Miret Magdalena, Enrique. Zaragoza, 12.I.1914 – Madrid, 12.X.2009. Químico, escritor y teólogo autodidacta.
Nacido en una familia católica, estudió primero con los jesuitas en Zaragoza y Madrid, luego en el Liceo Francés (1925) de esta capital, y finalmente Ciencias Químicas (1942) en la Universidad Central, donde obtuvo el doctorado. Comprometido con las juventudes católicas y decidido a ingresar en la Compañía de Jesús, estalló la Guerra Civil, lo que le impidió incorporarse a dicha Orden, a la sazón en el destierro de Bélgica, y le obligó a refugiarse con sesenta personas en la embajada del Paraguay en Madrid. Allí se dedicó intensamente a la lectura durante dos años y nueve días, además de vivir la experiencia de cuatro bandos enfrentados en la clandestinidad, mientras él no se identificaba con ninguno: “Fue el descubrimiento de mí mismo; aprendí a dialogar en medio de aquellos enfrentamientos (en tan exiguo espacio), y así me gané el respeto de todos”.
Concluida la guerra y convencido de las ideas sociales del papa León XIII, comenzó a fraguar en él un modo de entender el catolicismo a la vez crítico y militante; pidió permiso eclesiástico para leer libros prohibidos, y decidió hacerse cargo de la empresa familiar heredada de su padre. Pero lo que él llamó su “liberación mental”, la consiguió con la lectura de obras de autores católicos franceses. En aquella época influyeron decisivamente en su formación la famosa tenista y católica Lilí Álvarez; el jesuita Miguel Ruiz Ayúcar, censurado por sus ideas acerca de la primacía del amor en el cristianismo, y el filósofo José Luis Aranguren.
Miembro activo de la Acción Católica, inició lo que fue su fecunda labor como articulista en el periódico Informaciones (1952). Fundó la revista Espiritualidad Seglar, que dirigió y en la que colaboró, hasta su desaparición, durante siete años. Fue elegido presidente nacional de la Unión de Acción Católica (1955). Fundó la Cátedra Pío XII (1956). Años después (1965) fue nombrado secretario de la Unión Nacional de Apostolado Seglar (UNAS), siendo el único laico directivo en dicha federación, que reunía las organizaciones de Apostolado Seglar de España. Ejerció por las mismas fechas como profesor del Instituto Superior de la Universidad Pontificia de Salamanca y durante cuatro años como miembro del Consejo Internacional de Pax Romana.
Pero sus ideas avanzadas chocaron con las de la jerarquía de la Iglesia, incluso en los tiempos renovadores del Concilio Vaticano II. Su mayor fama como periodista la consiguió a través de la revista Triunfo (1962), en la que, desde una línea incisiva y crítica, colaboró a favor del cambio de mentalidad que desembocaría en la T española, labor que continuó en Sábado Gráfico, El Imparcial, Pueblo, Informaciones, y más tarde en las páginas del El País, además de en numerosas revistas católicas, entre ellas El Ciervo y Vida Nueva. Apreciado por muchos protestantes españoles, llegó a intervenir en sus congresos y predicar en sus iglesias. Fue el primer presidente del Centro de Investigación y Técnicas Políticas (CITEP), y fundador del Instituto de Técnicas Sociales (ITS). Participó también como profesor del Instituto Universitario de Teología, dependiente de la Fundación Fe y Secularidad.
Después, en la Fundación para la Renovación de la Escuela, promovida por la Federación de Trabajadores de la Enseñanza Unión General de Trabajadores (FETE-UGT), y también en la Asociación Rubén Darío de Amistad Nicaragüense, además de hacerlo como fundador y directivo en la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), y en la Young Men Christian Association en España. Presidente honorario de Mensajeros de la Paz, y asesor del Servicio Social Internacional, se ha destacado por ser el primer presidente seglar de la progresista y polémica Asociación de Teólogos Juan XXIII, independiente y crítica de la jerarquía.
Como presidente de Confederación General de las Pequeñas y Medianas Empresas del Estado Español (COPYME), en 1978 intervino indirectamente en política en tiempos de la Unión de Centro Democrático (UCD) y se convenció de la inutilidad de su lucha personal al presentar un estudio sobre la pequeña y mediana empresa en la economía española.
En 1982 fue nombrado, por decisión del presidente Felipe González, director de Protección de Menores, para la que, amparándose en el consejo evangélico de no jurar, “prometió”, en vez de jurar, su cargo.
Unos artículos críticos hacia el Gobierno socialista en el semanario Cambio 16 provocaron, al parecer, su destitución de este cargo (1986). Se confesó escéptico en política, aunque más amigo de Felipe González que de José María Aznar. Muy discutido por sus ideas teológicas progresistas —sus críticos más duros se basaron para denostarle en su condición de “teólogo no profesional”— practicó budismo Zen y ha sido un prolífico escritor, con más de treinta libros y dos mil artículos en su haber. Su esposa Isabel, a quien conoció siendo presidenta de Acción Católica, ha sido, además de fiel compañera, su eficaz secretaria y colaboradora. Fue padre de siete hijos y abuelo de siete nietos. Sostenía que el hombre es una vida para la muerte y que es importante prepararse para ello: “Desde el punto de vista cristiano no es un final, sino un paso a otra situación, incluso hay científicos que lo sostienen. Ahora que lo veo cercano, pienso más en ello, serena y racionalmente. Tal vez así lograríamos ser más felices. La muerte es un descanso con esperanza, y la esperanza es el valor fundamental del ser humano”.
Enrique Miret murió en Madrid, el lunes 12 de octubre de 2009.
Obras de ~: Los nuevos católicos, Madrid, Nova Terra, 1966; Cristianismo para el pueblo Zero, Madrid, 1968; La revolución de lo religioso, Madrid, Paulinas, 1973; Creo en un hombre llamado Jesús, Bilbao, Desclée de Brouwer, 1974; Por una nueva educación religioso-moral, Madrid, Adara, 1976; Religión e irreligión hispanas, Madrid, Fernando Torres, 1976; España: destino socialismo, Madrid, Sedmay, 1976; ¡Catolicismo para mañana!, Bilbao, Desclée de Brouwer, 1976; Violencia y agresividad ante la ciencia y la fe, Madrid, Narcea, 1981; El nuevo rostro de Dios, Madrid, Temas de Hoy, 1989; Amor y sexualidad, Barcelona, Plaza y Janés, 1991; El catecismo de nuestros padres, Barcelona, Plaza y Janés, 1998; Occidente mira a oriente, Barcelona, Plaza y Janés, 1999; Luces y sombras de una larga vida (Memorias), Barcelona, Planeta, 2000; Qué nos falta para ser felices, Madrid, Espasa Calpe, 2004; Cómo ser mayores sin hacerse viejo, Madrid, Espasa Calpe, 2004; La vida merece la pena ser vivida, Madrid, Espasa Calpe, 2004; La paz es posible, Madrid, Espasa Calpe, 2005; ¿Dónde está Dios?: la religión en el siglo xxi, Madrid, Espasa Calpe, 2006; Creer o no creer, Madrid, Aguilar, 2007.
Bibl.: J. Maestre Alfonso, “Enrique Miret Magdalena. ¿Qué nos falta para ser felices?: un nuevo modo de pensar y de vivir”, en Anduli: Revista Andaluza de Ciencias Sociales (Sevilla), 3 (2003); J. C. Soriano, “Enrique Miret Magdalena, un teólogo como Dios manda”, en Turia: Revista Cultural (Valencia), 320 (2003); S. F. del Vado, “Enrique Miret Magdalena: Me siento más feliz que cuando era más joven”, en Sesenta y más (Madrid), 235 (2005).
Pedro Miguel Lamet