Cursó el bachillerato en Valls (1895-1900) y en el seminario conciliar de Tarragona hizo los estudios eclesiásticos (1900-1903). El futuro cardenal Isidro Gomá, entonces rector de dicho seminario, lo envió a Roma, donde obtuvo los doctorados en Teología y Derecho canónico en la Pontificia Universidad Gre­goriana, y el de Filosofía en la Academia de Santo Tomás, habiendo sido alumno del Pontificio Co­legio Español de San José (1903-1910), donde fue ordenado sacerdote el 16 de julio de 1908. Regresó a España en 1910 e inmediatamente fue nombrado profesor del seminario de su diócesis tarraconense, donde permaneció hasta 1917. Muy pronto se dio a conocer como notable polemista en el diario La Cruz, llegando a publicar 225 artículos. Colaboró también en varias revistas catalanas. Con una aureola de notable polígrafo y apologista fue nombrado ca­nónigo de la catedral de Barcelona, en 1918, y allí pudo desarrollar sus dotes de escritor como liturgista, sociólogo y seguidor del ideario de Jaime Balmes y del obispo de Vic, José Torras y Bages, de quienes re­cogió, en parte, la herencia espiritual. En Barcelona fundó en 1925 y dirigió las revistas La paraula cris­tiana y El Bon Pastor, y perteneció a la redacción de El Matí y La Veu de Catalunya, órgano de la Lliga Regionalista, exponiendo su ideología catalanista y tradicionalista. También publicó artículos en otras revistas, entre ellas Catalunya Social y Vida Cristiana. Al mismo tiempo, como humanista, se encargó de las traducciones de las obras de Séneca en trece vo­lúmenes para la Fundación Bernat Metge y de varios libros del Antiguo y Nuevo Testamento para la Fun­dación Bíblica Catalana, ambas fundaciones patroci­nadas por Cambó. [...]