Biography
Su padre era ingeniero de caminos y se opuso rotundamente a que se dedicara al teatro. Pero pudo más ella, quien se estableció en Madrid, entrando de dama joven en la compañía de María Guerrero, con quien debutó en una obra de Jacinto Benavente, Por las nubes, cobrando un salario de 15 pesetas diarias, cantidad relativamente aceptable para una chica que empezaba su carrera. Luego pasó a la compañía de José Tallaví.
El tiempo que permaneció en la compañía de María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza fue el más feliz de su juventud. Estrenó La malquerida benaventiana, en la que representaba el papel de Fidela, que era breve, pero recorrió España entera con aquella compañía, aprendiendo el oficio. Luego hizo una gira por la América hispana, muy satisfactoria también. A su regreso a Madrid interpretó, junto a Mariano Asquerino, obras de Oscar Wilde (caso de El fantasma de Canterville), Bernard Shaw (Cándida), Linares Rivas y muchas otras, sobre todo de Jacinto Benavente, con quien tuvo mucha amistad y del que estrenó bastantes piezas. El teatro que representó se llamó en su tiempo “de alta comedia”. Fueron papeles que representaba con soltura, mostrando una elegancia natural, nada sofisticada. Con Ernesto Vilches formó una popular pareja, en la vida artística y en la sentimental. Durante las temporadas que estuvieron juntos, lograron frecuentes éxitos de taquilla. Uno de los más singulares estrenos de Irene en esa época fue en el madrileño teatro Príncipe Alfonso, El eterno don Juan, donde cantaba un aria de Mozart. [...]
Works
Así son todas, 1925
Gigí
Los pájatos encantados
Corazonada
La dama del antifaz
Doncellas de hoy
La última vuelta
Entre gente bien
Fin de semana.
Bibliography
M. Román, Los cómicos, vol. I, Barcelona, Royal Books, 1995, págs. 65-68
M. Gómez García, Diccionario del teatro, Madrid, Ediciones Akal, 1997, pág. 486
J. L. Borau, Diccionario del cine español, Madrid, Alianza Editorial, 1998, págs. 516-517.
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