Hijo de Alonso Fernández, conde de Haro, y de Leonor Salazar Enríquez. A los diez años, con otros niños, entre los que se encontraba san Pedro Regalado, fue acogido por Pedro de Villacreces en el Convento de la Aguilera, Burgos, donde había establecido una reforma radical en la Orden Franciscana. Lope de Salazar tomó el hábito franciscano a los catorce años e hizo la profesión religiosa a los dieciocho. Pedro de Villacreces captó sus excepcionales cualidades y lo preparó para que continuara su obra. Fue su confidente hasta su muerte en Peñafiel en 1422. Villacreces había fundado los Conventos de la Aguilera y el Abrojo. Lope de Salazar en 1427 fundó los eremitorios de Briviesca y Fresneda y entre 1444 y 1454 el importante Convento de San Bernardo, cerca de Fresneda. Reformó el Convento de Belorado, en 1428, Alveinte y Linares, entre 1440 y 1441, y estableció el espíritu de la reforma en tres conventos femeninos de la Tercera Orden: Briviesca, Belorado y Pineda. Y fundó al final de su vida los Conventos de Vico, cerca de Arrendo, en 1456; de Olmos, cerca de Burgos, en 1457; de Cidamón, en 1458; de Santa Gadea, en 1459. En 1441, unas letras del papa Eugenio IV concedían diversas gracias a la reforma, que para llevarla adelante tuvo que vencer serias dificultades que le presentaban los observantes. [...]