Gordo, Jimeno. Mayor. Zaragoza, c. 1410 – 19.XI.1474. Caudillo, jurado en cap y consejero.
Padre de Jimeno Gordo, menor —que desaparece de la escena política después del ajusticiamiento de su progenitor—, pertenece a una estirpe de ciudadanos de hondo arraigo en Zaragoza, emparentada con los principales linajes de la urbe. Ostentan armas heráldicas conformadas por un escudo de gules con banda de oro y carga de una cruceta de gules.
Personaje destacado que propició la sumisión y delegación de poderes protagonizada en 1430 por el Capítulo, Consejo y Concejo de Zaragoza al rey de Aragón Alfonso V, en aras del nombramiento de los jurados y demás oficiales municipales. Hombre de bando, acaudilló la facción ciudadana más poderosa y numerosa, apostando por una hábil política de acercamiento a la realeza, siempre en provecho propio.
Regentó el gobierno municipal largo tiempo, manipulando en numerosas ocasiones las elecciones, como sucedió en las celebradas en el mes de diciembre de 1440, últimas que se verificaron por el sistema de cooptación, designando a veinticuatro de los treinta y seis electores previstos, garantizando con ello que sus partidarios se encontraran en los cargos de responsabilidad política. Él mismo ostentó el cargo de jurado en cap o consejero primero, ininterrumpidamente, desde diciembre de 1439 hasta el mismo período de 1442, alternando, desde entonces, ambos cargos.
Integró la comisión constituida por dieciocho personas designadas por el municipio para aprobar las ordenanzas promovidas por la lugarteniente, la reina María de Castilla, en 1442. Ejerció, asimismo, una influencia destacable como procurador a Cortes en sucesivas legislaturas como portavoz de la Universidad cesaraugustana. Intervino en la adquisición del inmueble que albergaría las cárceles reales (1442) y, en general, todos los asuntos de cierta entidad que afectaran al municipio entre 1430 y 1474.
Promovió, en compañía de Pablo de Jasa, un motín que culminó con el incendio de las casas de Luis de Santángel (1453). Dirigió la compañía reclutada por la ciudad durante la guerra civil que enfrentó a Carlos, príncipe de Viana, contra su padre Juan II de Navarra, a la muerte de la reina Blanca I, y que se extendió a las Cinco Villas y la Canal de Berdún. Tras la muerte de Pedro de la Caballería (1465), trasladó la bandera de la ciudad a la iglesia de Santa María la Mayor. Durante la guerra con Francia (1472-1473) dirigió un cuerpo expedicionario formado por cien hombres de a caballo para auxiliar a Juan II en Perpiñán.
Su afán de liderazgo, su inclinación connatural al caudillaje y sus frecuentes alteraciones del orden público, indujeron al príncipe Fernando (el futuro Fernando el Católico) a poner fin a su desmedida hegemonía, siendo privado de todos sus cargos. En noviembre de 1474, cuando presidió las Cortes en Zaragoza en calidad de lugarteniente general, decidió acabar con un personaje de naturaleza sediciosa. A pesar de la firma de un acta de sumisión incondicional, por la que renunciaba a todo fuero, firma de derecho, manifestación o apelación en caso de delinquir de nuevo, Fernando le convocó al palacio de la Aljafería y dio lectura a su sentencia de muerte. Su ejecución se efectuó de inmediato, mediante estrangulación, con un dogal. Como advertencia y general escarmiento de sus partidarios, su cadáver fue exhibido en la picota del mercado.
Bibl.: M. I. Falcón Pérez, “En torno al nombramiento de zalmedina en Zaragoza para el año 1472”, en Estudios de Edad Media de la Corona de Aragón (Zaragoza), vol. X (1975), págs. 531-547; J. Zurita, Anales de la Corona de Aragón, ed. de A. Canellas, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1977, lib. XIX, cap. XII; M. I. Falcón Pérez, Organización municipal de Zaragoza en el siglo xv, Zaragoza, Institución Fernando el Católico, 1978; “El patriciado urbano de Zaragoza y la actuación reformista de Fernando II en el gobierno municipal”, en Aragón en la Edad Media, II (1979), págs. 245-298.
Miguel Ángel Motis Dolader
