Alonso Fernández, Rafael. Pontevedra, 9.VIII.1924 – 14.XII.1995. Pintor, diseñador y escultor.
Nació en Pontevedra en 1924. Empezó a pintar a la acuarela en 1940 y hoy está considerado como el mejor acuarelista gallego. Como prueba de su vocación el pintor solía recordar que empezó a dibujar antes que a escribir y que dibujaba en la arena, en el suelo... y que, cuando manejó por primera vez los pinceles, su única referencia era una acuarela de Urrabieta del Museo de Pontevedra. Fue un artista con unas dotes innatas para el dibujo y la pintura, con una extraordinaria mente fotográfica y una gran visión espacial.
Artífice polifacético, de gran capacidad manual, fue también diseñador y, ocasionalmente, escultor.
Su formación e integración en el mundo cultural arranca en los años 1945-1947 cuando, gracias al mecenazgo de una familia amiga, estudió en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid, pero, a raíz de una exposición simultánea de su pintura en Pontevedra y Vigo donde se vendió toda su obra, abandonó sus estudios y se estableció en Vigo para dedicarse a la pintura. Allí formó parte del romántico y clandestino grupo artístico Benito Soto, propulsor de la cultura gallega que imprimía libros para los que Rafael Alonso diseñaba portadas. Con su marcha a París en 1952, el grupo se disgregó aunque fue inmortalizado por el artista a través de una serie de retratos, donados por su segunda esposa al Museo de Pontevedra complaciendo los deseos del pintor. De 1952 a 1953 estuvo en París pensionado por la Diputación de Pontevedra, sin percepción económica, por lo que tuvo que recurrir a la venta de sus acuarelas expuestas en la Galería Barrero de París. Al regresar a Galicia fijó su residencia en Pontevedra, encauzando su vena artística hacia el diseño interior, tendencia que siguió desarrollando en Vigo, adonde se trasladó en 1960; en esta ciudad montó una ebanistería.
Su trayectoria artística estuvo sujeta a los vaivenes de sus vivencias personales y así se puede observar cómo su ya pujante arte juvenil, casi interrumpido durante su etapa de diseñador, fue evolucionando a través de los más diversos estilos, técnicas y recursos pictóricos investigados y, a partir de la década de los setenta, irrumpe con fuerza a través de una ingente obra. En ella aborda todo tipo de temas que convierte en bellísimas composiciones, en cuadros llenos de mágicos efectos lumínicos que surgen radiantes o brumosos compitiendo, la perfecta energía cromática de sus limpias pinceladas, superpuestas, solapadas o disociadas, con el fondo natural del lienzo. Importantes son sus flores, desde la exuberante policromía de los Jardines (1969-1971) al expresionismo floral de vivos tonos e impulsivas pinceladas al estilo del grupo Brücke (1989). Supo captar la amplia perspectiva de los paisajes (Villacastín nevado, 1974), esbozando la arquitectura de sus pueblos, a veces de recuerdos picassianos (Paisaxe, 1977), en los que traza surcos al estilo de Benjamín Palencia; la inmediatez aparece en los Segadores recolectando (1979), cuya composición trae recuerdos de la escuela de Barbizón.
Pintó puertos, abigarrados de torretas y mástiles (Berbés, 1970), agitadas regatas en un mar vibrante de color (Regata, 1990) o dornas y gamelas varadas en brumosa calma (Dornas na Néboa, 1948, y Gamelas, 1976), virtuales astilleros de fondos azulados con sorprendentes focos de luz (1982). Relevantes son los murales, los torsos y los tenebristas bodegones de libros, cuyas hojas se mueven (El nombre de la rosa, 1984, y Oración, 1985) y otros de brillante colorido (Bodegón con sandía, 1987, y El invitado, 1990). Seduce el cromatismo de los espacios urbanos (París, 1952, y Zoco marroquí, 1972), en cuyos fondos blancos y formas simplificadas se adivina la influencia de Dufy. Impactantes son los retratos, desde los trazos finos a tinta del retrato de M. Cuña Novás de 1950, al abigarrado fondo del retrato de Laxeiro pintando de 1976, la magnífica composición de la familia del pintor (1979), la fuerza de los óleos del grupo Benito Soto de 1987 y el retrato de Teresa de 1988. Asimismo, ilustró la biografía de Gelmírez de Otero Pedrayo.
Fue premiado con la Medalla de Oro en la I Bienal de las Artes Plásticas de Pontevedra en 1970 y con la Medalla de Oro en la IV Bienal Internacional de Artes Plásticas de Pontevedra en 1980. Realizó innumerables exposiciones entre París y las principales ciudades gallegas. Su obra está representada en museos y colecciones públicas y privadas tanto de España como del extranjero.
Obras de ~: Vista de París, 1936; Retrato de niño, 1950; Santiago Peregrino y Virgen Peregrina, 1956; El Berbés, 1959; París: Saint-Germain, 1959; Paisaxe, 1969; Ribera, 1970; Zoco marroquí, acuarela, 1972; Bodegón con florero, 1977; La familia del pintor, 1979; Pesca y Astillero, 1982; Retratos del Grupo Benito Soto, 1987; El nombre de la rosa, 1984; Autorretrato, 1987; Flores, 1987; El pintor y la familia, 1988; Retrato de Teresa, 1988; Bodegón con ventana, 1990.
Bibl.: F. Esteve Botey, “Primer Salón Nacional de la Acuarela”, en Arte Español (Madrid), primer trimestre (1946); A. Sevillano, “Notas de pintura, exposición de Rafael Alonso”, en El Pueblo Gallego, 26 de noviembre de 1948; “Rafael Alonso ha regresado de París”, en Faro de Vigo, 11 de junio de 1953; C. Parada, “Rafael Alonso ‘Medalla de Oro’ de la IV Bienal de Pontevedra”, en La Voz de Galicia, 25 de septiembre de 1980; C. Díaz Güell, “La acuarela como arte mayor”, en Ronda Iberia (diciembre de 1982); Sprinter, “Rafael Alonso, ha vuelto con nuevos ímpetus”, en Diario de Pontevedra, 5 de diciembre de 1984; M. Cuña Novás, “Rafael Alonso, Grandes Artistas Gallegos”, en Exposición Antológica de la Caja de Ahorros Municipal de Vigo, catálogo de exposición, Vigo, 1987; M. Lorente, “Acuarelistas españoles y británicos”, en ABC, 2 de octubre de 1992; A. Bonet Correa, “Sobre Rafael Alonso”, en Exposición Antológica, catálogo, Xunta de Galicia, 1993; F. Pablos, “Rafael Alonso Maestro de Acuarelistas”, en VV. AA., Catálogo, Vigo, Galería de Arte Alpide, 2004.
Alicia Garrido Fenés