Bonifaz, Juan. Burgos, p. s. xv – 1463 sup. Trinitario calzado (OSST), redentor de cautivos y provincial.
De noble familia burgalesa, su más ilustre ascendiente fue el almirante Ramón Bonifaz, que con una escuadra se apoderó de Sevilla en 1248. En seis escrituras, desde octubre de 1437 hasta marzo de 1448, aparece como ministro del convento de Burgos, y en diez más, desde octubre de 1448 hasta junio de 1455, lleva juntamente el título de ministro provincial. Debió de renunciar a su ministerio de Burgos poco antes del 18 de abril de 1459, pues en esa fecha estaba “electo en ministro” Simón de Camargo. El cargo de provincial de Castilla lo mantuvo hasta su muerte. El 16 de enero de 1448, Juana García le donó una tierra con la obligación de un aniversario perpetuo en la iglesia de San Esteban y de cantar un responso sobre su tumba en dicha iglesia en presencia de los cautivos redimidos que llegasen a Burgos. Juan López de la Puente, con fecha de 11 de noviembre de 1451, le donó unas casas en Balmaseda (Vizcaya) para fundar un convento, de las que se tomó posesión en 1453, aunque no consta que se estableciese un convento formal. En 1460 se fundó el convento de Nuestra Señora de las Virtudes (Paradinas de San Juan, Salamanca).
Durante su provincialato atendió principalmente a la redención de cautivos, con cuyo fin obtuvo veintiséis diplomas reales; en dieciocho de los cuales se le nombra expresamente. El 8 de agosto de 1449, el rey Juan II le encargó que rescatase cuanto antes a sesenta vecinos de Antequera “que fueron cautivos en las peleas cerca de la Peña de los Enamorados y Zalea”, más otros sesenta apresados posteriormente. Entre otras concesiones, este monarca prohibió, en 1449, a las autoridades eclesiásticas y civiles exigir tributo alguno a los trinitarios por las limosnas que colectaban; mandó, en 1450, que un trinitario acompañase a las personas que recaudaban limosnas para rescatar a unos cautivos de Cieza (Toledo); otorgó su amparo, en 1452, a Juan Gallego, bachiller en teología y procurador, en su viaje de redención. Del 23 de febrero de 1454 es un salvoconducto real para “ir e entrar en el reino de Granada [...] y procurar la dicha sancta redempción de captivos christianos”. Y consta que en ese año los trinitarios rescataron en Ronda ochenta y cuatro cautivos. Al morir Juan II en 1454, Bonifaz se apresuró a obtener de su hijo y sucesor Enrique IV la confirmación de todos los privilegios anteriores. En ese tiempo eran muy frecuentes las redenciones; los trinitarios sacaban “christianos cautivos de tierra de moros en cada año”, y el Rey afirma, el 23 de diciembre de 1456, que eran muchos los cautivos rescatados, “algunos de los cuales ante mí en este año han presentado por varias veces”, y concede a los trinitarios un salvoconducto para efectuar un nuevo viaje redentor. Con justicia, pues, llamaron sus contemporáneos a Juan Bonifaz “segundo Paulino”, “refugio de los cautivos” y “favorecido de los reyes”.
Bibl.: J. Figueras Carpi, Chronicum O.SS.T., Verona, 1645, págs. 182, 534 y 536-546; F. Vega y Toraya, Crónica de la provincia de Castilla, León y Navarra del Orden de la SS. Trinidad, t. II, Madrid, 1723, págs. 171 y ss.; B. Porres Alonso, Libertad a los cautivos: actividad redentora de la Orden Trinitaria, t. I, Córdoba-Salamanca, Secretariado Trinitario, 1997, págs. 289-290; op. cit., t. II, 1998, docs. 39, 41-61 y 63-66; Los trinitarios en Burgos: historias de un convento (1207-1835), Córdoba, Secretariado Trinitario, 2004, págs. 130-137.
Bonifacio Porres Alonso, OSTD