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Juan Valverde de Amusco

Biografía

Valverde de Amusco, Juan. Amusco (Palencia), 1525 – Roma (Italia), c. 1588. Médico, anatomista.

Nacido con toda seguridad en la villa palentina de Amusco hacia 1525, su existencia histórica se prolongó hasta 1588, año en que se supone que murió en Italia. Su obra anatómica constituye la culminación del esfuerzo español durante el Renacimiento por alcanzar un conocimiento de la estructura del cuerpo humano. Los modestos tratados de Anatomía de la primera mitad del siglo XVI de autor peninsular culminaron, bajo el influjo vesaliano, en la brillante obra de Valverde de Amusco. A pesar de la importancia de su obra, son, sin embargo, muy escasas las noticias que han llegado hasta nosotros de su vida. Este hecho, asimismo, parece estar en abierta contradicción con la abundante bibliografía sobre el autor castellano. Todavía en la actualidad los datos más seguros corresponden a las referencias indirectas que en el curso de sus escritos ofrece Juan Valverde de Amusco. El descubrimiento de un retrato de él en la Art Gallery de Baltimore, según el acabado estudio de F. Guerra, confirma nuevamente su origen palentino y la fecha de su nacimiento. Muy pronto, en plena juventud, marchó a Italia, y fue precisamente en suelo italiano donde tuvo la fortuna de contar con el magisterio de Realdo Colombo, sucesor de Vesalio en la cátedra de Padua.

La estancia del anatomista castellano en Italia debe valorarse como un ejemplo más que depara la intensa comunicación cultural y científica entre ambas penínsulas durante el Renacimiento. Valverde fue uno más del medio centenar aproximado de médicos y científicos españoles que durante la primera mitad del Quinientos, concretamente entre 1481 y 1560, viajaron o residieron en Italia, donde ampliaron sus saberes y conocimientos técnicos.

Al parecer su marcha debió de ser muy precoz, quizá contaba solamente diecisiete años, por lo que se sospecha que debió ser hacia 1542. Se conocen algunas referencias de su estancia en Pisa y Roma, pero se sospecha, en cambio, sin comprobación documental, que pudo estudiar en Padua y residir, aunque fugazmente, en Perugia. Las referencias de Valverde, hechas en algunos pasajes de su obra anatómica, aluden inequívocamente a que se hallaba en 1544 en Pisa trabajando junto a su maestro Realdo Colombo, con quien seguía ejercitándose en la disección en 1545; así el anatomista dice: “Como en Pisa vi yo [Valverde] en el año 1545 en una mujer, que había muerto su hijo en Florencia, y por ello el Duque Cosme de Medicis le condenó para hacer Anatomía”. Su presencia en el Norte de Italia debió de interrumpirse antes de 1548, año en que muy verosímilmente se hallaba en Roma, ciudad en la que permaneció durante buena parte de su existencia.

Su presencia en la autopsia realizada al cardenal Cibo en 1550 está probada documentalmente. En cambio la sospecha de su posible estancia en Padua durante el primer año de magisterio de Realdo Colombo no ha sido confirmada, aunque algunas referencias en el texto de su obra parecen inducir a esta afirmación. Al margen de las precisiones eruditas, lo que parece incuestionable es que Valverde, durante estos años de aprendizaje en Italia, trabajó junto a su maestro Realdo Colombo, fijando hacia 1548 su residencia en Roma, donde posiblemente debió de morir hacia 1588, se dijo. Durante la primera década de su vida italiana su labor científica cristalizó en un texto de carácter higiénico (“De animi et corporis sanitate tuenda libellus”), que dedicó al cardenal Girolamo Verallo en enero de 1551, a la sazón legado apostólico en Francia.

Las relaciones del anatomista con las altas figuras de la Iglesia debieron de ser decisivas en su definitivo afincamiento romano, como médico al servicio de cardenales, inquisidores españoles y hospitales romanos, que fueron los medios en los que socialmente parece haberse desenvuelto. Quizá fuese ésta una de las razones, junto a su posible origen judío, lo que explica su definitivo distanciamiento de su nativa tierra palentina, a la que siempre quedó vinculado.

La existencia de Juan Valverde de Amusco en suelo italiano no parece definitivamente aclarada; se supone, por las referencias indirectas de los textos, que mantuvo relación con Mario Podiani, oriundo de Perugia, en cuya casa estuvo el retrato de Valverde custodiado en la actualidad en Baltimore (Art Gallery), se dijo. El prestigio de Valverde en Italia debió de crecer, a juzgar por sus relaciones y los servicios que como médico desempeñó. Se sabe de él que fue médico del cardenal Juan Álvarez de Toledo (c. 1500-1557), hijo del duque de Alba, que había sido arzobispo de Santiago y posteriormente nombrado inquisidor general en Roma. Durante estos años de plena actividad profesional y científica debió de preparar la gran aportación suya a la Anatomía renacentista, la Historia de la composición del cuerpo humano, texto que en un principio pensó dedicar al pontífice Pablo IV, pero que en su definitiva impresión lo hizo a su protector el cardenal Juan Álvarez de Toledo, como reza en fecha de 13 de noviembre de 1554 en su dedicatoria.

Diversas noticias incidentales atestiguan la presencia continuada de Valverde en Roma en los años siguientes.

Durante 1555 se sabe que se encontraba enseñando Medicina en el Hospital del Espíritu Santo, y aunque aspiró al cargo de médico pontificio, en sustitución de la vacante dejada por el segoviano Andrés Laguna, no consiguió tal empleo, que recayó sin embargo en su compatriota, médico también, Juan de Aguilera. De las noticias que refiere su maestro Realdo Colombo, se confirma la presencia de Valverde de Amusco en la autopsia de san Ignacio de Loyola.

Las enseñanzas de Realdo Colombo y su labor original como disector dieron como fruto el mejor texto español de Anatomía del siglo XVI, que es la citada Historia de la composición del cuerpo humano, cuya primera edición fue estampada en Roma en 1556, conociendo otras impresiones en 1559, ésta en lengua italiana, y la de 1586. La edición italiana de 1559 incluye una dedicatoria de Valverde a Felipe II fechada el 20 de mayo de 1559, lo cual habla a favor de su constante vinculación a su patria de origen. La versión italiana se debió al traductor Antonio Tabo de Albenga, quien se autocalifica como “familiar” de Valverde, lo cual ha suscitado la sospecha de su posible enlace matrimonial con los Tabo. Desgraciadamente no se dispone de más noticias sobre la existencia histórica del gran anatomista castellano, la última referencia que se ha podido espigar corresponde a la impresión de 1586 en la que se reproduce un grabado de Valverde que se supone, por su aspecto, que es un sexagenario. Este grabado confirma, por tanto, la fecha de nacimiento que se le atribuye hacia 1525. En la documentación de la Cofradía de San Sebastián de la villa de Amusco se menciona a Valverde en 1602 como ya difunto. Al parecer la edición latina de 1589 suprimió la dedicatoria a Felipe II, hecho improbable en vida de Valverde, por lo que se deduce que debió de fallecer en 1588.

La contribución científica de este autor se cifra en un texto de carácter higiénico, anteriormente citado (“De animi et corporis sanitate tuenda libellus”), y el tratado de Anatomía, objeto de la presente edición facsímil que será abordado con mayor pormenor. Del opúsculo de carácter higiénico se hicieron dos ediciones distintas, la primera en París en 1552 por el impresor Carolus Stephanum, y la segunda en Venecia al año siguiente, o sea en 1553, por Domingo Giglio, impresión que fue dedicada al cardenal Verallo. En este escrito estudia Valverde la temática higiénico-sanitaria, tema muy difundido entre los tratadistas del siglo XVI.

Mayor importancia debe concederse a su tratado de Anatomía (Historia de la composición del cuerpo humano), al que debe el autor su prestigio imperecedero.

La obra en lengua castellana se estampó en Roma en 1556, y fue realizada por Antonio Martínez de Salamanca, Antonio Larery y Antonio Baldo de Asola, impresores los tres. A partir de este momento la Anatomía de Valverde conoció una amplia y dilatada difusión.

Especialmente conocidas y citadas fueron las versiones italianas del texto. Tres años después de la edición princeps, se estampaba en Venecia en 1559 la obra con el título italiano Anatomia del corpo humano, de cuya excelente acogida habla su reimpresión al año siguiente, en 1560. Desde Venecia se lanzaron, al menos, cinco ediciones, además de las dos citadas, de la obra del médico español, dos más en el siglo XVI, 1586 y 1589, y las tres restantes en la primera década del siglo XVII, 1606, 1607 y 1608. Estas obligadas referencias explican que el texto de Valverde fuese el más leído en toda Europa, igualando y en ocasiones superando entre los cirujanos el círculo de lectores reales. Todavía en fechas tan tardías como 1657 se seguía editando la Anatomia del corpo humano, que conocerá en 1682 una última y definitiva impresión veneciana.

Enorme difusión alcanzó la obra de Valverde, se trata de uno de los libros de Anatomía más leídos en el siglo XVI, en frase de Arturo Castiglioni. A favor de esta amplia fusión debe citarse la aparición de ediciones misceláneas y las impresiones de los grabados que acompañan al texto morfológico. Estas tablas anatómicas, cuarenta y una en total, fueron reproducidas, con fines docentes y de divulgación en multitud de ocasiones. Al menos Christophe Plantin las estampó en Amberes en 1566, 1568, 1572 y 1583, y en holandés, Anatomie oft lvende beelden vande deelen des meschilicken lichaens, en 1568. Entre las obras de carácter misceláneo, la Anatomía de Valverde, en forma fragmentaria, junto a textos de Galeno, Vesalio, Fallopio y Aranzio, quedaba recogido por David van Manden en el volumen impreso en 1646, al que acompañaban las láminas anatómicas de Valverde y Vesalio. Durante el siglo XVIII, por último, la obra del autor castellano fue traducida al griego, prueba fehaciente de su amplia difusión histórica.

La relación de Valverde de Amusco con el movimiento vesaliano español del siglo XVI parece más que probada. A pesar de su marcha a Italia, en ningún momento se puede considerar al autor palentino desgajado de la cultura médica española del Renacimiento, con la que mantuvo, sea a través de su obra, bien por sus relaciones con los núcleos españoles de Roma, una real vinculación a la Ciencia y Cultura hispana del siglo XVI. Dos circunstancias determinantes le vinculan al Renacimiento español; en primer término, su origen palentino, pero también el hecho incuestionable de haber redactado su Anatomía en romance, para los lectores españoles de la centuria y muy particularmente para aquellos profesionales que desconocían el latín, como los cirujanos y barberos. Desde Roma estuvo en contacto con los médicos españoles, Andrés Laguna, Juan de Aguilera, así como pintores y eclesiásticos castellanos, Gaspar Becerra o Pedro de Rubiales entre los primeros, y el cardenal Juan Álvarez de Toledo entre los segundos. Estas palabras textuales de la dedicatoria confirman plenamente el talante espiritual de Valverde con relación a España: “Considerando Ilustre Señor la gran falta, que la nación muestra tiene de hombres que entiendan de Anatomía”.

La Historia de la composición del cuerpo humano fue el resultado del esfuerzo personal de Valverde, enfrentando con el cadáver humano y la tradición anatómica precedente, especialmente las dos grandes figuras, Galeno en la Antigüedad y Andrés Vesalio en el mundo moderno. Aunque Valverde de Amusco figura entre la nómina de los posvesalianos, en modo alguno puede considerarse como un mero secuaz y plagiario.

Con enorme cuidado el anatomista castellano confiesa al lector cuándo sigue, y en qué momentos se aparta o rectifica a Galeno y Vesalio, rasgo que denota una enorme honestidad científica; incluso cuando describe la circulación pulmonar, hecho novísimo a la sazón en Europa, tiene la delicadeza de subrayar que este hallazgo lo debe a su maestro Realdo Colombo. La consideración, objetividad y actitud crítica del autor frente a Vesalio, incluso ante su propio maestro Colombo, muestran el afán de escrupulosidad y la honesta humildad de quien ante todo se afana por conocer la realidad científica. Las numerosas y claras rectificaciones a Vesalio, en ocasiones críticas abiertas, tampoco deben interpretarse como una abierta hostilidad personal. Son en cambio numerosos los pasajes de su obra en los cuales el autor se ajusta a las experiencias y enseñanzas ajenas, aunque sea Vesalio, y en estos casos siempre cuida de anotar “como dice el Vesalio”.

 

Obras de ~: De animi et corporis sanitate tuenda libellus, Luletiae, Apud Carolu Stephanum, 1552 (ad Hieronymum Verallum, Cardinalem ampliss, apud Francorum Regem Legatum, Venetiis Dominicvs Lilivs excudebat. M.D.LIII [1553]); Historia de la composición del cuerpo humano, escrita por Ioan de Valvuerde de Hamusco. Impressa por Antonio Salamanca, y Antonio Lafrerig, en Roma, Casa de Antonio Blado, año de MDLVI (1556); Anatomia del corpo humano. Composta per M. Giovan Valverde di Hamusco e da lui con molte figure di rame, et eruditi discorsi in luce mandata, in Roma per Ant. de Salamanca et Antonio lafrej. MDLX [1560] (al final: In Vinegia, apresso Nicoló Beuilaqua Trentino; Anatomie oft leunde beelde vange deelen des menschelicken... Antwerpen, by Christoffer Plantin, 1568; La Anatomia del corpo umano. Composta per Giovanni Valverde [...] Nuovamente ristampata e con l’aggiunta di alcune tavole ampliata, In Vinetia nella Stamperia de’ Givnti, MDLXXXVI [1586]; Vivae imagines partium corporis humani, Antuerpiae, Plantin, 1572 [1579]; Anatome Corporis Humani. Avctore Joanne Valverdo. Nunc primum a Michaele Columbo latine reddita, et Additis nouis aliquod tabulis exornata, Venetiis, Studio et industria Ivntarvm. MDLXXXIX [1589]; Anatome Corporis Humani Avctore Ioanne Valverdo. Nunc [...], Venettis, Studio et industria Ivntarvm. MDCVII [1607]; hay reimpresiones o cambios de portada por el mismo Jiunta de 1606 y 1607; Anatomia del corpo hvmano. Co’Discorsi del medesimo [...] E con l’aggiunta d’alcune tauole, ampliata, In Vinetia nella stamperia de’ Givnti. MDCVIII [1608]; Anatomia del corpo umano coi discorsi del medesimo. Novamente ristampata, e con l’aggiunta d’alcune tavole ampliata, Venezia, Niccolo Pezzana, 1682; Historia de la composición del cuerpo humano, Valladolid, Ediciones de la Universidad, 1981; con intr. de J. Riera Palmero, transcrip. del texto de G. Santoni, Madrid, Turner, 1985; Madrid, Fundación de Ciencias de la Salud, Sociedad Estatal Quinto Centenario, 1991; Valencia, Vicent García, 1998); Láminas anatómicas de Juan Valverde de Hamusco, ed. de R. Ballesteros Massó et al., Granada, ICN Ibérica, 2000.

 

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Juan Riera Palmero