Cruz Mayor, Carlos. Madrid, 3.X.1798 – ?, m. s. XIX. Ministro de Estado carlista.
En el momento de su natalicio, su padre, natural de Balaguer, era comendador de Bastimentos de Castilla en la Orden de Santiago y capitán agregado al Estado Mayor en la plaza de Madrid.
Carlos Cruz Mayor era secretario de la embajada en Lisboa cuando el conde de Alcudia le hizo llamar para incorporarle como oficial al Ministerio de Estado.
Tomó parte en el alzamiento carlista del Norte en 1833, pues se sabe que a finales de dicho año se refugió en Francia junto con otros dirigentes del mismo. En la lista que recoge su paso al país vecino se le menciona como “propietario”. Residía en Burdeos cuando el pretendiente don Carlos le ordenó incorporarse a las filas carlistas y le confió la Secretaría de Estado. El 2 de agosto de 1834 era nombrado vocal de la Junta consultiva.
El 4 de abril de 1835 Zumalacárregui elevó a don Carlos una dura exposición en su contra por haberse permitido afirmar en público que el ejército tenía cubiertos todos sus gastos: “Yo me conformo, desde luego, en que las circunstancias y lo exhausto de los recursos no permitan extenderse más a la munificencia de V. M.; mas de ninguna manera se debe permitir que hombres que se hallan al frente de tan altos destinos se atrevan con semejantes imposturas a persuadir que no está la falta de que el Ejército no esté pagado al corriente en las escaseces del Real Erario que superabundantemente las cubre, sino que hablando en la forma que se expresó Cruz Mayor, es lo mismo que decir que en la administración militar o en mí está la falta. Esta idea tan poco aventajada de mi carácter parece quiere persuadir unos extremos muy distantes de lo que mis desvelos y fatigas se proponen, sin que Cruz Mayor ni otros de su esfera hagan por su parte el más pequeño sacrificio [...]. Me he visto precisado, Señor, a exponer a V. M. todo este relato a fin de que su ilimitada bondad se penetre del distinto rumbo que llevan mis cuentas a las del citado don Carlos Cruz Mayor; y para que en lo sucesivo no vulnere mi reputación y tan acreditada legalidad en materia de intereses; y al mismo tiempo se contenga en los límites que la misma prudencia dicta porque sus expresiones en alguna ocasión pudieron muy bien ser causa de una sedición entre las tropas”.
El enfrentamiento con Zumalacárregui, causado sin duda por la falta de medios en la que siempre se desenvolvieron las armas carlistas, y el desastroso fin del Primer Sitio de Bilbao, que propició con la idea de poder obtener en el extranjero recursos para sufragar la guerra, han oscurecido otros aspectos de la labor de Cruz Mayor, que trabajó con gran empeño en montar una amplia red diplomática carlista y en la organización de juntas regionales en toda España.
A principios de 1835, y en contestación a las recomendaciones presentadas por los diplomáticos de varias potencias simpatizantes de don Carlos, Cruz Mayor elaboró un interesante informe donde recogía sus puntos de vista sobre materias tales como el foralismo, la postura que se debía observar ante diversas cuestiones internacionales, la posibilidad de ganar adeptos entre los partidarios de la regente María Cristina y concederles una amnistía, y el restablecimiento de la Inquisición.
Aunque logró superar las intrigas de Corpas, de las que da cumplida cuenta Arizaga, el 20 de abril de 1836 fue reemplazado por Juan Bautista Erro. Según Ferrer “pasó luego al extranjero en misiones diplomáticas de Carlos V, y en el extranjero murió”.
El vizconde de Ranelagh, que estuvo en el campo carlista en 1835, expresó el siguiente juicio: “no está dotado de un talento de primera categoría, pero es invencible trabajando duro, al menos si debo juzgar por los numerosos papeles sobre su mesa, su pinta macilenta, y por el hecho que a pesar de que comienza a trabajar a las nueve de la mañana, rara vez concluye su trabajo antes de las tres o las cuatro de la mañana siguiente.
Cruz Mayor puede servir ahora, pero cuando los negocios lleguen a ser intrincados, don Carlos debe conseguir un hombre más capaz”.
Fuentes y bibl.: Archivo Histórico Nacional, Expedientes de la Orden de Carlos III, 2143; Real Academia de la Historia [“Informe de Carlos Cruz Mayor”], sign. 9/6726 [ed. de A. Bullón de Mendoza, en Aportes, n.º 18 (noviembre de 1991-febrero de 1992), págs. 44-60]. Vizconde de Ranelagh, “Rough notes from my diary in Spain, 1835”, en Judy’s Annual, 1883; M. Ferrer, D. Tejera y J. F. Acedo, Historia del Tradicionalismo Español, t. III, Sevilla, Trajano, 1941-1959; A. Bullón de Mendoza, La Primera Guerra Carlista, Madrid, Actas, 1992.
Alfonso Bullón de Mendoza y Gómez de Valugera