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Irene Alba Abad

Biografía

Alba Abad, Irene. Madrid, 29.IX.1873 – Barcelona, 14. X. 1930. Actriz.

Irene Alba Abad es una gran figura de la escena española. Hija, hermana, esposa, madre, abuela y bisabuela de actores es la matriarca de una saga de cómicos representado hoy por Irene, Julia y Emilio Gutiérrez Caba y por la joven Irene Escolar. Debuta a los cinco años en el teatro Martín de Madrid con El nacimiento del Mesías, de Enrique Tumel. Luego, se integra en el Cuadro Artístico que dirigen su padre, el actor de carácter Pascual Alba, y Sevando Cervón, que recorren con su teatrillo ambulante las tierras del Sur representando obras de ambiente taurino: Torear por lo fino o En las astas del toro. A los catorce años, recibe lecciones del maestro Casimiro Espino y entra en calidad de corista en la Compañía del teatro Variedades iniciando su trayectoria en el llamado género chico. Tras el incendio del teatro Variedades el 28 de enero de 1888, la Compañía se trasladó al teatro Martín y después a los teatros de la Zarzuela, Felipe y Apolo recorriendo los grandes templos de la escena de la época con obras como El año pasado por agua (1889), de Ricardo de la Vega, con música de Federico Chueca, y El chaleco blanco (1889), de Federico Chueca, obra en la que tan sólo con quince años iba a interpretar su primer papel de “característica”. Pero el gran triunfo le llegaría encarnando el personaje de La Inglesa en Los sobrinos del Capitán Grant (1894), de Ramos Carrión, y, sobre todo, con La verbena de la Paloma (1894), de Ricardo de la Vega y Tomás Bretón, estrenadas ambas en el teatro Apolo. Ella era Casta, su hermana Leocadia, La Señá Rita y Emilio Mesejo asumía el papel de Julián.

En 1897, recién casada con el actor Manuel Caba, inician una gira por Argentina, donde permanecerán cinco años cosechando importantes éxitos. A su vuelta en 1902 se reincorpora al teatro Apolo con las obras El dúo de la Africana, de Miguel Echegaray, y La buena sombra, de los hermanos Álvarez Quintero, donde se atrevió a representar un personaje masculino.

En 1907, en el teatro La Zarzuela estrena La Patria Chica, también de los Álvarez Quintero con música de Chapí, pero se despide definitivamente del género chico en 1908 como tiple en la zarzuela Pepe Botellas de Ramos Carrión y Vives. Posiblemente el nacimiento de sus hijas Irene (1899) y Julia (1912) motivara su deseo de alejarse de la agotadora disciplina de la zarzuela aunque en su decisión de cambiar el género chico” por la comedia pesase igualmente el deseo que Irene tenía de ampliar sus registros artísticos más allá de la tesitura musical. De hecho, a partir de 1912 se halla en los elencos del teatro Eslava o del teatro de la Comedia representando piezas de envergadura dramática que combinaba con otras de tendencia humorística. Para hacerse amar locamente (1916), de Martínez Sierra, Las de Caín (1909) y Don Juan, buena persona (1918), ambas de los hermanos Álvarez Quintero, o Los caciques (1920), de Arniches, son obras de este período de evolución profesional.

Como una consecuencia lógica de este proceso y buscando una mayor independencia artística, en 1921, forma Compañía con Juan Bonafé. Una unión que durará nueve años, durante los cuales interviene en obras de variado registro en los que Irene Alba interpreta un “astracán”: La caraba (1927), de Muñoz Seca y Pérez Fernández; comedia dramática: Atocha (1927), de Federico Oliver; vodevil: Escápate conmigo (1928), de Armont y Gerbidon; una alta comedia: La tatarabuela (1928), de Juan José Cadenas y Emilio González del Castillo; un drama: Como Dios nos hizo (1928), de Linares Rivas; una adaptación de la novela La casa de la Troya a cargo de Pérez Lugín y Linares Rivas (1929) y la imperecedera La venganza de don Mendo, de Muñoz Seca, entre otras muchas obras.

En la década de 1920, Irene Alba, convertida en una actriz de sólido prestigio era retratada así por la pluma del pintor Vázquez Díaz: “Intuición máxima, gran fuerza para dar plasticidad a los más variados sentimientos”. El cine también la reclamó, rodando El Golfo (1917) dirigida por Domenec Cedat en Estudios Films de Barcelona, Alma de Dios (1919) por Manuel Noriega y Los granujas (1925) por Fernando Delgado, si bien ella, como las grandes damas de su época —María Guerrero, Margarita Xirgú, Irene López Heredia o María Palou—, siempre volvía al teatro, donde mostraba toda su profesionalidad. Una amarga muestra de esta vocación ocurrió en octubre de 1930 en el teatro Poliorama de Barcelona. Irene representaba Los Chatos, de Muños Seca y Pérez Fernández, cuando una repentina indisposición le sobrevino a mitad de la obra. Con enorme esfuerzo pudo terminar la función, aunque ya no se sobrepuso, falleciendo días después. A juicio de sus grandes amigos, los hermanos Álvarez Quintero, éste fue el último testimonio “de una mujer incansable que se daba toda al arte en que llegó a ser maestra”.

 

Obras de ~: Filmografía: actriz en: D. Cedat (dir.), El Golfo, 1917; M. Noriega (dir.), Alma de Dios, 1919; F. Delgado (dir.), Los granujas, 1925.

 

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María José Conde Aguerri