Pérez de Valencia, Jaime. Ayora (Valencia), 1408 – Valencia, 30.VIII.1490. Agustino (OSA), teólogo, exegeta, hebraísta y obispo auxiliar de Valencia.
El valenciano Jaime Pérez, también conocido como Jacobus Pérez, Jacobus de Valentia, o Iayme Pereç de Valencia, por la ciudad en que pasó la mayor parte de su vida, fue el segundo de cinco hijos del matrimonio formado por Juan Pérez y Francisca Gil de Marazo, “nobles, virtuosos y grandes limosneros”.
Tras el estudio de las primeras letras (Gramática y Retórica) en su ciudad natal, donde creció en un ambiente de desahogo económico y religiosidad cristiana, Jaime decidió vestir el hábito de la Orden Agustiniana a finales de mayo de 1435. Una vez concluido el año de noviciado, profesó en el Convento San Agustín de Valencia el 30 de mayo de 1436. En este mismo Convento estudió, durante algo más de dos años, Filosofía y Teología, siendo ordenado sacerdote, para a continuación dedicarse a la docencia en el propio convento agustino y a la predicación en la iglesia de San Agustín.
Posteriormente, en el Estudio General de Valencia, futura Universidad de Valencia, Jaime Pérez leyó la Cátedra de Cánones y, desde 1459 hasta 1479, ejerció la docencia en la Cátedra de Artes y Teología, o Cátedra de las Sentencias de Pedro Lombardo.
Debido a su preparación intelectual y al importante patrimonio cedido por él a la provincia agustiniana de Aragón, más la decidida influencia de su madre, fue designado para ocupar varios cargos en la Orden de San Agustín. Dos veces desempeñó el oficio de prior del Convento San Agustín de Valencia (1465 y 1468); en el capítulo celebrado en Aviñón (1455) salió elegido provincial, y el mismo prior general de la Orden le nombró vicario general de los Conventos agustinos de Rocafort (1485) y Aguas Vivas (1488).
Pérez de Valencia asistió, en nombre de su provincia de Aragón, al capítulo general celebrado en Pamiers (Francia) el año 1465.
A instancias de Rodrigo de Borja, obispo de Valencia y administrador de Cartagena, después de la muerte del franciscano Miguel Castault en 1468, hasta entonces su obispo auxiliar, el papa Pablo II designó a Jaime Pérez obispo in partibus de Christopolis, auxiliar de la diócesis de Valencia y administrador de Cartagena con fecha 23 de septiembre de 1468. Aunque Rodrigo de Borja fue el obispo titular de Valencia hasta su elección de Sumo Pontífice, con el nombre de Alejandro VI (1492-1503), nunca gobernó directamente la diócesis de Valencia, sino por medio de obispos auxiliares. Jaime Pérez, en efecto, ejerció como verdadero obispo de la diócesis de Valencia y administrador de Cartagena desde su consagración episcopal.
Por petición de los Reyes Católicos, escribió Jordán, le otorgaron el título de inquisidor de Valencia (1469), el primero que hubo en Valencia del nuevo Tribunal de la Inquisición que surgió en España en la segunda mitad del siglo xv, como sustituto de la vieja Inquisición medieval. Sin embargo, como inquisidor Pérez de Valencia no ejerció ninguna actividad.
Las tareas del misterio episcopal que desarrolló Jaime Pérez se centraron en la administración de sacramentos y la predicación, según él mismo da noticia en sus escritos. También dedicó atención a la formación y renovación de clérigos y religiosos, la defensa de la fe y la unidad de la Iglesia. Amplió las posibilidades de reforma del clero, no mediante la teología, sino a partir del estudio de la Sagrada Escritura. Renovación, en efecto, a través del estudio y no con el apartamiento de los grados académicos y la reclusión claustral.
Dotado para el conocimiento de las lenguas, Jaime Pérez llegó a dominar seis idiomas: castellano, valenciano, latín, griego, hebreo y arameo. Su conocimiento de los grandes comentarios bíblicos patrísticos y medievales, tanto católicos como judíos, y de la teología escolástica a partir de los maestros de la Escuela Agustiniana, ha quedado reflejado en su actividad de teólogo, escriturista y hebraísta. Las obras están formadas por un conjunto de comentarios bíblicos y algunos opúsculos de marcada orientación apologética en defensa de la fe católica frente a los judíos. Por este motivo recibió en su tiempo el apelativo de “martillo de judíos”. Todas sus obras revisten, pues, un carácter teológico y bíblico, excepto un trabajo histórico acerca de la familia Moncada.
La obra apologética de Jaime Pérez se inscribe dentro de la tradición que vive Valencia desde el momento mismo de la conquista de la ciudad; esto es, la evangelización de árabes y judíos, razón por la que las Órdenes religiosas crean escuelas dedicadas a estudios teológicos y bíblicos dentro de sus propios conventos.
Esta necesidad de conducir a los judíos, que convivían con los cristianos, a la fe de la Iglesia católica mediante argumentos tomados de la Sagrada Escritura la seguirá Jaime Pérez. El Tractatus contra iudaeos, (Valencia, 1484) proporciona información relevante sobre el ambiente apologético y antijudío de la época, así como de los principales errores doctrinales (politeísmo, arrianismo, maniqueísmo, pelagianismo, etc.) con los que tuvo que enfrentarse durante el desarrollo de su ministerio episcopal.
Más famoso todavía fue el Comentario a los Salmos (Valencia, 1484), dedicado al cardenal Rodrigo Borja, vicecanciller de la Iglesia Romana y obispo de Valencia, por los nada comunes conocimientos que manifiesta sobre Sagrada Escritura y hermenéutica bíblica, Teología y Filosofía, Derecho y Ciencias Naturales.
En esta obra, cuando comenta el Salmo 103, 9, sostiene la doble circulación de la sangre en el cuerpo humano, siendo anterior a Miguel Servet, a quien generalmente se le atribuye este descubrimiento.
Amigo de la célebre monja trinitaria Isabel de Villena, autora de Vita Christi (Valencia, 1497), a quien dedicó la exposición que escribió sobre el Magnificat, o cántico a la Virgen María, Pérez de Valencia ofrece en dicha obra un verdadero tratado de mariología, mostrándose defensor de la concepción inmaculada de la Virgen María, razón por la que ha tenido notables repercusiones en el pensamiento teológico.
El año del fallecimiento de Jaime Pérez lo sitúan los más antiguos biógrafos, entre otros Elssio, Cave y el canónico Ortí, en 1491, y a partir de Ximeno se sigue la fecha de 1490, por constar así en las dos lápidas, si bien ninguna de ellas fue colocada inmediatamente después de su muerte. Fue sepultado en la iglesia del Convento de San Agustín de Valencia, formándose una especie de veneración popular a favor de la santidad del obispo valenciano.
En tiempos del arzobispo de Valencia, santo Tomás de Villanueva, le erigieron una nueva sepultura en la iglesia de San Agustín (1549), donde colocaron sus restos; parte del cuerpo se hallaba incorrupto. Aunque el proceso de proclamación de sus virtudes comenzó, en tiempo de las Germanías se paralizó. El propio rey Felipe II lo consideró santo cuando visitó el sepulcro en 1586, después de participar en los oficios celebrados en la iglesia de San Agustín de Valencia.
En el reconocimiento hecho el 28 de octubre de 1610 todavía una parte del cuerpo de Jaime Pérez se conservaba incorrupta, por lo que san Juan de Ribera incoó el proceso jurídico para su beatificación. Con la muerte del arzobispo Ribera quedó suspendido el proceso, aunque nunca se haya puesto en duda la santidad de la vida del obispo cristopoliano.
Obras de ~: Commentum in Psalmos. Centum et quinquaginta Psalmi Davidici cum expositione, Valencia, Imprenta Luis Arinyo y Alfonso Fernández de Córdoba, 1484 (Valencia, Imprenta L. Palmart, 1493; Barcelona, Imprenta Nicolau Spindeler, 1506; París, Oficina J. B. Ascensius, 1506-1507; París, Oficina Ascensiana, 1509; Lyon, Imprenta Stephan Genard, 1509; Lyon, Imprenta Stephan Genard, 1514; París, Imprenta Ponceti le Preux, 1515; Lyon, Imprenta Joh. Cambray, 1517; Lyon, Imprenta Jacobi Myt, 1518; París, Imprenta G. de Gourmont, 1521; París, Officina Ascensiana, Nicolai de Pratis, 1521; Lyon, Imprenta Stephano Gueynard, 1525; Lyon, Imprenta B. Rosier, 1525; Venecia, Imprenta Bernardinus Stagninus de Tridino, 1526; Lyon, Imprenta Benedicti Bonini, 1531; Lyon, Imprenta Martini Lescuyer, 1533; París, Imprenta Franciscum Regnault, 1533; Lyon, Imprenta Jacobum y Franciscum de Junta, 1540; París, 1548; Venecia, Imprenta Bartholomeus Rubinos, 1568; Venecia, Imprenta Franciscum y A. Zopinos, 1581; Venecia, Imprenta F. de Prato, 1586; Lyon, Imprenta Stefano Gueynard, 1717; Madrid, Typ. Ordinis de Mercede, 1749); Tractatus contra Iudaeos q. 1-5 (“De expositione Ps. 39, 49 et 50 et de cessatione legis”), Valencia, Imprenta Alfonso Fernández de Córdoba y Gabriel Luis de Ariño, 1484 (París, Imprenta J. B. Ascensius, 1506; Madrid, Typ. Ordinis de Mercede, 1749); Expositio in Cantica officialia seu ferialia, Valencia, Imprenta Alfonso Fernández de Córdoba, 1484 (París, Imprenta J. B. Ascensius, 1506; Madrid, Typ. Ordinis de Mercede, 1749); Expositio in Canticum Ambrosii et Augustini. Te Deum laudamus, Valencia, Imprenta Alfonso Fernández de Córdoba, 1485 (Madrid, Typ. Ordinis de Mercede, 1749); Expositio in Canticum “Te Deum” et in Cantica Evangelica, Valencia, Imprenta Alfonso Fernández de Córdoba y Gabriel Luis de Ariño, 1485 (París, Imprenta J. B. Ascensius, 1507; Madrid, Typ. Ordinis de Mercede, 1749); Expositio in Cantica Canticorum Salomonis, Valencia, Imprenta Lamberto Palmart, 1486 (París, Imprenta Ascensium, 1498; Venecia, 1498; Lyon, Officina Johannis Cambary, 1517); “Carta a don Pere Ramón de Moncada, Señor de Vilamarchant”, en P. M. Carbonerll, Chronica o Hystoria de Espanya, Barcelona, 1545, págs. 34-35; “Carta al Justicia y los jurados de Castellón. Valencia, 31 de agosto de 1457”, en L. Revest Corzo, “Fray Jaime Pérez y la villa de Castellón” y “Carta al Justicia y los jurados de Castellón. Valencia, 10 de diciembre de 1460”, en Boletín de la Sociedad Castellonense de Cultura (BSCC), 37 (1961), págs. 326 y 327-328, respect.; Opera Omnia nunc demum accusatissima collatione cum veteribu editionibus recognita, repurgata, meliorique ordine et typis elegantioribus excussa, ed. de M. Galván, Madrid, Typ. Ordinis de Mercede, 1749, 2 vols.
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Rafael Lazcano González
