Nava y Caveda, Hilario. Gijón (Asturias), 14.I.1827 - Madrid, 28.XII.1889. Ingeniero Naval, marino y político.
Nacido en el seno de una familia de buena posición social y económica, era hijo de Diego María de Nava y de Ángela Caveda, de cuyo matrimonio fueron también hijos Esteban Luis, Eugenia, Pedro Nolasco, Eugenio, Juana Presbítera, Paulino e Isabel. Tras iniciar sus estudios en el popularmente conocido Instituto Jovellanos, llamado oficialmente Real Instituto de Náutica y Mineralogía, creado por Jovellanos y considerado por Jesús Evaristo Casariego como el mejor centro de instrucción técnica que hubo en España en su tiempo, pasó más tarde a la Escuela de Ingenieros militares, y a la de Navales, después, tras la creación de este cuerpo en mayo de 1848.
La carrera de Hilario Nava y Caveda fue un tanto vertiginosa, dada su entrega a la formación y su inteligencia. Ascendido a alférez de Fragata (orden del 5.XII.1848), fue destinado al arsenal de La Carraca (Cádiz), donde permaneció hasta noviembre de 1849, de donde pasó a la Escuela de Construcciones Navales de la Marina francesa, en la localidad de Lorient, para completar su formación teórica. En septiembre de 1852 terminó sus estudios. Siendo ya alférez de Navío, se trasladó, ese mismo año, al arsenal británico de Brest, para completar sus conocimientos prácticos, donde permaneció por espacio de un año. De regreso en España, en noviembre de 1852, fue destinado a El Ferrol. Allí permaneció por espacio de ocho años, simultaneando varios trabajos y responsabilidades, en un momento en el que la navegación incorporaba nuevos componentes y conceptos, como el empleo de la hélice como elemento propulsor. La aptitud e inteligencia del joven ingeniero despertó el interés de sus jefes, y Nava y Caveda vio cómo se incrementaban sus ocupaciones, formando parte de una comisión mixta para valorar las obras del ferrocarril de Burgos a Irún, a su paso por la bahía de Pasajes, o de otra para valorar las obras de mejora de este último puerto. También participó en esa fecha en la inspección de trabajos que, por cuenta del Estado, se llevaban a término en Inglaterra, entre otras comisiones y encargos.
En 1861 ascendió a capitán de navío y fue nombrado director de Ingenieros de la Armada (R.D. 1.VI.1861) trasladándose a Madrid. En este cargo, se procedió a la construcción de la fragata blindada Numancia, cuyos planos fueron obra suya, construida en los astilleros franceses de La Seyne, en Tolón. La nave tendría como primer capitán a don Casto Méndez Núñez. El 5 de enero de 1863 fue ascendido a brigadier. Ya con este empleo y junto a otros jefes, se encargó de la revisión y propuesta española para valorar los tipos de buques con que debía contar nuestra Armada, y formó parte de la comisión encargada del estudio de las reformas contables de la Marina española. Fue también titular de la Dirección de Armamentos, Expediciones y Pertrechos, y volvería a serlo de la Escuela de Ingenieros Navales hasta la revolución de septiembre de 1868, que supuso la expulsión de Isabel II como titular del trono de España.
La necesidad de contar de nuevo con una flota que devolviera a España el protagonismo de los mares y los cambios tecnológicos que se venían experimentando en la construcción de barcos, llevó a España a mantener convenios de colaboración con algunos países europeos, principalmente, Francia e Inglaterra. En 1869, el ingeniero Nava y Caveda visitó ambos países, recorriendo los principales astilleros interesándose por la construcción de buques de hierro y la fabricación de planchas y pernos de blindaje. Un año más tarde, Hilario Nava sería ascendido a inspector general de Ingenieros de la Armada (7.I.1870), y sería nombrado, respectivamente, presidente de la Junta Especial de Construcciones Navales y secretario general del Ministerio de Marina.
Desde enero de 1875 hasta 1877 fue ministro militar del Consejo Supremo de la Armada. En 1875 fue nombrado vicepresidente de la comisión que representó a España en la exposición de Filadelfia (R.D. 29.I.1875). Paralelamente, también desempeñó otros cargos como el de vocal de la Comisión de valoraciones para el arancel de aduanas y la estadística comercial; vocal de la Junta creada para la redacción de unas ordenanzas generales de la Armada; o jurado español en la Exposición de Viena, de 1873. Y en enero de 1875 fue nombrado secretario general del Ministerio de Marina (R.D. 21.I.1875). Tras ser vocal de Junta superior consultiva (R.D. 26.IV.1884), sería nombrado vocal del gobierno de la Marina y del Centro Técnico de la misma (R.D. 18.X.1885).
Tras la revolución de septiembre de 1868, Nava y Caveda entró en política. Militó en el partido conservador y obtuvo su primera acta de diputado en las elecciones del 20 de abril de 1879, en Oviedo, con un total de 494 votos de los 888 del censo. Formó parte, en aquellas Cortes, de varias comisiones, entre las que destacan, la que establecía las Fuerzas Navales para 1879-80; la que se ocupó de las disposiciones dictadas para los prisioneros procedentes del bando carlista; o, ya en el aspecto más técnico, el cable telegráfico de Cádiz a Canarias; el crédito extraordinario para las obras de mejora del arsenal de La Carraca (Cádiz), o las obras del ferrocarril de Oviedo a Cangas de Onís y de Betanzos a Ferrol. En aquella legislatura, intervino para opinar sobre los Presupuestos Generales del Estado y dio su opinión sobre las obras del Puerto de Gijón, en Asturias, motivo de una polémica acerca de la cual debería ser el puerto refugio de Asturias si el tradicional de San Esteban de Pravia o el nuevo emplazamiento en el Musel.
Nava y Caveda repetiría como diputado en las legislaturas de 1881-1882; 1882-1883; y 1883-1884, en esta última ocasión, se presentó por Gijón y por Fregenal de la Sierra (Badajoz), eligiendo este último distrito. No fue de esos diputados que hicieron gala de una reconocida elocuencia, según sus biógrafos, pero sus conocimientos científicos le llevaron a ser respetado en la Cámara.
El 25 de noviembre de 1874 fue nombrado miembro de la Real Academia de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, siendo titular de la medalla número 12 de dicha Academia, de la que no llegaría a tomar posesión por falta de tiempo para preparar el discurso de ingreso, según sus biógrafos. También colaboró con algunas publicaciones, como la Revista General de Marina y los Anales de la Sociedad Española de Historia Natural.
En el orden social, fue fundador del Centro de Asturianos de Madrid, en 1885.
Hilario Nava y Caveda estuvo casado con Isolina Ortega Zuazo y Mondragón, con la que tuvo tres hijas: Isolina, Ángela y Elisa.
Entre las condecoraciones que recibió destacan la Encomienda de Carlos III; la Gran Cruz de Isabel La Católica; Gran Cruz del Mérito Naval con distintivo blanco, la Placa y Gran Cruz de la Orden de San Hermenegildo, y la Cruz de Nischan-Iftijar, de Túnez.
Obras de ~: Consideraciones sobre la pesca del salmón en España, y la legislación que debe regir dicha pesca, Madrid, 1878; Noticias sobre el Imperio del Japón, Madrid, 1881; “Ponencia del Inspector General de Ingenieros. Jefe de la Segunda Sección del Centro Técnico. Documentos relativos al proyecto y pruebas del submarino construido en La Carraca bajo la dirección de Isaac Peral”, en La Gaceta de Madrid, núm. 302 y 303, 29 y 30 de octubre de 1890 (respect).
Fuentes y bibl.: Congreso de los Diputados, Diario de Sesiones de las legislaturas de 1879; 1881 y 1884; La gaceta de Madrid, nos 153 del 2.VI.1861, n.º. 22 del 21. I.1875, n.º 51, del 20.II.1878, n.º 118, del 27.IV.1884.
“Reseña biográfica del Excmo. Sr. ~” en Revista General de Marina, t. XXVI, cuad. 2º (febrero 1880); A. P. de Salmeán, “Necrológica”, en Revista Asturias, Madrid, Centro Asturiano de Madrid, 1 de enero de 1890; F. Canella Secades, Representación asturiana administrativa y política desde 1808 a 1915, Oviedo, 1915 [en la Diputación Provincial de Oviedo, Congreso de los Diputados, Senado y otras instituciones], C. Suárez Españolito, Escritores y Artistas Asturianos, Madrid, 1936-1959, [t. V, págs. 467-470]; J. I. Chocon Bulnés y J. San Mateo, El Submarino Peral: día a día de su construcción, funcionamiento y pruebas, Madrid, Fundación Juanelo Turriano, 2013.
Honorio Feito