Martínez de Eguilaz y Eguilaz, Dámaso Luis María. Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), 20.VIII.1830 – Madrid, 21.VII.1874. Dramaturgo y novelista.
Su nombre completo era Dámaso Luis María Martínez de Eguilaz, que él acortó para sus obras como testimonió Simón Díaz citando el periódico La Época. Utilizó también el seudónimo de Ldo. Escribe.
Su infancia transcurrió en su Sanlúcar natal, pero antes de 1845 su familia se trasladó a Jerez de la Frontera, donde estudió en el instituto provincial de segunda enseñanza, destacando como buen estudiante.
De estas fechas tempranas datan también sus aficiones literarias, favorecidas por su maestro en el instituto, Juan María Capitán.
En 1849, a la muerte de su padre, se trasladó la familia a Madrid por necesidades económicas. Su madre le inclinó a estudiar Derecho —carrera que nunca terminó— como medio para ganarse la vida, pero él decidió dedicarse plenamente a la literatura influido por su maestro, Luis Capitán, dándose a conocer en un diario de Madrid con la publicación de un estudio sobre la novela Clemencia de Fernán Caballero. A los catorce años escribió su primera obra, la comedia Por dinero baila el perro, representada en Jerez de la Frontera (1844). Protegido por Eugenio de Ochoa, estrenó en 1853 Verdades amargas con gran éxito. Sus obras tienen como telón de fondo los cambios políticos y económicos de la segunda mitad del siglo xix, tales como la segunda toma de poder por Narváez y su paso a la Unión Liberal, la construcción del ferrocarril, la desamortización de Madoz, el auge de las compañías de crédito con gran participación del capital extranjero, la creación del Banco Nacional de Isabel II y de San Fernando.
Fue un profundo observador de la realidad madrileña y española de su tiempo, que le resultó de gran utilidad, tanto para la selección de sus temas como para la consecución del éxito y acierto en sus representaciones.
Su dedicación a la actividad teatral hacía inexcusable la presencia de Eguilaz en cafés, tertulias, bailes, salones, etc., lugares preferentes donde se mostraban los gustos, los vicios, modas y apetencias de aquella sociedad madrileña. Cafés y tertulias, foros habituales de escritores, políticos, bohemios y revolucionarios, fueron ambientes muy bien reproducidos por Eguilaz, reconociendo la importancia de los cafés y su vinculación con el espectáculo teatral. En sus obras se pone de relieve la importancia que para aquella burguesía tenían las reuniones sociales, salones, tertulias y fiestas, y el prototipo del joven burgués ocioso y el cesante.
La prensa ejerció uno de los influjos más determinantes en la configuración de la sociedad madrileña, y Eguilaz no se mantuvo al margen de ella, refiriéndose a los periódicos en sus obras como recurso puesto al servicio de quienes ostentan el poder. Por otra parte, participó activamente en la actividad periodística, influyendo en las corrientes de opinión y en las controversias de su tiempo. Colaboró en periódicos como El Bazar, La Ilustración, Semanario Pintoresco Español, La Correspondencia, El País, El Imparcial, La Ilustración de Madrid, y fue corresponsal de La Voz de Cuba.
Por Real Orden de 14 de febrero de 1870 obtuvo el nombramiento de director del Archivo Histórico Nacional, muy probablemente por influencia de su protector Eugenio de Ochoa ante Echegaray, ministro de Fomento y premio Nobel, como medio para ganarse la vida ante las limitaciones económicas impuestas por su carrera literaria. En este puesto murió a causa de la enfermedad que le aquejaba. Su labor al frente del mismo se limitó a realizar diversas gestiones para el traslado del Archivo a un edificio más adecuado para instalar sus fondos y recibir los que todavía se acumulaban en las oficinas de Hacienda, pero con resultados infructuosos. Sin embargo, consiguió dos cuartos en el edificio del Nuevo Rezado, donde compartía local con la Real Academia de la Historia, que le permitieron acomodar la documentación de la Comunidad de Daroca y de la Orden de Santiago.
Casado, quedó viudo pronto. La única hija del matrimonio, Rosa, continuó las tareas literarias de su padre.
Obras de ~: La espada de San Fernando. Novela históricocaballeresca, Madrid, Imprenta de C. González, 1852 (Madrid, Apostolado de la Prensa, 1940) (ed. con intr. y notas de C. Mateos Peñamaría, Madrid, Anaya, 1986); La vaquera de la Finojosa, drama en tres actos, Madrid, Imprenta de J. Rodríguez, 1856 (en Obras dramáticas de don Luis de Eguilaz, Paris, Baudry, Librería Europea, 1864, págs. 267-294; ed. en microforma, Valencia, Universitat, 1996; Córdoba, 2004); Mentiras dulces. Comedia en tres actos, Madrid, Imprenta de J. Rodríguez, 1859 (en Obras dramáticas de don Luis de Eguilaz, op. cit., págs. 457-490); El milagro. Novela histórica, fantástica, religiosa y filosófica, Madrid, 1871, 2 vols.; La cruz del matrimonio, Leipzig, F. A. Brockhaus, 1885 (en Obras dramáticas de don Luis de Eguilaz, op. cit., págs. 547-581); Teatro. Tomo 1.º, s. l., s. f.
Bibl.: M. Ovilo y Otero, Manual de biografía y bibliografía de los escritores españoles del siglo xix, t. I, Madrid, Librería de Rosa y Bouret, 1859, págs. 211-212 (reed., Hildesheim, G. Olms, 1976); C. de Ochoa, “Prólogo”, y J. García, “Juicios críticos acerca de las principales obras dramáticas de don Luis de Eguilaz”, en L. Martínez de Eguilaz y Eguilaz, Obras dramáticas de don Luis de Eguilaz, op. cit., 1864, págs. III-XV y págs. XVII-XL, respect.; G. Calvo Asensio, El teatro hispanolusitano en el siglo xix, Madrid, Imprenta de los Señores Rojas, 1875, págs. 124-128; VV. AA., Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana, t. XIX, Madrid, Hijos de J. Espasa, 1915, págs. 326-327 (retrato); A. Ruiz Cabriada, Bio-bibliografía del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos, 1858-1958, Madrid, Junta Técnica de Archivos, Bibliotecas y Museos, 1958, págs. 274- 276; M. Barbadillo, Vidas literarias del siglo xix. Luis de Eguilaz (1830-1874). Su vida, su época, su obra, Jerez de la Frontera, Jerez Industrial, 1964; C. Crespo, “Los primeros cien años del Archivo Histórico Nacional (1866-1966)”, en Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 73 (1966), págs. 286- 319; VV. AA., Veinticuatro diarios, Madrid, 1830-1900. Artículos y noticias de escritores españoles del siglo xix, t. II, Madrid, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Seminario de Bibliografía Hispánica de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid, 1970, págs. 84-94; J. I. Ferreras Tascón, Catálogo de novelas y novelistas españoles del siglo xix, Madrid, Cátedra, 1979, págs. 135-136; J. M.ª Javierre (dir.), Gran Enciclopedia de Andalucía, t. III, Sevilla, Promociones Culturales Andaluzas, 1979, págs. 1327-1328; F. C. Sainz de Robles, El teatro español en el siglo xix, Madrid, Instituto de Estudios Madrileños, 1981, págs. 23-24; V. Cantero García, Las aportaciones de los dramas de “costumbres burguesas” de Luis de Eguilaz al conocimiento de la burguesía española de la segunda mitad del siglo xix, Cádiz, Universidad, 2000; Estudio, análisis y valoración de la obra dramática de Luis de Eguilaz, Cádiz, Universidad, 2000 (microforma).
Luis Miguel de la Cruz Herranz