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Bernardo Escudero

Biografía

Escudero, Bernardo. Almonacid de Zorita (Guadalajara), 1554 – Valbuena (Valladolid), 1608. Monje cisterciense (OCist.), abad y escritor espiritual.

Tomó el hábito en el monasterio de Santa María de Valbuena (Valladolid) el 3 de junio de 1565. Fue abad de su propio monasterio y, posteriormente, del de Velmonte (o Belmonte), desde 1602 hasta 1605. Durante su mandato, en 1604, el abad de Cornellana cedió a Belmonte las reliquias de los mártires de San Pedro de Cardeña (Burgos). Se trata de la reliquia de los doscientos monjes degollados por los árabes y enterrados en el claustro del monasterio burgalés, que gozaron de gran devoción en las abadías benedictinas. Hubo grandes fiestas litúrgicas para recibirlas y depositarlas en la iglesia del monasterio. Parece ser que se trataba de poner un “remedio” a las consecuencias de la tremenda peste que asoló España en 1599, y, posiblemente también, para la inauguración de la primera parte de las obras de la nueva iglesia que se estaba levantando en el monasterio, pues la anterior, de estilo románico, había sido demolida para construir una de estilo “purista”, que es la que llegó hasta la Desamortización.

Todos los historiadores cistercienses, especialmente Henríquez, coinciden en definirlo como un hombre sereno y un gran maestro espiritual: “Fue varón de gran santidad de vida. Las prácticas monásticas y el lugar tan ameno del monasterio situado en uno de los lugares más placenteros, que me recuerdo haber visto (y he visto muchos), le ofrecían la ocasión de entregarse espontáneamente a la contemplación de lo divino. Fue tanto su aprovechamiento que aventajó muy mucho a todos los demás en la oración y meditación. Tenía un gran conocimiento de las cosas divinas y humanas, sin faltarle la prudencia en el gobierno de lo temporal, por lo que fue elegido Abad de su monasterio, para sustentar con su piedad y doctrina los espíritus y dirigir con su gobierno y dirección a los monjes”.

Su escasa obra es de gran profundidad y demuestra un gran sentido pedagógico, a la par que una profundidad religiosa excepcional.

Por aquella misma época, la congregación dio también varios monjes que cultivaron la espiritualidad clásica y piadosa, pero con un trasfondo bíblico que no era habitual en otros autores, y era lógico que así fuera, dada la gran preparación intelectual y bíblica de los monjes cistercienses españoles del siglo xvi, como, por ejemplo: Luis de Estrada (Modo de rezar el Rosario de Nuestra Señora, Alcalá, 1570, reimpreso en Barcelona y Madrid), Miguel Guerra (Confortación y consuelo de pusilánimes. Valladolid, 1602; Modo de ayudar a bien morir, Valladolid, 1604; Tesoro espiritual para adorno y riqueza del alma, Valladolid, 1619), Diego Sánchez Maldonado (Agricultura alegórica, o espiritual, Burgos, 1603, obra muy alabada por Nicolás Ántonio), Valeriano de Espinosa (Guía de Religiosos, Valladolid, 1623), Benito Aarcón (Teatro de Virtudes. Primera parte de la virtud de la Fe, Valladolid, 1622), Basilio López (Calle de amargura. Como habemos de seguir a Christo, y meditaciones dé su pasión, Madrid, 1622), Justo de Castro (Instrucción espiritual para saberse confesar, Alcalá, 1617), Lucas Sanz (Purificación del Alma ideada en las seis hidrias de las bodas de Caná que refiere San Juan Evangelista, Salamanca, 1693) y Alonso de Silva (Exhortaciones Políticas y Morales sobre la Regla del Gran Padre de los Monjes nuestro glorioso P. S. Benito, Salamanca, 1699-1700, dos tomos fol., obra de la que dice Muñiz que ella sola eternizará la memoria de su autor). Si se citan aquí es porque de varias de ellas se sirvió el padre Eugenio para componer las suyas.

Henríquez incluyó a este santo monje en su famoso Menologio como reconocimiento a su valía y su virtud.

 

Obras de ~: Libro de meditaciones para los Novicios, Valladolid, 1602.

 

Bibl.: C. Henríquez, Phoenix Reviviscens, sive Ordinis Cisterciensis Sacriptorum Angliæ et Hispana series, Bruxellae, Typis Joannis Meerbecii, 1626, págs. 268 y 269; Menologicum Cisterciense, Notationibus illustratum, Antuerpiæ, 1664, págs. 346 y 347; A. de Heredia, Vidas de Santos, bienaventurados y personas venerables de la Sagrada Religión de N.P.S. Benito, t. IV, Madrid, Francisco Sanz, 1685; B. Mendoza, Synopsis, seu brevis notitia Monasteriorum Congregationis Hispana Cisterciensis, Castellæ, et Legionis dictæ, et alias S. Bernardi (ms. de la Abadía de San Isidro de Dueñas, Palencia, 1753); R. Muñiz, Biblioteca Cisterciense española, Burgos, Joseph de Navas, 1793, pág. 99.

 

Francisco Rafael de Pascual, OCist.

 

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