosas y, por otra parte, a su mediación se debieron las paces alcanzadas entre las casas de Niebla y Arcos en 1474, llamadas de Marchenilla por haberse negociado en esa posesión de Alfonso de Velasco.
Como tantos personajes de la nobleza andaluza, Velasco mantuvo una importante actividad comercial desde fechas tempranas, y en 1448 era propietario de una nave dedicada al transporte de mercancías.
También tenía intereses en la elaboración de harinas, ya que poseía trece molinos en Gandul y Marchenilla con los que abastecía el mercado sevillano y de los que procedía el grueso de sus rentas. También actuó como prestamista del propio concejo sevillano y mostró su interés por ocupar el mayordomazgo de la ciudad en 1453.
No tuvo descendencia de su matrimonio con Isabel de Cuadros, hija del veinticuatro sevillano y armador mayor de las flotas reales Ruy Díaz de Cuadros. Murió en 1477, dejando como heredera universal a su esposa y, a la muerte de ésta, a su sobrino, el conde Haro. El debatido señorío de Gandul y Marchenilla volvió así a la línea principal de los Velasco hasta que, bien entrado el siglo xvi, fue vendido a Miguel Martínez de Jáuregui. Alfonso de Velasco se mandó enterrar en la capilla de Santa Ana del Monasterio de Guadalupe.
Bibl.: D. Ortiz de Zúñiga, Anales eclesiásticos y seculares de la Muy Noble y Muy Leal ciudad de Sevilla metrópoli de la Andalucía, Madrid, Imprenta Real, 1795 (ed. facs. con índices de J. Sánchez Herrero et al., Sevilla, Guadalquivir, 1988, vol. II); J. Matute y Gaviria, Hijos de Sevilla señalados en Santidad, Letras, Armas, Arte o Dignidad, vol. I, Sevilla, Oficina de El Orden, 1886; A. de Palencia, Cuarta Década, ed. y trad. de J. López de Toro, Madrid, Real Academia de la Historia, 1970 y 1974, 2 vols.; Crónica de Enrique IV, intr. de A. Paz y Meliá, Madrid, Atlas, 1973 y 1975, 3 vols.; M. A. Ladero Quesada, Andalucía en el siglo XV. Estudios de historia política, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 1973; A. Franco Silva, “Gandul y Marchenilla. Un enclave señorial de los Velasco en la Campiña de Sevilla”, en VV. AA., V Coloquio Internacional de Historia Medieval de Andalucía, Córdoba, 1988, págs. 405-420; R. Sánchez Saus Linajes sevillanos medievales, Sevilla, Guadalquivir, 1991, 2 vols.
Rafael Sánchez Saus