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Augusto Conte y Lerdo de Tejada

Biografía

Conte y Lerdo de Tejada, Augusto. Cádiz, 5.IX.1823 – Florencia (Italia), 1902. Diplomático.

Hijo de Augusto (natural de la ciudad francesa de Moret) y de Margarita (natural de Cádiz), su esposa, vecinos de Cádiz y allí casados en 1820. Fue bautizado en Cádiz el 7 de septiembre de 1823, con los nombres de Augusto, Francisco, Pedro, Rafael. Por su madre, pertenecía a una familia castiza y tradicionalista.

Su padre, “francés de nacimiento, español de corazón”, vino muy joven a España, era hombre culto que sentía simpatía por las ideas liberales, proporcionó los medios para estudiar a sus hijos y falleció hacia 1843. Augusto Conte tenía su hermano mayor dedicado al comercio; y su hermana Emilia casada con el conde de Casa Sarriá (Tomás Magdalena de Tejada y Céspedes).

Conte estudió Filosofía en Sevilla y Derecho en la Universidad Central de Madrid entre 1850 y 1852.

Licenciado en Jurisprudencia, fue moderado en política y ecléctico en filosofía. Ingresó en la carrera diplomática gracias a la llegada al poder de los moderados, protegido por Luis González Bravo, a ruegos del malagueño Juan Comyn y Salvador Bermúdez de Castro. Su primer destino fue de agregado diplomático supernumerario (sin sueldo) en la legación española en Lisboa (Real Orden de 8 de enero de 1844).

A los pocos meses, pasó a agregado de número en la legación de España en México (Real Orden de 28 de agosto de 1844), acompañando a Bermúdez de Castro durante dos años.

Después marchó a la península italiana, de segundo secretario a la embajada española ante la Santa Sede con residencia en Roma (Real Orden de 16 de septiembre de 1847), junto al embajador Joaquín Francisco Pacheco, jefe de los puritanos. En Roma, Conte estuvo también a las órdenes de Martínez de la Rosa y del conde de Colombí (Salvador Zea Bermúdez, hermano del ministro).

Tras cinco años en Roma, pasó de segundo secretario a la legación española en Turín, con residencia en Florencia (Real Orden de 29 de mayo de 1852).

En la ciudad del Arno frecuentó el salón de la señora Mac Donell, viuda del cónsul inglés (que luego sería duquesa de Tayllerand) y se casó con una de sus hijas, Ida Mac Donell, con la que tuvo varios hijos. Al poco tiempo fue nombrado segundo secretario de la legación española ante las Cortes de Parma y Toscana, con residencia en Florencia (Real Orden de 28 de diciembre de 1852), siendo ministro plenipotenciario Gerardo de Souza, quien residía en Parma. Con la revolución de 1854, siendo ministro de Estado Pacheco, Conte fue ascendido a secretario de primera clase en la legación española en Turín (Real Orden de 11 de agosto de 1854), a cuyo frente habían colocado a Nicomedes Pastor Díaz, para ser su mano derecha y para “que le iniciara en los misterios de la diplomacia”. Pastor Díaz informó así de él: “Dotado de una intuición de la cual he visto, a su edad pocos ejemplos, conociendo perfectamente los negocios, poseyendo casi todas las lenguas de Europa, y escribiendo en todas ellas en rara perfección de formas, claridad de estilo, abundancia de ideas, y elegancia suma y corrección de frases [...]. Y añadiendo a estas calidades las dotes que en la vida privada le recomiendan, y las exquisitas maneras y tacto de mundo que en la sociedad le distinguen. [...]. Yo no he conocido en una larga experiencia de empleados y de subalternos muchos hombres del valor de Comte, y porque no lo creo común, me hago un deber de señalarlo al Gobierno”. Tras una estancia de un año en la capital piamontesa, se le trasladó como secretario de primera clase a la legación española en Nápoles (Real Orden de 13 de octubre de 1855).

Dos años después, y tras una intensa década en la península italiana, Conte fue nombrado primer secretario de la embajada española en Londres (Real Orden de 25 de noviembre de 1857), en donde permaneció más de siete años hasta el 20 de abril de 1865.

Durante su estancia en la capital británica, Conte fue secretario de los embajadores Francisco Xavier Istúriz, Antonio González González, marqués de Valdeterrazo, y Juan Tomás Comyn. A continuación fue ascendido a enviado extraordinario y ministro plenipotenciario en Dinamarca, con residencia en Copenhague (Real Decreto de 28 de febrero de 1865), donde desempeñó este cargo hasta el 30 de junio de 1869. En 1869 fue declarado cesante (Real Decreto de 10 de junio de 1869) por haber sido suprimido su destino en el presupuesto. Durante el resto del Sexenio Democrático (1868-1874), Conte vivió en Florencia, donde su esposa poseía una casa de familia.

Con la Restauración borbónica, Conte fue nombrado ministro plenipotenciario en Turquía, con residencia en Constantinopla (Real Decreto de 26 de enero de 1875), en donde permaneció hasta el 18 de septiembre de 1878. Seguidamente fue nombrado ministro plenipotenciario en Austria, con residencia en Viena (Real Decreto de 6 de octubre de 1878), cargo que desempeñó hasta el 22 de febrero de 1886. Durante esta permanencia, preparó el matrimonio de Alfonso XII con la archiduquesa María Cristina de Habsburgo; además fue nombrado delegado español en el Congreso Ornitológico y testamentario a la muerte del duque de Ripalda en 1883, para lo que tuvo que acudir a Roma.

Conte fue declarado cesante (Real Decreto de 25 de enero de 1886) con la llegada al poder de los liberales con Sagasta, cuando el ministro de Estado, el también gaditano Segismundo Moret, destituyó a los que ocupaban puestos en tiempos de Cánovas y sustituyó a Conte por Rafael Merry del Val. Conte lo vivió como una desgracia, pues sólo tenía sesenta y dos años y gozaba de perfecta salud. Entonces se trasladó a Florencia (donde vivieron en la casa con jardín de su esposa en via dei Serragli, 109), por ser ciudad más barata que Madrid, Cádiz o Sevilla. Cuando se produjo cambio de ministerio, Conte viajó en dos ocasiones a España para ser readmitido en el servicio diplomático y para visitar a su familia. Sin embargo, cansado de esperar, en 1892 pidió la jubilación.

En ese tiempo, que coincidió con el llamado Desastre del 98, Conte escribió el único libro que publicó: Recuerdos de un diplomático, obra en tres volúmenes, publicada en Madrid entre 1901 y 1903. Muerto el autor en 1902, el tercer tomo lo dio a la imprenta su hijo. Benito Pérez Galdós poseía esta obra en su biblioteca. Un año después de la publicación de los dos primeros tomos de Conte (1901), Galdós publicó Tormentas del 48 y Narváez. Brigitte Journeau (1992: 1314-1315), en 1989, lanzó la hipótesis de la influencia de la obra de Conte sobre los primeros episodios de la 4.ª serie de Galdós, hipótesis que es compartida.

Gómez de Baquero (1901: 184) entiende que ésta es la “obra de un hombre de mundo; pero de un hombre de mundo dotado de cultura literaria y de perspicacia y filosofía prácticas poco comunes, y que, por lo mismo, ha podido ver en los hombres y en los acontecimientos aspectos que escapan a la mirada distraída del vulgo”. Y Zeda opina que más que la historia de su vida, se trata de “la historia de lo que durante ella ha visto y observado”. Además, es posible vislumbrar en esta obra los “recuerdos de viaje” de un diplomático, por sitios que consideraba enriquecedor conocer, género literario tan en boga en el siglo xix.

Entre las condecoraciones que Conte recibió, cabe señalar la de Comendador de número de Carlos III, Gran Cruz de Isabel la Católica, Comendador de San Luis de Parma, Comendador de la Cruz Constantiniana del reino de las Dos Sicilias, Comendador de la Concepción de Villaviciosa de Portugal, Gran Cruz del Darmebrog de Dinamarca, Gran Cruz del Medjidié de Turquía, Gran Cruz del Santo Sepulcro y Gran Cruz de Leopoldo de Austria.

 

Obras de ~: Recuerdos de un diplomático, Madrid, Imprenta de J. Góngora y Álvarez, 1901 y 1903, 3 vols.

 

Fuentes y bibl.: Archivo Histórico del Ministerio de Asuntos Exteriores, Personal, sign. P 46, exp. 02192; Archivo Histórico Nacional, Universidades, 3844, exp. 3; Estado, leg. 8049/7; Sección Nobleza, Archivo de los Condes de Toreno, TORENO, C.67, D.137-139, D.141 y D.234-236; Archivo General de la Administración (Alcalá de Henares), AGA_TOPOGRÁFICO, 12, 52, CA, 20807; Archivo General de Palacio, Sección histórica, cajón 21, n.º 17.

E. Gómez de Baquero, “Crónica literaria: Recuerdos de un diplomático (tomo I) por Augusto Conte”, en La España Moderna (Madrid), año 13, n.º 153 (septiembre de 1901), págs. 178-184; H. Leonardon [Recensión de Recuerdos de un diplomático, t. I] y [Recensión de Recuerdos de un diplomático, ts. 2 y 3], en Bulletin hispanique, III (julio-septiembre de 1901) y VI (1904), pág. 266 y pág. 426 respect.; Zeda, “Notas bibliográficas: Recuerdos de un diplomático, por Augusto Conte. Tomos I y II, Madrid, imprenta de J. Góngora” y “Notas bibliográficas: Recuerdos de un diplomático, por Augusto Conte. Tomo III, Madrid, imprenta de J. Góngora y Álvarez, 1903”, en La Lectura. Revista de Ciencias y Artes (Madrid), año II, t. 1 (1 de enero de 1902) y año III, t. 2 (1 de julio de 1903), págs. 313-315 y págs. 400-401, respect.; M. Serrano y Sanz, Autobiografías y memorias, Madrid, Bailly Baillière, 1905, págs. XXV-XXVI; C. de Altea, Historia del Palacio de España en Roma, Madrid, 1972, págs. 1487-1489; M. Ríos Ruiz, Diccionario de Escritores Gaditanos, Cádiz, Instituto de Estudios Gaditanos, 1973; B. Journeau, “Augusto Conte, memorialista y diplomático”, en A. Vilanova (ed.), Actas del X Congreso de la Asociación Internacional de Hispanistas. (Barcelona, 21-26 agosto 1989), Barcelona, PPU, 1992, págs. 1311-1318; I. M. Pascual Sastre, “Gobierno y diplomacia españoles ante la República Romana de 1849. ¿Política exterior o interior?”, en M. Espadas Burgos (ed.), España y la República Romana de 1849, Roma, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, 2000, págs. 93-137; J. P. Alzina, Embajadores de España en Londres. Una guía de retratos de la Embajada de España, Madrid, Ministerio de Asuntos Exteriores, 2001, pág. 240.

 

Isabel María Pascual Sastre

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