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Urbano Lugrís González

Biografía

Lugrís González, Urbano. La Coruña, 28.I.1908 – Vigo (Pontevedra), 23.XII.1973. Pintor.

Hijo del jurista Manuel Lugrís Freire —uno de los miembros fundadores de la Real Academia Galega en 1906, además de dinamizador de la escena políticocultural en años decisivos para la conformación de la identidad moderna de Galicia— y de la pianista Purificación González Varela. Si a ello se añade que su tío, Urbano González Varela, fue poeta y pintor posrromántico, y que su padrino era el conocido historiador Francisco Tettamancy y Gastón, del que proviene, sin duda, su temprana fascinación por un mundo poblado de leyendas celtas —onírico y legendario—, fácil es deducir que su infancia y adolescencia discurrieron en medio del arte, la música y la poesía. Un ambiente que resultaría determinante en su vocación, aunque cursase estudios mercantiles en La Coruña y Santiago antes de trasladarse a Madrid, en 1930.

En el bullicioso Madrid de la década de 1930 asistió a las tertulias de “La Granja del Henar”, donde iba a ser determinante el encuentro con figuras como Federico García Lorca, Carlos Gurméndez o Rafael Dieste, con el que establecería una amistad duradera; también conoció a Eugenio Fernández Granell. Trabajó en el guiñol de marionetas de Bartolozzi, lo que le posibilitó más tarde el ingreso en el teatro de las Misiones Pedagógicas de la República, con el que colaboró activamente diseñando numerosas escenografías para el teatro de guiñol. Fue encarcelado tras firmar el Manifiesto de intelectuales y artistas a favor de la República. Al estallar la Guerra Civil, luchó en el frente asturiano.

En 1942, y de su matrimonio con Paula Vadillo Bras, nació su hijo Urbano, que también será pintor y marino. La incorporación a la pintura va a ser tardía —la primera exposición no tuvo lugar hasta 1949 en la Sala Macarrón de Madrid—. Con anterioridad desarrolló su faceta como ilustrador y grafista. Para la primera edición del libro Los paisajes iluminados de su amigo José María Castroviejo (Vigo, 1945) diseñó una fantástica cubierta, mientras que en el interior dibujó con precisión y primor propios de un miniaturista toda una serie de iconos que luego trasladó a la pintura, y que configuraron en lo sucesivo su universo encantado y su personal laboratorio submarino, impregnado de nostalgia y poblado de rosas de los vientos, veneras y caracolas, pipas de marino y botellas con barcos en su interior, catalejos y prismáticos, brújulas, conchas, medusas y catedrales fantásticas sumergidas en paisajes de ría. El Vagabundo, libro de poemas de Luz Pozo Garza (1952), o Padre Quiroga, de Domingo Quiroga (1954), se cuentan entre los sucesivos libros ilustrados por Lugrís. Todavía en 1963, y para el libro de poesía Isla de dos, de su gran amigo Miguel González Garcés, realizó diez dibujos de matiz erótico —únicos en su género— y que obedecen, sin duda, a las exigencias del texto.

La década de 1950 fue de gran actividad. Ya a comienzos, en 1951, pintó cinco murales y un tríptico para la Cofradía de Pescadores de Malpica (La Coruña), y al año siguiente, los murales del Instituto de Cultura Hispánica, de Madrid.

Formó parte del grupo fundador de la revista Atlántida (La Coruña, 1954-1956), junto con Mariano Tudela y José María de Labra. Diseñó las sucesivas cubiertas de la publicación con un dibujo/collage que cambiaba de color en cada número y, junto con Álvaro Cebreiro, realizó las viñetas lineales del interior.

Entre los colaboradores literarios, además de Mariano Tudela y del propio Lugrís, que firmó con el seudónimo de Ulyses Fingal, figuran los escritores Carlos Martínez Barbeito, Miguel González Garcés, Fernando Mon, José María Castroviejo, Álvaro Cunqueiro, José Filgueira Valverde, Vicente Risco y Ramón Otero Pedrayo, entre otros. De fuera de Galicia destacan Eugenio D’Ors, Ignacio Aldecoa, Alfonso Sastre o Ramón Gómez de la Serna, que se ocupaba de enviar desde Madrid las colaboraciones. La aventura de Atlántida alcanzó el número 13; todos los números fueron montados y maquetados en la coruñesa imprenta Roel. Fueron años de gran actividad que transcurrieron entre las ciudades de La Coruña, Vigo y Madrid. En La Coruña pintó murales para los bares Fornos, O Leon y La Granja; en Santiago, para el bar Nova Galicia; y en Vigo diseñó las vidrieras y cinco murales de orientación surrealista para la decoración interior del emblemático edificio del Gran Hotel, auténtica joya del modernismo vigués, obra del arquitecto polaco Paczevich.

Su exposición más importante se inauguró en el mes de mayo de 1960, en la sala de la Asociación de Artistas de La Coruña. Expuso óleos y dibujos de estética entre metafísica y surrealizante: Fondo marino, Cormoranes, Virgen del Cristal, Apunte submarino, Ola, Hipocampo, Nocturno en el mar, Nieve en el puerto, Pez, Dunas, Sonata, Paisaje de fiesta, etc., figuraban entre los numerosos cuadros expuestos. Casi siempre se trata de visiones fabuladas en las que la memoria y lo imaginario coexisten en espacios de soledad y silencio.

El tiempo parece detenerse en estos escenarios de ficción —auténticos paisajes del alma— extraídos de ámbitos oníricos, en los que resulta difícil establecer fronteras entre lo imaginario y lo real. Unas imágenes y unos universos poblados de esferas de vidrio, brillos acuáticos y sirenas que sólo pretenden ser la versión plástica de su mundo interior, en palabras del propio Lugrís. Las atmósferas creadas con anterioridad por el también pintor coruñés Francisco Miguel Moratinos (1899-1936) están muy presentes en esta serie de cuadros fácilmente adscribibles a una estética próxima al realismo mágico.

Muerta su esposa en enero de 1961, y antes de su traslado definitivo a Vigo, pintó obra religiosa de gran formato para la iglesia parroquial de Vilaboa (La Coruña) y expuso de nuevo en la Asociación de Artistas.

A comienzos de 1965 se instaló en Vigo, ciudad en la que confirmó viejas amistades, entre las que se cuentan los hermanos Álvarez Blázquez, Fernández del Riego, José María Castroviejo, y el también artista Antón Patiño, en cuyos brazos murió la víspera de Nochebuena de 1973. Ese mismo año había pintado Homaxe aos músicos do mar, su último cuadro, en el que aparece su firma acompañada de una pequeña ancla, al lado de la fecha de 1973.

 

Obras de ~: Vista de Vigo, 1937; Desde el balcón, 1944; Habitación del viejo marinero, 1946; Templo sumergido, 1946; Anticuario del puerto, 1946; Mar de los Sargazos, 1946; Fiesta, 1948; Medusa [1950]; Fantasía marina, 1960; Bodegón de la copa, 1960; Paisaje con las islas Cíes, 1965; Homenaje a los galeones de Rande, 1970; Homenaje a los músicos y poetas del mar, 1973.

 

Bibl.: L. Rey Nuñez et al., Lugrís, Mostra Antolóxica, catálogo de exposición, La Coruña, Consellería de Cultura e Deportes- Concello de A Coruña, 1989; J. M. Bonet, Diccionario de las vanguardias en España: 1907-1936, Madrid, Alianza, 1995; M. Rivas y A. Patiño, Urbano Lugrís. Viaxe ó redor do mundo. Auditorio de Galicia, Santiago de Compostela, 13 decembro- 20 febreiro 1998, catálogo de exposición, La Coruña, Fundación Caixa Galicia, 1997; Congreso Urbano Lugrís (actas), Santiago de Compostela, Xunta de Galicia, Dirección Xeral do Patrimonio Cultural, 2003.

 

María Victoria Carballo-Calero

 

 

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