Corral, Eugenio del. Rioseco (Burgos), 1694 – Valbuena (Valladolid), 1760. Monje cisterciense (OCist.), general reformador de la Congregación Cisterciense de Castilla, historiador.
El monasterio vallisoletano de Valbuena está situado en una cañada junto a la ribera del Duero, en Castilla la Vieja, a unos cuarenta kilómetros de Valladolid.
Fue su fundadora la condesa Estefanía, hija del conde Armengol, quien ofrece al abad Pedro de la Orden de San Benito en 1143 “vallem bonan cum Terminis suis aliaque”, bajo la autoridad de Pedro, obispo de Palencia. Manrique escribe que se incorporó al Císter en 1151, fueron sus filiales Río-Seco, Santa María de Palazuelos en Castilla y otro en Valbuena, en la diócesis de Toledo.
De este monasterio salieron numerosísimos hijos ilustres, siendo la casa que más generales reformadores dio a la Congregación: Martín Montalvo (1448), Martín Curiel (1453), Bautista de Ocaña (1467), Juan de Cifuentes (1477), Diego de Frías (1481), Bernardo Padilla (1496), Pacífico Liaño (1501), Ignacio Collantes (1522), Diego de Salvatierra (1525), Cristóbal de Orozco (1547), Pablo Suárez (1557), Jerónimo de Lalo (1563), Juan Guzmán (1572), Pedro de Lorca (1605), Luis de Estrada (1614), Gaspar de Úbeda (1620), Pedro de Andrade (1632), Alonso Guerrero (1653), Alonso de Nieva (1683), Agustín López (1763).
Dos de sus monjes elaboraron las Constituciones para la reforma de la observancia de las monjas cistercienses de la Recolección: fray Gaspar de Úbeda y fray Agustín López.
Se sabe que Eugenio del Corral tomó el hábito en el monasterio vallisoletano en 1707. Fue abad de él, y también de los monasterios de Monte de Ramo (Orense) y Santa Ana de Madrid. En 1750, tras pasar por varios cargos importantes en la Congregación, fue elegido abad reformador. Según Muñiz, era “sujeto de ingenio sutil y claro, Orador facundo, amante de la paz, y de una persuasión atractiva”.
El padre Eugenio encargó a otro monje ilustre, fray Basilio Mendoza, la confección de una obra que se haría clásica: Synopsis, seu brevis notitia Monasteriorum Congregationis Hispana Cisterciensis, Castellæ, et Legionis dictæ, et alias S. Bernardi, manuscrito que se encuentra en la abadía de San Isidro de Dueñas, Palencia, 1753. Esta obra fue escrita para corregir cierta tendenciosidad de otra similar, que el Capítulo de 1656 mandó elaborar por el monje de Valbuena Luis de Estrada (no confundir con el de Huerta), Exordio y progresos de la Observancia Regular de la Orden de nuestro Padre San Bernardo en los Reynos de Castilla y León, manuscrito que se conserva en la abadía de Viaceli, Cantabria.
Demostró siempre un gran amor a la Congregación cisterciense y a su monasterio, preocupándose en su gobierno de defender la verdadera observancia y justificar la legitimidad de ésta para bien de la Iglesia.
Obras de ~: Liber Processionarius Sacri Ordinis Cisterciensis, alias D. Bernardi, Madrid, por Joseph de Orga, 1752; Vida y milagros del Dulce Doctor y Padre de la Iglesia San Bernardo Abad de Claraval, dividida en tres libros, Madrid, por Antonio Sanz, 1755.
Bibl.: R. Muñiz, Biblioteca Cisterciense española, Burgos, por Don Joseph de Navas, 1793, pág. 99.
Francisco Rafael de Pascual, OCist.