Barcón Quevedo, Francisco. Ferrol (La Coruña), 20.XII.1830 – Santa María de Neda, Neda (La Coruña), 24.VI.1920. Empresario, industrial y filántropo.
Fueron sus padres Vicente Barcón Pérez, de Ortigueira y Juana Quevedo Paradela, de Ferrol. Estuvo casado con Luisa Alba Sanmartín, con la que tuvo cuatro hijos; con Luisa Orta Díez, con la que tuvo tres, aportando esta otros tres al matrimonio, y, por último, con Ubalda Sandino Barcón con la que tuvo otros tres.
Hacia 1845 partió a Cuba a trabajar en los negocios familiares. En 1855 se alistó en el Cuerpo de Voluntarios de la Isla de Cuba en el que llegó a comandante en 1868 costeando de su peculio el uniforme, armamento y equipo de su escuadrón. Por sus servicios recibió varias condecoraciones y títulos destacando la Gran Cruz de comendador de la Orden de Isabel la Católica. El clima de Cuba afectaba a su salud por lo que en 1872 tras liquidar sus negocios regresó a la Península.
En 1876 compró la antigua Casa de Moneda de Jubia al marqués de San Eduardo y la convirtió en una fábrica de hilados y tejidos de algodón que se inauguró en marzo de 1878 dando trabajo a unas cuatrocientas personas. La factoría utilizaba la energía que producían el agua de la presa del Rey en el río Jubia que movía cinco ruedas hidráulicas y una máquina de vapor para el tiempo de estiaje. El algodón se importaba de los Estados Unidos y del Reino Unido. Francisco mejoró la fábrica logrando que se estableciese una aduana en Jubia (1879), introdujo una turbina metálica (1883), añadió una esclusa, canal, turbina y dinamo para el alumbrado (1890), registró y comenzó a utilizar marcas de fábrica (1897) e instaló una nueva máquina de vapor (1898).
También se dedicó a otras actividades empresariales. En 1903 fundó el periódico El Diario Ferrolano para el que instaló dos estaciones radiotelegráficas Marconi en Ferrol y La Coruña (1904) y en 1906 adquirió una parte del El Correo Gallego. En 1913 constituyó en Ferrol una Sociedad Anónima para la construcción y explotación del tranvía eléctrico desde aquella ciudad á Jubia y Neda. En 1916 inició la construcción de un astillero en la orilla derecha de la desembocadura del río Jubia y ese mismo año instaló en los terrenos de la fábrica dos máquinas de hielo que producían diez toneladas diarias.
Fue promotor e impulsor tanto a título particular como desde el Partido Conservador de cuantos proyectos se hicieron para mejorar las comunicaciones y condiciones de vida de Jubia, Neda, Narón y Ferrol. Fue uno de los accionistas para los estudios previos de un ferrocarril de Ferrol a Ribadeo (1887). Con su concesión de agua del río Belelle (1895), se construyó el salto de la Fervenza para proporcionar el alumbrado eléctrico de Ferrol (1899). Donó una importante suma para construir el nuevo cementerio de Neda (1895). Renovó el mercado de San Roque de Jubia, haciendo una nueva fuente pública, demoliendo y trasladando su capilla a unos terrenos de su propiedad (1901). Tras la muerte de su hija Rita (1902) cambió el proyecto y construyó una iglesia dedicada a Santa Rita que se inauguró en 1907 y la cedió a la diócesis de Mondoñedo (1914).
Como miembro del Partido Conservador de Ferrol fue un decidido impulsor del ferrocarril de Ferrol a Betanzos cuyas obras se inauguraron en septiembre de 1900 y el servicio en 1913. En 1908, como presidente del partido en Ferrol, promocionó, impulsó y defendió que la construcción de la nueva Escuadra, lo que se conoció como “Plan Ferrándiz”, se hiciera en Ferrol y que se hiciese la nueva conducción de agua a la ciudad. En enero de 1917 ante las dificultades presupuestarias que atravesaba la Junta de Obras del Puerto de Ferrol para terminar las obras pendientes de la ampliación se ofreció “a hacer llegar a donde corresponda las justas aspiraciones de Ferrol”. Miembro de la Cruz Roja desde 1909, fue presidente del comité de Ferrol logrando la construcción del dispensario antituberculoso en 1911. En 1919 se le concedió la Medalla de Oro.
En marzo de 1918 se produjo en la comarca de Ferrol la trágica “Revuelta de las pedradas” provocada por el gran incremento de los precios de los productos de primera necesidad, que motivó una huelga de once días en la fábrica. En diciembre de ese año hubo otra huelga en protesta por el despido de dos trabajadoras que habían impulsado la anterior y en demanda de una subida de sueldo que se prolongó hasta final de enero de 1919. Entre el 2 y el 31 de octubre de 1919 hubo una nueva huelga pidiendo se les concediese la jornada laboral de ocho horas que ya estaba en vigor y no se había implantado en la fábrica y se pidió la supresión de los jornales a destajo, pues por la deficiencia del material y maquinaria, apenas rendía la jornada de trabajo.
Francisco falleció el 24 de junio de 1920 en su casa de la fábrica siendo enterrado en el panteón familiar de Santa María de Neda. Sus restos y los de su última esposa, Ubalda, fueron trasladados a la iglesia de Santa Rita de Jubia el 29 de octubre de 1957.
Obras de ~: Contestación al Sr. D. José Ramón de Zaldivar combatiendo las apreciaciones hechas por éste acerca de la insurrección cubana, Ferrol, 1870.
Fuentes y bibl: Archivo General Militar (Segovia), Sección 1ª, leg. B-708; Archivo Histórico de Protocolos Notariales de La Coruña, 98 escrituras; Archivo Municipal de Ferrol; Archivo Municipal de Narón; Archivo Municipal de Neda; Gaceta de Madrid; El Diario Ferrolano; El Correo Gallego, 1878-1922.
L. Alonso Álvarez, E. Lindoso Tato y M. Vilar Rodríguez, Construyendo Empresas. La trayectoria de los emprendedores coruñeses en perspectiva histórica, 1717-2006, vol. II, parte II, La Coruña, Confederación de Empresarios de La Coruña, 2008, págs. 66-73; S. López Lorenzo, “A fábrica de Xuvia I y II”, en La Voz de Galicia, 2 y 9 de febrero de 2014; A. I. Bello Platas, Os reais establecimentos de Xuvia: recompilación documental, estudo histórico e estudo e catalogación das moedas de Xuvia do Museo Arqueolóxico e Histórico de A Coruña, tesis doctoral, Santiago de Compostela, Universidad de Santiago de Compostela, 2015; F. J. Burgoa, “Francisco Barcón y Quevedo”, en El Ferrol Diario, 20 de noviembre de 2016.
Ubaldo Martínez-Falero
