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Juan Antonio Perelló

Biografía

Perelló, Juan Antonio. ?, 1732 – Madrid, 1792. Coronel del Ejército e ingeniero en segundo.

Ingresó en el Cuerpo de Ingenieros como ayudante de ingenieros y subteniente el 25 de junio de 1765.

En 1768 se encontraba en Venezuela, donde trazó el Plano y perfil del reducto provisional que se hubiera construido en la cumbre que domina el Puerto España en la isla Trinidad, así como el Plano y perfil de la batería que se propone para la orilla de la boca del rio Caroni, en la misma isla.

Tras el agitado contexto suscitado durante la Guerra del Asiento (1739-1748), seguida de la Guerra de Sucesión Austríaca (1740-1748), se vio la necesidad de remodelar algunos defensas de los fuertes de la isla Margarita. En 1768 llegaban a la isla los ingenieros Juan Antonio Perelló y Bartolomé Amphoux, que debían plantear estas modificaciones.

El gobernador y capitán general de Venezuela José Solano, después de una visita a la citada isla, informó sobre el castillo de Santa Rosa, señalando que tenía las cortinas de solo tres toesas hasta el cordón, sin foso ni aljibe, pero, sobre todo, mostraban las debilidades defensivas por la presencia de cerros que permitirían dominar el sitio con sus fuegos (padrastros).

Ambos ingenieros (Perelló y Amphoux) plantearon la posibilidad de construir un hexágono regular abaluartado, con un baluarte destacado que defendería el cerro colindante. La intención era concentrar el esfuerzo defensivo en un único fuerte, que actuase a modo de ciudadela, incorporando en el interior las distintas dependencias destinadas a la administración, cuarteles y almacenaje de pertrechos. De todo ello trazaron un plano fechado en 1770, en el que representaron en distintos registros las plantas y alzados de los distintos edificios, del cerro y del conjunto de la isla, localizando las partes que conformarían el hexágono y la batería dependiente: Planos y perfiles que manifiestan la isla de la Margarita con sus fortificaciones actuales y el proyecto para colocar en el cerro. También en ese año, Perelló firmaba el Plano de la aduana de Cumaná.

De nuevo en 1770, Perelló, estando destinado en la Guaira como ingeniero, formó un plano con indicación del coste de las obras de la iglesia parroquial de Santa Bárbara (o San Baltasar) de los Arias en la provincia de Cumaná, destruida por un terremoto en 1762.

La anterior iglesia había sido construida con materiales deleznables quedando totalmente destruida en dicho terremoto, procediéndose a su total demolición. Provisionalmente se habilitó una pequeña casa para el culto y el vecindario levantó una pequeña ermita junto al demolido templo “de vajaraque sencillo cubierta de paja”. En 1768 el párroco solicitó ayuda económica para construir un templo digno. En consecuencia, una R.O. de 19 de enero de 1769, ordenaba al gobernador de Cumaná, “informase y emprendiera las gestiones para reconstruir la iglesia con cargo a la Real Hacienda”. El gobernador encargó el proyecto a Juan Antonio Perelló, quien lo entregó el 28 de marzo de 1770 acompañado de un interesante “dictamen” como justificación y características del proyecto. El plano del ingeniero Perelló presenta una iglesia de tres naves, presbiterio, capillas laterales y tres habitaciones detrás del altar mayor para sacristía y archivo. Tenía una torre en el lado de la epístola con entrada desde la sacristía.

También en Cumaná en 1770 proyectó la Aduana de la ciudad. El Plano de la Aduana proyectada de ese año presenta el edificio que fue terminado el 1 de diciembre de 1776 con un costo de 5.650 pesos. Estaba situado frente a la plaza y próximo al puente de madera y al lugar donde iban a construir la Casa del Gobernador, casa capitular y cárcel. La distribución en planta de la aduana consistía en un corredor delantero dando acceso a un gran vestíbulo, alrededor del cual se situaban las dependencias. En su parte posterior existía un amplio almacén. Se añadía en el plano una sección longitudinal.

La aduana fue construida en la orilla del río Manzanares con el fin de facilitar la descarga de mercancías, lo que incrementaba la dificultad para la instalación de los cimientos ante la característica arenosa del suelo. En el plano, Perelló incluyó, además de la planta, una sección de todo el edificio mostrando su carácter diáfano, su rigurosa ordenación y el aprovechamiento del espacio interior. No obstante, en 1791 la construcción de la aduana no había finalizado, pues la gobernación solicitó a los comerciantes el uno por ciento de los beneficios de sus ventas, medida desestimada por el síndico de la ciudad: Plano y perfil de la aduana de Cumaná, firmado por Juan Antonio Perelló, el 4 de octubre de 1770.

El plano de la catedral de Guayana es del año 1771, remitido por el gobernador el 3 de octubre de ese año. Su autor es nuevamente el ingeniero del Ejército Bartolomé Amphoux. Ya adelantadas las obras, Perelló informaba en 1771 de que el edificio de la iglesia estaba enrasado al nivel de cubierta, proponiendo para facilidad constructiva, fueran sustituidas las bóvedas por cubierta de madera y elevadas cinco varas la fachada para dar esbeltez a pilastras y el “frontón que la termine”. La iglesia proyectada por Amphoux no se edificó totalmente con arreglo a sus planos. Las ventanas laterales de fachada se transformaron en puertas y quedó sin construir el segundo cuerpo, mientras la cubierta fue realizada en madera como propuso Perelló.

Vuelto a la Península, el coronel e ingeniero en segundo Juan Antonio Perelló, su mujer y sus hijos se establecieron en Madrid debido a problemas de salud. A su muerte (su esposa había fallecido anteriormente), el mobiliario fue valorado en 451 reales, la ropa en 5.131 reales. Figuran también en el inventario los uniformes: el pequeño por 100 reales, el grande por 600 reales. Entre la vajilla, se encontraba porcelana de China y algunas fuentes. El matrimonio poseía también platería y un reloj, evaluados en 2.002 reales, unos pocos libros, instrumentos relacionados con su profesión y dos fusiles. El ingeniero trajo algunos planos con él, que seguramente dibujó cuando residía en América: mapas del Orinoco, del Amazonas, planos de las costas de la provincia de Cumaná, final muy pobre para un buen ingeniero.

 

Bibl.: H. Capel et al., Los Ingenieros Militares en España. Siglo XVIII. Repertorio biográfico e inventario de su labor científica y espacial, Barcelona, Publicaciones y Ediciones de la Universidad, 1983; J. López Muiños, Algunos aspectos de la Ingeniería Militar española y el Cuerpo Técnico, Madrid, Ministerio de Defensa, 1993; M. Galland-Seguela, “Las condiciones materiales de la vida privada de los ingenieros militares en España durante el siglo XVIII”, en Scripta Nova, 8, 179 (2004) [en línea], disponible en http://www.ub.es/geocrit/sn/sn-179.htm; R. Gutiérrez, Fortificaciones en Iberoamérica, Madrid, El Viso, 2005; C. Laorden Ramos, Obra Civil en Ultramar del Real Cuerpo de Ingenieros, Madrid, Ministerio de Defensa, 2008, 2 vols.; M. Gámez Casado, “Ingenieros Militares y Obras Públicas. Algunos ejemplos de Nueva granada en el siglo XVIII”, en Ars Longa, 27 (2018), págs. 125-138; M. Gámez Casado, Ingeniería militar en el Nuevo Reino de Granada. Sistemas defensivos para las rutas comerciales del Caribe sur (1739-1811), tesis doctoral, Sevilla, Universidad de Sevilla, 2019; M. Gámez Casado, “Ingenieros militares en la Nueva Granada durante el siglo XVIII. Movilidad, proyectos y expediciones”, en Revista de Indias, 79, 277 (2019), págs. 765-796; F. A. Pérez Gallego, “Aportes de los ingenieros militares a la transferencia de conocimientos de Arquitectura en la fase borbónica del periodo hispánico en Venezuela”, en L´Entre-deux| Hommes de sciences et ingénieurs dans l’Espagne et l’Amérique des Lumières, 11 (junio de 2022) [en línea], disponible en https://lentre-deux.com/index.php?b=206.

 

Juan Carrillo de Albornoz y Galbeño

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