Fuentes Pila, Joaquín. Santander (Cantabria), 29.II.1896 – Kudia Tahar (Marruecos), 4.IX.1925. Capitán de Artillería, caballero laureado de San Fernando.
Ingresó en la Academia de Artillería de Segovia como alumno el 11 de julio de 1918, incorporándose a ella el 2 de septiembre, en que fue filiado. El 5 de dicho mes tuvo entrada en la Caja de Recluta de Madrid número 1, según filiación de la misma, correspondiéndole, por su número, formar parte del cupo de instrucción y habiendo ingresado en el Banco de España el primer plazo de la cuota militar correspondiente como acogido a los beneficios de la Ley de Reclutamiento. El 1 de diciembre de 1918 prestó juramento de fidelidad a la bandera y siguió con aprovechamiento sus estudios en la citada Academia.
El 6 de mayo de 1922 fue promovido al empleo de alférez alumno de Artillería, con antigüedad de 14 de noviembre anterior. En octubre de 1922 y junio de 1923 asistió, en compañía de sus profesores, a los viajes de instrucción y prácticas programados para visitar, respectivamente, establecimientos fabriles e industriales de Madrid y Granada, en el primer caso, y de Trubia y Reinosa, en el segundo. El 27 de septiembre de 1923, por haber terminado los estudios de la carrera, fue promovido al empleo de teniente de Artillería, con antigüedad de 9 de agosto de dicho año; siendo destinado el 29 de dicho mes al 3.er Regimiento de Artillería de Montaña, al que se incorporó en La Coruña el 22 de octubre, quedando en servicios de guarnición.
El 23 de enero de 1924 pasó agregado telegráficamente al 2.º regimiento de Artillería de Montaña, de guarnición en Vitoria, destinándosele a dicha unidad el 25 y efectuando su incorporación, en la plaza indicada, el 1 de febrero. El 6 de marzo marchó a Alicante con la plana mayor del grupo expedicionario del regimiento, para formar parte de la Brigada de Reserva del Ejército de África, llegando a dicha plaza el día 8 del mismo mes y acampando en Rabasa. El 3 de abril se dirigió a Agost para efectuar ejercicios de tiro con el grupo, regresando al campamento el 5, una vez terminados. El 25 de abril de 1924 fue destinado a la Comandancia de Artillería de Ceuta, a la que se incorporó el 4 de mayo, marchando el 8 destacado a Gueldez (costa de Gomara), quedando en dicho punto de servicio de campaña y al mando de la batería emplazada en la posición, con la que mantuvo fuego con el fin de repeler las agresiones de los rebeldes, batir concentraciones y poblados enemigos y señalar objetivos a la aviación en treinta y tres fechas diferentes durante los meses de mayo, junio y julio.
En la revista del mes de agosto y de acuerdo con lo dispuesto por la Real Orden de 12 de julio 1924, la Comandancia de Artillería de Ceuta cambió su denominación por la de Regimiento de Costa y Posición de Ceuta.
Los días 1, 3, 14 y 28 de agosto y 11 y 13 de septiembre sostuvo nuevamente fuego con los rebeldes, siendo este último día relevado, regresando a Ceuta y quedando de servicio ordinario hasta que el 30 fue agregado para el servicio a la Brigada Automovilista afecta al regimiento, para lo que se presentó voluntario, no obstante ser el momento de mayor trabajo y peligro, incorporándose a la misma en Tetuán. El 5 de octubre condujo un convoy de camiones con municiones a Xauen y otro con víveres, el 9, para el mismo punto, regresando al siguiente día, y recogiendo en el trayecto los hilos de unos explosivos puestos por el enemigo en la pista y que habían hecho explosión al paso del convoy ascendente. Avanzó con el sargento a sus órdenes unos mil metros hacia el barranco ocupado por el enemigo, en que terminaba dicho cable, y desmontó después una de las bombas que no había hecho explosión. Los días 12 y 14 efectuó convoyes de municiones a Xauen.
En la orden del regimiento del día 19 se cita a este oficial por el distinguido comportamiento observado el día 9 que, con motivo de los explosivos puestos por el enemigo en la carretera, dio muestras de valor y elevado espíritu al recoger, por su propio impulso y con grave riesgo de su vida, los alambres que servían de disparadores, para lo cual hubo de lanzarse solo a un barranco desde donde sostenía fuego el enemigo; así como por retirar una de las bombas que no había hecho explosión. El 26 de octubre llevó un convoy de municiones al Fondak, siendo agredido por el enemigo y quedando detenido un camión de municiones, volviendo desde el Fondak con uno vacío, remolcándolo a la posición y recogiendo, bajo el fuego de los rebeldes, las bajas del personal que había hecho el enemigo, por cuya acción mereció ser felicitado por el coronel Góngora, jefe de la columna y mencionado en el parte de la operación.
El 31 del citado octubre condujo otro convoy de víveres a R’gaia y, designado a las órdenes del Estado Mayor, intervino, el 22 de noviembre, en las operaciones llevadas a cabo para la evacuación de la línea de posiciones de Xauen. Mandando un convoy de camiones que salió del zoco el Arbaa y no pudiendo pasar del Fondalillo a causa del mal estado de la pista, se ofreció voluntario para organizar el retorno al zoco el Arbaa del convoy, consiguiendo, con sus acertadas disposiciones, que dicho convoy venciese los obstáculos que se oponían a su marcha, pese al intenso fuego del enemigo, y recogiese de la pista camiones y ambulancias detenidas, con enfermos y heridos. El 23 salió del campamento para retirar un coche ambulancia que había quedado detenido en la pista, remolcándolo al zoco. El 30 volvió a presentarse voluntario para recoger, cerca del Fondalillo, dos camiones de ingenieros y una camioneta embarrancados en la pista, operación que efectuó bajo intenso fuego de los rebeldes, mereciendo ser felicitado por el coronel de Artillería Alfonso Carrillo. El 8 de diciembre condujo un convoy desde el zoco el Arbaa hasta Tetuán, con material de evacuación, y, el 26, otro a R’gaia con víveres, regresando a Tetuán.
En la revista del mes de abril y de acuerdo con lo dispuesto por Real Orden de 25 de marzo de 1925 el Regimiento de Artillería de Costa y Posición de Ceuta tomó, nuevamente, la denominación de Comandancia de Artillería de Ceuta. El 15 de abril se enteró, al regresar al garaje después de un convoy, de que uno de los camiones de la unidad había sufrido avería en la carretera del Fondak, entre las Harchas y Casa Aspillerada, inmediatamente regresó al lugar indicado para tratar de repararlo. Viendo que se aproximaba la hora de la retirada de los servicios, ordenó que el camión que le acompañaba regresase a Tetuán, quedando en el vehículo averiado, en unión de un sargento y tres artilleros. Por encontrarse lejos de las diversas posiciones de la línea, ninguna podía cubrirle con sus fuegos y, no queriendo abandonar el vehículo, abrió una zanja alrededor del mismo y preparó un parapeto con los sacos que llevaba el camión como cargamento, contando para su defensa con tres mosquetones y la escasa dotación personal de munición, permaneciendo toda la noche en constante vigilancia. Al día siguiente, salieron en su ayuda, regresando a Tetuán. En la orden del cuerpo de 21 de abril 1925 se citó a este oficial como muy distinguido por los hechos que se acaban de relatar realizados el día 15.
El 17 de julio de 1925 salió a las cinco de la mañana con un convoy de camiones y, durante todo el día, estuvo organizando los servicios a Tetuán y Laucién desde Casa Aspillerada, logrando, con sus acertadas disposiciones, mantener constantemente aprovisionada de víveres y municiones a la columna que operaba por las inmediaciones. El 18 salió con otro convoy manteniendo todo el día un servicio de municionamiento a Casa Aspillerada. Destacado con quince camiones, marchó al Blocao Serra, recogiendo dos compañías y una sección de ingenieros y los telegrafistas, regresando a Tetuán, junto con el personal de la Harca, siendo felicitado por estos hechos.
El 3 de septiembre de 1925, estando al mando de un convoy, a las órdenes del Cuartel General, para el transporte de tropas, se enteró de la muerte en Kudia Tahar del teniente Mejón, de Artillería, que mandaba la batería destacada en dicha posición. Inmediatamente se ofreció al comandante jefe del destacamento de Tetuán para hacerse cargo provisionalmente del mando de un equipo compuesto por un sargento, dos cabos y veinte artilleros que marchaba a Kudia Tahar para relevar al destacamento de dicha posición que había sufrido gran número de bajas. Se hizo cargo del personal, saliendo hacia Ben Karrich e incorporándose en dicha posición a la pequeña columna del Mahjzen que, al mando del teniente Fernández y compuesta por unos cien hombres, tenía la misión de abastecer de agua, transportada en mochilas, y municiones a la posición de Kudia Tahar y de servirle como protección al equipo de Fuentes Pila.
Al llegar al Collado de Vázquez, la marcha era dificilísima, pues el enemigo tenía cortado el camino y se hallaba parapetado a todo lo largo del trayecto, apoyándose en los blocaos que había tomado aquella misma mañana. Vista la imposibilidad de poder continuar, el jefe del sector ordenó al teniente Fernández que desistiese del intento y se replegara con la pequeña columna de aguada, municionamiento y protección. El teniente Fuentes Pila, por su parte, dándose cuenta del grave riesgo que corría al continuar el avance, no dudó un momento, con un valor consciente y un espíritu admirable, en acudir con su gente en socorro de la posición sitiada, forzando el bloqueo que el enemigo tenía puesto a la misma, realizando los hechos con grave riesgo por su parte, bajo constante fuego enemigo, con un valor temerario y una determinación a toda prueba, dado que la resistencia que debió vencer fue grandísima; sin embargo, a última hora de la tarde del día 3 logró entrar en Kudia Tahar con el sargento, los dos cabos y ocho artilleros, en el momento en que se encontraba bajo intenso fuego enemigo. Una vez dentro de la posición se hizo cargo inmediatamente de la única pieza útil que quedaba de la batería, con la que el teniente Fuentes Pila efectuó algunos disparos contra el enemigo, pero, inutilizada una rueda durante la noche, recibió un impacto directo mientras intentaba cambiarla a la mañana siguiente, causándole la rotura de las dos piernas y la muerte instantánea.
La narración de la subida a Kudia Tahar, la entrada en la posición y la gloriosa muerte del teniente Fuentes Pila se ha basado en la recopilación de los hechos y el dictamen favorable del fiscal militar del juicio contradictorio para la concesión de la Cruz laureada de San Fernando al teniente de Artillería Joaquín Fuentes Pila; dictamen que fue ratificado y suscrito en todas sus partes por el fiscal togado y elevado al ministro del Ejército, con el conforme del Consejo Supremo del Ejército y Marina, para su resolución por Su Majestad el rey Alfonso XIII. La Cruz laureada de San Fernando individual le fue concedida por Real Orden de 2 de enero de 1930, cuya relación de méritos es una narración casi idéntica a la hecha anteriormente. El motivo para la concesión fue el valor heroico demostrado venciendo las grandísimas dificultades para acceder a la posición de Kudia Tahar El 6 de octubre de 1925, el general jefe superior de las fuerzas militares de Marruecos le había concedido al teniente Fuentes Pila, junto a otros seis oficiales de la posición de Kudia Tahar, la Medalla Militar individual “como recompensa ejemplar e inmediata al valeroso y distinguido comportamiento en la defensa de la posición de Kudia Tahar”; concesión que fue ratificada por Real Orden de 20 de octubre de 1925.
Por Real Orden de 13 de enero de 1927 se le concedió el empleo de capitán de Artillería en recompensa por los méritos contraídos en el período de tiempo comprendido desde el 1 de agosto de 1924 hasta el 1 de octubre de 1925 en operaciones y servicios de campaña.
Bibl.: J. Romano, “Cómo mueren los héroes. La magnífica epopeya de Kudia-Tahar”, en La Esfera, n.º 701 (11 de junio de 1927), págs. 36-38; J. M.ª Gárate Córdoba (dir.), “Cudia Tahar resiste”, en España en sus héroes. Historia bélica del siglo xx, vol. II, n.º 37, Madrid, Ornigraf, 1969 (en particular, pág. 1162: semblanza biográfica); Servicio Histórico Militar, Galería Militar Contemporánea, Tomo VI, La Real y Militar Orden de San Fernando, Segunda Parte, Campañas Españolas en África (1893-1958), Madrid, Servicio Histórico Militar, 1980; Galería Militar Contemporánea, Tomo VII, Medalla Militar, Quinta Parte, Campañas Españolas en África (1893- 1935), Madrid, Servicio Histórico Militar, 1980; Historia de las Campañas de Marruecos, t. IV, Madrid, Servicio Histórico Militar, 1981.
Carlos Iniesta Martínez y José Martín Brocos Fernández