Armañá y Font, Francisco. Villanueva y La Geltrú (Barcelona), 3.VI.1718 – Tarragona, 4.IV.1803. Agustino (OSA), obispo de Lugo y arzobispo de Tarragona.
Fue bautizado en la parroquia de Santa María de Geltrú (hoy Villanueva y La Geltrú), el mismo día de su nacimiento, como hijo de Francisco Armañá, patrón de barco, y Rosa Font. En la escuela de su pueblo natal hizo los primeros estudios, con asombro de sus profesores, dada su alta capacidad intelectual.
A los catorce años concluyó los estudios de Filosofía en el convento dominico de Tremp, diócesis de Urgel, donde se hallaba como religioso profeso su hermano mayor, José Armañá. Con el título de bachiller por la Universidad de Cervera ingresó en la orden agustiniana, donde tenía otro hermano mayor, llamado Mariano. Tras la profesión religiosa en el convento de Barcelona (1734), al año siguiente ejerce de maestro de estudiantes, y dos años más tarde (1736) de lector de Filosofía y Teología en el citado cenobio.
En la capilla episcopal de Barcelona fue ordenado sacerdote el 22 de septiembre de 1742 por el obispo Francisco del Castillo.
Durante el trienio 1743-1746 preparó la oposición a la cátedra de Artes en la Universidad de Cervera, feudo de los jesuitas, pero sin éxito. La dedicación a labores intelectuales no le impedirán en estos años el desempeño de cargos de responsabilidad en la Orden agustiniana. Fue Maestro de Novicios en el convento de Barcelona (1743), prior del convento de Igualada (1746), secretario de la provincia agustiniana de Cataluña (1749), prior del convento de Barcelona (1752 y 1755), delegado de su provincia agustiniana al Capítulo General celebrado en Bolonia (1753), vicario provincial (1755) y provincial de Aragón y Cataluña (1758). El prior general, por lo demás, le había distinguido con los grados de doctor y maestro en 1751.
La dedicación al estudio y afición a la Historia le llevarán a ser miembro de la Academia de Buenas Letras de Barcelona (1748), y después de finalizar el período de gobierno en su provincia agustiniana como provincial, le nombraron prefecto provincial de estudios (1761), al tiempo que comienza la redacción de un tratado de Teología Dogmática en varios tomos: Teologia Scolastico Dogmatica, Cursus Theologicus, Disertatio historica de Sacra Theologiae ujusque scholae ortu et progressu (1761-1768), obras, por lo demás, inacabadas e inéditas. Durante el tiempo que duró este proyecto cultural logró formar una amplísima biblioteca que le costó una fortuna. Para ello contó con la aprobación del obispo de Barcelona, José Climet, y el apoyo de los mejores intelectuales del momento.
Con cincuenta años fue presentado por Carlos III para obispo de Lugo al papa Clemente XIII (1768).
Este nombramiento, formalizado por el Rey el 10 de marzo, cuatro días más tarde comunicado al propio Armañá y confirmado el 20 de junio en Roma, fue comunicado a la sede lucense el 25 de mayo de 1768 por el propio Armañá. Tomó posesión el 20 de agosto por medio del deán, Joaquín Santillán Valdivieso, quien le precedió posteriormente en la diócesis de Tarragona. La consagración episcopal tuvo lugar la festividad de san Agustín en la iglesia conventual de San Agustín de Barcelona por el obispo de aquella sede, José Climent, asistido por los obispos de Vic y Gerona. De Barcelona salió el 24 de septiembre e hizo su entrada en la ciudad de Lugo la tarde del 20 de octubre de 1768.
En la diócesis de Lugo desarrolló numerosas actividades benéficas. Cabe destacar la construcción de la cárcel de Lugo (1776). Armañá promovió la formación del clero, haciendo público un documento de reforma del sistema académico (1778), y al año siguiente formalizó una nueva reglamentación académica y disciplinar del seminario. Formó una selecta biblioteca en el seminario, que luego hizo pública, y levantó tres escuelas, subvencionando a los maestros (1780), sufragó de su pecunio varias obras públicas y empedró varias calles.
Armañá ejerció el ministerio de la predicación siempre que la ocasión le fue propicia. Varios de sus sermones fueron impresos, incluso posteriormente en Cataluña. Las pastorales que publicó siendo obispo de Lugo suscitaron interés general.
Se citan las más llamativas: Pastoral sobre el culto de las imágenes (1770); Pastoral con motivo de la extinción de los jesuitas (1773) y la Pastoral en la que se demuestra la infalible verdad de la religión cristiana (1783), en la que atribuía el atraso de las ciencias en nuestro país a la falta de buenos maestros. Además, como pastor de la Iglesia lucense organizó certámenes catequísticos y visitó personalmente tres veces las parroquias de su diócesis y la catedral, sin que esto gustase al Cabildo según reflejan los libros de actas capitulares.
Uno de los asuntos que tuvo que abordar Armañá, no estrictamente pastoral, fue el destino que había de darse a los bienes de la Compañía de Jesús, una vez suprimida y expulsados sus miembros. Aunque no fue consultado cuanto la expulsión de España de los jesuitas porque todavía no era obispo, sí le tocó opinar con motivo de la total extinción de la Compañía cuando en octubre de 1769 se le pidió el parecer.
Sin haber visitado Monforte, único colegio que tenían en la diócesis de Lugo los jesuitas, se emitió un juicio desfavorable hacia este instituto religioso.
Afirma conocer “los abusos y perjuicios causados por la ambición y mundana política de la Compañía”.
Y continúa: “Perturban la paz, escandalizan a la Iglesia, enredan a las conciencias, y tienen, por decirlo así, en suspenso y confusión a todo el orbe católico”.
Armañá, en último término, explica y justifica la extinción, critica el laxismo y el probabilismo.
En orden a la distribución de limosnas a los necesitados en la diócesis de Lugo tomó la decisión de sustituir el reparto de dinero por el de granos, con el fin de evitar acaparamientos y abusos, así como para facilitar la adquisición y reparto de estas ayudas con cargo a la subvención regia. Diariamente repartía algunas fanegas de pan a los pobres y en su cocina se atendía a varios enfermos.
Armañá consiguió la Real Cédula de aprobación de la Sociedad Económica de Amigos del País de Lugo, que llegó a esta ciudad el 14 de febrero de 1784. Era la primera que se establecía en Galicia. En la junta general e inaugural el obispo de Lugo fue nombrado primer director de la citada Sociedad.
El Rey formalizó la propuesta de Armañá para la mitra de Tarragona el 11 de enero de 1785, y Pío VI le nombró en febrero de 1785 arzobispo de la sede arzobispal de Tarragona. Salió de Lugo definitivamente el 29 de marzo. Hizo su entrada en la diócesis de Tarragona el 17 de septiembre. En su nueva diócesis siguió trabajando en la misma línea de actividad que en Lugo. En la archidiócesis tarraconense creó en el seminario una biblioteca, reformó y amplió el plan de estudios, colaboró en la creación de su segunda Sociedad Económica de Amigos del País (1787). Entre las obras sociales sobresalen: la conclusión, a sus expensas, del acueducto romano (1798), que surtió de agua a la ciudad de Tarragona, la reparación del puerto marítimo y la constante ayuda a indigentes y necesitados.
En tiempo de la revolución su palacio episcopal sirvió de refugio de sacerdotes y políticos. De gran influencia social fueron las cuatro pastorales en defensa de la residencia en España de sacerdotes emigrados franceses contra el parecer del poder político (1792- 1794). En Tarragona continuó con la preparación del Catecismo de doctrina cristiana, obra escrita en catalán, cuyo mérito reside en la exposición clara y concisa, con soltura y elegancia literaria. Dicha obra fue dada a conocer por medio de su sobrino, Bartolomé Soler y Armañá, en 1817.
Una corriente historiográfica, iniciada por Menéndez Pelayo, luego continuada y matizada por el biógrafo de Armañá, Francisco Tor Mijanas, sostiene la condición de antijesuita para poder ser candidato a obispo, sobre todo a partir del nombramiento de Manuel de Roda como secretario de Gracia y Justicia.
Esta supuesta condición antijesuítica de Armañá, aunque verosímil, está siendo cuestionada por estudiosos del siglo XVIII en los últimos años. Sea lo que fuere, la opinión de Armañá sobre la Compañía de Jesús cambió cuando en Tarragona trata con algunos de sus miembros, cosa que no había hecho hasta entonces.
Junto con José Climent, Antonio Lorenzana, Felipe Bertrán y Antonio Tavira, contribuyó a la renovación completa de la oratoria sagrada, como demuestran la aceptación y difusión de las pastorales de Armañá.
A través de la agrupación de personas cultas en la Sociedad Económica de Amigos del País de Lugo, y luego de Tarragona, Armañá divulgó la aplicación práctica de las nuevas tecnologías en el campo de la industria y la agricultura entre el pueblo español.
Obras de ~: Traslación de los Agustinos Calzados de Barcelona de su antiguo al nuevo Real Convento de la misma ciudad. Relación de las festivas aclamaciones con que manifestaron su gratitud a ambas Majestades en los días 30 y 31 de diciembre de 1750 y 1 de enero de 1751 y del Regio Funeral, con que expresaron su fina memoria a su augusto y beneficentísimo fundador el Sr. Don Phelipe V, Barcelona, 1751; Teologia Scolastico Dogmatica, Cursus Theologicus, Disertatio historica de Sacra Theologiae ujusque scholae ortu et progressu (1761-1768), obras manuscritas; Oración fúnebre en las exequias dedicadas a la piadosa memoria del Iltre. Sr. D. José de Mora, Catá y de Salelles, Marqués de Llió, Barcelona, 1762; Oración e inscripciones en las sumptuosas exequias que el convento del P. S. Agustín de Barcelona dedicó a su real templo a la pía memoria de su dignísimo hijo, amante padre y generoso bienhechor, el Ilmo. Sr. D. Fr. Agustín de Eura, Barcelona, 1764; Carta pastoral a todos los fieles de nuestra diócesis de Lugo sobre el jubileo de su elevación a la Sede Apostólica. Se explican varios puntos para inteligencia de este indulto apostólico y de las diligencias necesarias para conseguir su fruto, Santiago, 1770; Carta pastoral sobre el culto de las imágenes, prohibiendo las que se publicaron con el título de la Virgen de la Luz, Santiago, 1770; Pastoral con motivo de la extinción de los jesuitas que hizo y declaró el S. P. Clemente XIV, Santiago 1773; Pastoral en la elección de Pío VII, Tarragona, 1780; Sermón por el feliz nacimiento de los dos reales infantes, Madrid, 1783; Pastoral sobre la instrucción de la doctrina cristiana, Madrid, 1783; Discurso pronunciado en la primea Junta General de la Sociedad Económica de Amigos del País de Lugo, Santiago, 1784; Pastoral preparatoria de la primea visita pastoral del Obispado de Tarragona, Tarragona, 1786; Discurso que pronunció en la primea Junta General de la Sociedad Económica de Amigos del País de Tarragona, Tarragona, 1787; Pastoral para que no se entierren los cadáveres en las iglesias sino en los cementerios que se deberán construir donde no los haya con arreglo a la real Cédula que se inserta, Tarragona, 1787; Contra los contrabandos amonestando a los eclesiásticos que de ningún modo los fomenten o apoyen, sino que apliquen su celo para exterminar tan pernicioso vicio, Tarragona, 1787; Nuevo encargo al clero de la doctrina que se ha de enseñar sobre los contrabandos, Tarragona, 1787; Pastoral en que se exhorta al pueblo y se instruye para recibir dignamente el sacramento de la confirmación, Tarragona, 1789; Pastoral con motivo de la guerra contra la nación francesa en el estado infeliz de su anarquía, Tarragona, 1793; Con motivo de los Somatenes que debían pasar a nuestras fronteras para contener la furia de las tropas francesas y rebatirlas, Tarragona, 1794; Pastoral en que descubriendo los impíos proyectos de los llamados patriotas franceses, los engaños de alevosas promesas y los horrorosos efectos de su furor, se exhorta nuevamente a la vigorosa defensa de la religión y de la patria, Tarragona, 1794; Para excitar el celo y valor de los fieles patricios e implorar la divina protección en su defensa contra los enemigos franceses, Tarragona, 1797; Pastorales, I-II, Tarragona, 1794; Sermones, I-II, Tarragona, 1796; Pastoral sobre la sumisión al Papa y sobre el modo de predicar, Tarragona 1801; Compendio de la Doctrina Cristiana, Barcelona, ed. de Bartolomé Soler y Armañá, 1817; Sermones, III-IV, Tarragona, 1901 y 1903, respect.
Bibl.: F. Torres Amat, Oración fúnebre, Tarragona, 1803; J. Cessat, Oración fúnebre, Tarragona, 1803; J. Izquierdo Capdevilla, Oración fúnebre de Francisco Armañá, Barcelona, 1803; F. Torres Amat, Memorias para ayudar a formar un diccionario crítico de los escritores catalanes, Barcelona, Imprenta de J. Verdaguer, 1835; A. Bofarull, El más ilustre villanovés, Villanueva y Geltrú, Imprenta del Ferrocarill-J. A. Milá, 1882; G. Santiago Vela, Ensayo de una Biblioteca Ibero-Americana de la Orden de San Agustín, vol. I, Madrid, Asilo de Huérfanos, 1913, págs. 206-227; J. Quer Monserrat, Libro de la historia y narración de las cosas más memorables del convento de la Casa de Dios, 1833 (ed. de J. L. Santiago, Madrid, Editorial Revista Agustiniana, 2001, 180, págs. 183-184); F. Durán Cañameras, “Un Catalán en Lugo”, en Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos Históricos y Artísticos de Lugo, 1 (1944); F. Tort Mitjans, Biografía histórica de Francisco Armañá Font, OSA. Obispo de Lugo, Arzobispo de Tarragona (1718-1803), Villanova i la Geltrú, Imprenta Socitra, 1967; L. Domergue, “La obra contrarrevolucionaria del obispo Armañá (1793-1795)”, en Estudios de Historia Social, 37-38 (1986), págs. 281-288; J. D. Fernández Fraga, Lugo, siglo XVIII: Educación e ilustración, Lugo, Servicio de Publicaciones de la Diputación Provincial, 1990; A. García Conde, “Don Fray Francisco Armañá y Font, OSA”, en “Episcopologio lucense (octubre de 1990). Revisión y actualización de Amador López Valcárcel”, en Liceo Franciscano, 43 (1991), págs. 425-462, 709-710; E. Perea Simón, Eglésia i societat a l’Arxidiòcesi de Tarragona durant el segle XVIII. Un estudi a través de les visites pastorals, Tarragona, Diputació de Tarragona, 2000; O. González Murado, “A Biblioteca privada do bispo Armañá. Relectura da historia da biblioteca”, en Lucensia. Miscelánea de Cultura e Investigación, 15, 31 (2005), págs. 321-336.
Rafael Lazcano González