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Gutierre Díaz de Games

Biografía

Díaz de Games, Gutierre. ?, c. 1378 – 1435 post. Escritor.

Gutierre Díaz de Games (muchas veces transcrito también como Gutierre Díez de Games) es el autor de El Victorial, biografía de Pero Niño, conde de Buelna (1378-1453). El Victorial, obra representativa de la prosa literaria del siglo xv castellano y perfecto espejo de los comportamientos familiares, sociales, militares y caballerescos de su tiempo, aunque cuenta con algunos episodios novelescos intercalados, es fundamentalmente un texto fidedigno, cuajado de noticias históricas de interés, y está considerado la primera biografía extensa de la literatura española.

Las pocas noticias de Gutierre Díaz de Games tienen que ver con la escritura de El Victorial. Además, un Gutierre Díaz, que podría coincidir con el escritor de la biografía, aparece mencionado en las crónicas como escribano de la Corte de Juan II. Según confirman, que Gutierre Díaz escribió El Victorial, un testimonio externo a la obra y varios internos al texto literario. Esos testimonios ofrecen, a su vez, las escasísimas noticias que se tienen sobre el escritor.

El testimonio externo lo contiene una cláusula al primer testamento de Pero Niño, de 1435. Tras describir minuciosamente cómo quiere que se labre su sepulcro en el coro de la iglesia de Santiago de Cigales, a la hora de consignar el reparto de bienes, destina una heredad o, en su defecto, 3.000 dineros para su alférez Gutierre Díaz de Games, que está escribiendo (“hace”) el libro de su historia (es decir, El Victorial ).

Y éste es el destino privilegiado que ordena para ese libro: “Mando que el libro de mi historia, que lo hace Gutierre Díaz de Games, que lo tenga la condesa en su vida, y, después que ella fallesciere, que lo pongan en la sacristía mía de la iglesia de la mi villa de Cigales, en el arca del tesoro de la dicha iglesia, y que no le saquen para ninguna parte; pero quien quisiere leer en él, mando que den lugar a ello” (González Palencia, 1932).

Los testimonios internos comienzan desde el mismo proemio de El Victorial, donde se certifica la autoría de la obra: “E yo, Gutierre Díaz de Games, criado de la casa del conde don Pero Niño, conde de Buelna, vi deste señor todas las más de las cavallerías e buenas fazañas que él fizo, e fuy presente a ellas, porque yo biví en su merced deste señor conde desde el tiempo que él hera de hedad de veynte e tres años, e yo de ál tantos poco más o menos. E fuy uno de los que con él regidamente andavan, e ove con él mi parte de los travajos, e pasé por los peligros dél, e aventuras de aquel tienpo. [...] E fize dél este libro, que fabla de los sus fechos e grandes aventuras a que él se puso, ansí en armas como en amores” (Beltrán, 1997: 207-208).

De acuerdo con esa primera cita (“porque yo biví en su merçed deste señor conde desde el tiempo que él hera de hedad de veynte e tres años, e yo de ál tantos, poco más o menos”), se puede deducir que el escritor no nació en la casa del futuro conde de Buelna y, teniendo en cuenta que éste había nacido en 1378, tal vez ni siquiera le conociera hasta alrededor de 1401 o 1402. Gutierre Díaz de Games pudo haber sido llamado para desempeñar diversos trabajos, desde asentar la contaduría de la casa hasta guiar la educación del primer hijo del conde. Es probable que llevara ya un par de años al servicio de Pero Niño cuando éste zarpó, en 1404, como capitán de una flotilla de policía marítima por el Mediterráneo (aunque también pudo llegar con la pequeña hueste concedida a Pero Niño por el Rey).

Avisa, efectivamente, en el proemio de que “fui con él por los mares de Levante e de Poniente”, es decir, que le acompañó en sus campañas del Mediterráneo (1404- 1405) y el Atlántico (1405-1406). Es también en el proemio donde traza su autorretrato como soldado y, en concreto, como alférez: “[...] a mi encomendada la su bandera: tenía cargo della en los lugares donde hera menester”. La ocasión más notable en la que aparece como protagonista es la del desembarco de Poole, en la costa sur inglesa, donde, tras un elogio a la bandera (al alférez, es decir, a su propio oficio), se muestra a sí mismo como decisivo factor en la victoria, al haber hecho de vanguardia y guía del grupo castellano contra los enemigos ingleses. Pero, además del cargo de alférez, complementario o en paralelo a éste, el cargo de escribano de galera —preceptivo en la marina de la época— pudo haberle permitido pergeñar una primera redacción o esbozo de lo que años después iba a ser la minuciosísima relación de todos estos episodios históricos en El Victorial.

Las campañas acaban y nada obliga a pensar que el autor de El Victorial continuase al servicio de Pero Niño. Nunca se vuelve a autorretratar junto a su señor: ni como alférez ni de ninguna otra manera. Ni la menor alusión a su persona vuelve a aparecer en la obra. Hasta la mención, ya vista, en el testamento de 1435 de Pero Niño, en el que se cita en lugar destacado “el libro de mi historia, que hace Gutierre Díaz de Games”, es decir, durante el lapso de tiempo que va desde 1405 a este 1435, su personalidad se mantiene totalmente oculta. Incluso parece claro que Gutierre Díaz de Games ya no se pudo o quiso hacer totalmente responsable de la última parte de El Victorial, escrita deshilvanadamente y en la que se silencian hechos tan importantes como la concesión del condado, y hasta toda una etapa entera y larga de la vida del conde, la que va desde 1432 hasta 1442.

Tanto la confesión de autoría como la reivindicación de actividad bélica en el seno de la obra (de la historia) son bastante insólitas en el siglo xv, cuando la regla de cronistas y biógrafos es no firmar esa autoría, aun figurando en las propias obras históricas como secretarios, fieles consejeros, contadores, emisarios o diplomáticos. Gutierre Díaz no se intenta prestigiar a sí mismo, sin embargo, a través del oficio de letrado, sino exclusivamente a través del cargo de alférez y criado —ni siquiera secretario— de Pero Niño.

En cuanto al otro Gutierre Díaz que pudiera tal vez coincidir con el autor de El Victorial, en mayo de 1408, en plena guerra de Granada, para la negociación había sido llamado un escribano de cámara del Rey, llamado Gutierre Díaz. La Reina y el infante Don Fernando “[...] escriuieron sus cartas para Gutierre Díaz, escriuano de cámara del Rey, que estaua en Granada sobre fecho de la tregua [...]. E Gutierre Díaz, tanto que vido las cartas de la Reyna e del Infante, fué al rey de Granada, e dióle vna carta que sobre ello le enbiauan, e díxole todo lo que le enbiaron a mandar que le dixese. E el rey de Granada le respondió, e dixo [...]” (Beltrán, 1989). Y se vuelve a encontrar a este Gutierre Díaz transitando con familiaridad y asiduidad por las páginas de la crónica real entre este momento y el final de la guerra (1410), siempre en misiones de enlace diplomático. Gutierre Díaz, escribano de cámara del Rey, poseía, al parecer, buenas dotes diplomáticas.

Se le cita siempre en la Crónica de Juan II como interlocutor directo del Rey moro. Diez años después, en 1419, Gutierre Díaz continuaba su labor diplomática al servicio del rey Juan II, a través de su cancillería.

No puede confirmarse la identificación entre este escribano de cámara y el autor de El Victorial, pero tampoco hay incompatibilidad manifiesta, y la hipótesis de esa identificación ayuda al menos a plantear posibilidades de explicación en torno a aspectos desconocidos de la personalidad literaria de Gutierre Díaz.

 

Obras de ~: Crónica de don Pedro Niño, conde de Buelna, ed. de E. Llaguno y Amírola, Madrid, Imprenta de Antonio de Sancha, 1782; El Victorial. Crónica de Pero Niño, conde de Buelna, por su alférez Gutierre Díez de Games, ed. y est. de J. de Mata Carriazo, Madrid, Espasa Calpe, 1940 (col. de Crónicas Españolas, I); El Victorial, ed. de R. Beltrán Llavador, Salamanca, Universidad, 1997 (Textos Recuperados, XV).

 

Bibl.: J. Vargas Ponce, Varones ilustres de la marina española: Vida de don Pero Niño, primer conde de Buelna, Madrid, Imprenta Real, 1807; Á. González Palencia, “Don Pedro Niño y el condado de Buelna”, en Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo, XVIII (Homenaje a don Miguel Artigas), vol. II (1932), págs. 105-146; J. Marichal, “Gutierre Díez de Games y su Victorial ”, en La voluntad de estilo. Teoría e historia del ensayismo hispánico, Madrid, Revista de Occidente, 1971 (2.ª ed.), págs. 51-67; R. Beltrán, “De la crónica oficial a la biografía heroica: algunos episodios de Pero López de Ayala y Alvar García de Santa María y su versión en El Victorial”, en V. Beltrán Pepió (ed.), Actas del I Congreso de la Asociación Hispánica de Literatura Medieval, Barcelona, PPU, 1988, págs. 177-185; R. Beltrán, “Gutierre Díaz, escribano de cámara del rey, ¿autor de El Victorial?”, en La Corónica, 18 (otoño de 1989), págs. 62-84; “Convergencias y divergencias en la narrativa cronística de la guerra de Granada: la campaña de Setenil (1407)”, en Boletín de la Biblioteca Menéndez Pelayo, LXVI (1990), págs. 5-45; “Del ‘diario de a bordo’ a la biografía: las campañas marítimas (1407 y 1410) en la Crónica de Juan II de Alvar García de Santa María y la doble redacción de El Victorial”, en Anuario de Estudios Medievales, 20 (1990), págs. 171-209; A. Franco Silva, “El mariscal García de Herrera y el marino don Pedro Niño, conde de Buelna. Ascenso y fin de dos linajes de la nobleza nueva de Castilla”, en La fortuna y el poder. Estudio sobre las bases económicas de la aristocracia castellana (s. xivxv), Cádiz, Universidad, 1996, págs. 499-542; M.ª T. Ferrer i Mallol, “Los corsarios castellanos y la campaña de Pero Niño en el Mediterráneo (1404)”, en Corsarios castellanos y vascos en el Mediterráneo medieval, Barcelona, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Institución Milá y Fontanals, 2001, págs. 9-98 (Anuario de Estudios Medievales. Anejo, 40); F. Gómez Redondo, Historia de la prosa medieval castellana, III. Los orígenes del humanismo. El marco cultural de Juan II y Enrique III, Madrid, Cátedra, 2002, págs. 2350-2396.

 

Rafael Beltrán Llavador