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Mamerto Díaz Ordóñez Suérez Miranda

Biografía

Díaz Ordóñez Suárez Miranda, Mamerto. Oviedo (Asturias), 11.V.1819 – La Coruña, 29.X.1881. Militar y científico.

Hijo de Francisco Díaz Ordóñez y de Antonia Suárez Miranda y Prendes Solís, ingresa como cadete el 5 de enero de 1836 en los colegios de Artillería de Alcalá de Henares (Madrid) y Madrid hasta el 9 de enero de 1839, en plena guerra civil. Sirvió en el primero de los colegios como subbrigadier habilitado y, desde el 11 de julio de 1838, como brigadier de las compañías de cadetes en el de Madrid.

El 9 de enero de 1839 ascendió a subteniente de Artillería y fue destinado al 1.er Regimiento, que se hallaba de guarnición en Barcelona, donde permaneció prestando servicio hasta finales del mes de julio en que pasó al 4.º Regimiento, de guarnición en La Coruña.

Promovido a alférez de la Brigada Montada de la Guardia Real el 11 de diciembre de 1839, se incorporó a dicha unidad el 22 de enero de 1840. El 14 de mayo salió con su batería, formando parte de una expedición mandada por el general Manuel Gutiérrez de la Concha. Dicha expedición tenía como misión atacar los fuertes de Cañete y Beteta (Cuenca) considerados, especialmente este último por el general Ramón Cabrera y Griñó, como una posición de gran importancia que estaba reforzada por quinientos hombres a las órdenes del general Palacios y que había sufrido otros dos ataques sin resultado. Regresó a Madrid el 23 de julio y la capital se encontraba durante los sucesos que tuvieron lugar el 1 de septiembre con el pronunciamiento del general O’Donnell que obligó a la reina María Cristina a reponer en el Gobierno al general Joaquín Baldomero Fernández Espartero, siguiendo siempre los movimientos que, como consecuencia de esos hechos, efectuó su brigada.

El 9 de abril de 1841, ascendido al empleo de teniente, causó baja en la Brigada Montada y pasó destinado al 5.º Departamento y agregado temporalmente al 5.º Regimiento del Arma; permaneció en Madrid prestando servicio como ayudante interino hasta finales del mes de julio, cuando pasó definitivamente destinado a la 2.ª Brigada del 4.º Regimiento en La Coruña.

En junio de 1844 obtuvo, por gracia general, el grado de capitán de Infantería, con antigüedad de 18 de junio de 1843. Estuvo prestando servicio en el regimiento hasta el 12 de abril de 1846 en que, habiendo sido nombrado ayudante del comandante general del Arma Antonio Lóriga y Reguera, salió de La Coruña el 18 de abril y se halló en el sitio y ocupación de Lugo efectuado el día 26 por las fuerzas que mandaba el capitán general de Galicia Juan de Villalonga.

Dicha plaza estaba defendida por las fuerzas que tomaron parte en la sublevación de Galicia, que había iniciado el comandante Solís en Lugo el 2 de abril al grito de “Viva la Reina libre y fuera extranjeros”, apoyado, al parecer, por la masonería entregada al Partido Progresista. Por los servicios prestados en esta época, fue propuesto el 14 de mayo para la Cruz de la Real y Militar Orden de San Fernando de 1.ª clase, condecoración que le fue concedida más tarde por Real Orden de 4 de mayo de 1861.

Sofocados los acontecimientos producidos por la sublevación militar citada, volvió a La Coruña para continuar ejerciendo su cargo de ayudante del regimiento hasta finales de mayo de 1848.

Por Real Orden de 17 de mayo de 1848 ascendió a capitán de Artillería, siendo dado de baja en el 3.er Regimiento cuando fue de nuevo destinado al 4.º Regimiento a finales del mes de octubre. En noviembre fue destacado a Gijón (Asturias), donde permaneció hasta octubre de 1849. En enero de 1852 obtuvo el grado de comandante de Infantería con antigüedad de 20 de diciembre de 1851, por gracia general. Posteriormente, en febrero de 1852, se le destacó a Vigo (Pontevedra), donde fue gobernador del castillo de San Sebastián y en julio de 1854, a El Ferrol (La Coruña), hasta enero de 1855.

En mayo de 1856 marchó a Asturias, comisionado por el director general de Artillería para visitar las fábricas dependientes del Cuerpo. En el mes de junio siguiente fue designado por el gobierno de Su Majestad para estudiar en varios países extranjeros, Francia, Bélgica, Inglaterra, Prusia y Austria, los adelantos habidos en el arte militar y muy especialmente los relacionados con las armas portátiles de fuego. Al regresar de dicho viaje desempeñó, en comisión de servicio, la jefatura del Detall de la Fábrica de Armas de Oviedo, hasta finales de diciembre de 1856.

En virtud de Real Orden de 29 de diciembre de 1856 obtuvo en propiedad el anteriormente mencionado destino, en el que permaneció hasta el 6 de marzo de 1858, fecha en que se encargó de la subdirección de la fábrica, con carácter interino, por orden de director general del Cuerpo. El 9 de febrero de 1859 fue ascendido a primer comandante, concediéndosele simultáneamente el cargo anterior en propiedad.

El 17 de julio de 1860, el director general, con motivo de la revista efectuada a la fábrica de Oviedo el mes de agosto de 1860, ordenó que figurasen en la hoja de servicios de Díaz Ordóñez, los adelantos que éste, gracias a sus conocimientos, había introducido en la fábrica, recomendaba sus servicios y que éstos fueran conocidos en la Dirección General, así como los demás relevantes servicios que había prestado en su carrera y en los diversos destinos que había tenido.

Se debían destacar los prestados en la larga dirección de la fábrica en las difíciles circunstancias que mediaron desde su cargo y autorizaba que, en la orden general del Departamento, se hiciera especial mención de dichos méritos.

El 16 de agosto Díaz-Ordóñez fue nombrado director interino de la Fábrica de Armas y en ella continuó hasta el 1 de agosto de 1860. El 1 de diciembre del mismo año fue felicitado por el director general, quien ordenó que se le incluyese dicha felicitación en la hoja de servicios, por sus actuaciones para la adquisición de treinta y seis mil varas cuadradas (0,698 metros cuadrados, cada vara cuadrada) para la ampliación de los terrenos de la fábrica, de acuerdo con los planos y proyectos que había presentado con gran celo y perseverancia, salvando los obstáculos habidos en la tramitación de todo el proyecto.

Por Real Orden de 20 de enero de 1861 fue designado para marchar al extranjero como jefe de la Comisión de Armamento y por otra de 23 de febrero, como jefe de la Comisión para la adquisición de diversa maquinaria para los establecimientos del Cuerpo.

El 22 de febrero de 1861 fue ascendido a teniente coronel y, regresando después de las anteriormente citadas comisiones, regresó a su destino de subdirector de la fábrica, el 26 de mayo, día en el que había sido confirmado por Real Orden de 29 de abril. Por Real Orden de 14 de junio de 1861, Su Majestad se dignó mandar, a propuesta del excelentísimo señor director general del Cuerpo, que se construyesen en la fábrica de Oviedo mil fusiles proyectados por Díaz Ordóñez para armar un batallón de cazadores y otro de línea, con la finalidad de decidir si estas armas tenían cualidades suficientes para reemplazar a las hasta entonces existentes.

El 16 de agosto de 1861 recibió una nueva felicitación del director general de Artillería, por la satisfacción que estaba de la actividad de Díaz Ordóñez por los resultados que dicha actividad había proporcionado en la producción de la industria armera. Esta felicitación debía reflejarse asimismo en su hoja de servicios. En el cargo de director interino permaneció hasta que el 28 de septiembre de 1863 fue nombrado director en propiedad de la Fábrica de Armas.

Por Real Orden de 26 de septiembre de 1866 fue nombrado jefe de la comisión que marchó al extranjero para observar los adelantos que habían tenido las armas portátiles de fuego. A su regreso, y por orden del director general del Cuerpo, se ocupó, hasta el 29 de enero de 1867, de la Junta Superior Facultativa de Artillería, para verificar las pruebas realizadas con los sistemas de armas que más conviniera adoptar en el Ejército español. Regresó a su destino el 27 de febrero.

Por orden del director general de 31 de marzo de 1867, permaneció hasta el 4 de junio comisionado en Madrid para asistir a las pruebas y ensayos que verificó la Junta Mixta de Señores Generales y jefes de las distintas Armas del Ejército. Esta junta fue la encargada de proponer el modelo de armas de nueva fabricación, cargadas por la recámara, que debían adoptarse en el futuro.

El 4 de junio regresó a su destino de director, puesto en el que estuvo hasta finales del mes de octubre, cuando pasó a la situación de excedente, en virtud de Orden del Gobierno provisional de 5 de noviembre.

Una vez vuelto al servicio, y por Orden del ministro de la Guerra de 28 de noviembre de 1868, fue nombrado director del Parque de Artillería de Madrid, donde continuó hasta fin de junio de 1869, fecha en que pasó a la Dirección General del Cuerpo.

Juró la Constitución de la nación el 13 de junio de 1869 y prestó asimismo juramento de fidelidad al rey Amadeo I, en presencia de las autoridades militares del Distrito.

Continuó en la Dirección General hasta fin de febrero de 1873 en que, como consecuencia del Decreto del día 8 de dicho mes, que disolvía el Cuerpo de Artillería por segunda vez en su historia, por la petición de baja de todos los artilleros, obtuvo su retiro, en la plaza de Madrid, situación en la que permaneció hasta el 21 de septiembre, en que con motivo del restablecimiento del Cuerpo, volvió a su anterior destino en la Dirección General. Desempeñó interinamente la jefatura de la misma, continuando con su cargo hasta que por Real Orden de 21 de junio fue nombrado vocal de la Junta Superior de Artillería, destino en el que estuvo hasta su ascenso a brigadier del Cuerpo.

Este ascenso tuvo lugar por Real Orden de 11 de julio de 1877, y a continuación fue destinado como 2.º jefe del Distrito de Cataluña, hasta que el día 23 recibió un nuevo destino al ser nombrado comandante general subinspector del Distrito de Galicia. Se presentó en La Coruña el 16 de agosto y permaneció en este destino hasta finales de 1879, habiendo estado en las plazas de El Ferrol, Vigo y otras del distrito, con objeto de pasar a dichas plazas la oportuna revista de inspección.

El 16 de junio de 1880 se encargó del Gobierno Militar de plaza y provincia de La Coruña, que desempeñó interinamente hasta el 27 de junio. El 8 de agostó salió hacia El Ferrol para recibir a Sus Majestades y regresó posteriormente a La Coruña, donde permaneció hasta su muerte.

Díaz Ordóñez era abogado de los tribunales nacionales y obtuvo el grado de bachiller en Filosofía y el de Leyes a claustro pleno, por sus sobresalientes notas de concepto y ejercicios escolásticos.

Estaba en posesión de diferentes condecoraciones, entre las que cabe destacar la de Comendador de la Orden de Isabel la Católica, la Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, la Cruz de San Fernando de 1.ª clase, la Cruz de Comendador de la Real Orden Española de Carlos III, la Cruz del Mérito Militar de 2.ª clase, la Placa de la Real Orden de San Hermenegildo y la Gran Cruz de San Hermenegildo.

Fue, además, abogado de los tribunales y miembro de la Sociedad Económica de Amigos del País de Oviedo.

 

Fuentes: Archivo Militar General (Segovia), Hoja de Servicios.

 

Carlos Riñón Aguilar

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